Tras dos largos años de pandemia, el 62% de la población mundial recibió al menos una dosis de la vacuna contra el COVID-19 y el 54% completó el esquema inicial de dos dosis. Con la aparición de nuevas variantes y la alta circulación del SARS-CoV-2 en todo el planeta, los países comenzaron la aplicación de una inyección de refuerzo y, en algunos casos, como Israel y Chile, los gobierno decidieron inmunizar con una cuarta dosis de la vacuna.
Sin embargo, muchos expertos consideran que es hora de pasar de la vacunación masiva a la vacunación personalizada. Esto significa destinar las dosis a aquellos que pertenecen a grupos de riesgo o registran una caída de la inmunidad frente a una posible infección por coronavirus.
En este camino, se encuentra un novedoso test español, COVIDCell, elaborado por científicos del Hospital Universitario de Canarias, que mide la inmunidad celular para saber si es necesaria la aplicación o no de una dosis de refuerzo.
Este hallazgo, además, puede abaratar los costos de los sistemas públicos de Salud, porque ayuda a conocer si vamos a necesitar o no una nueva inyección de la vacuna contra el COVID-19 en el momento actual, lo que permitiría una vacunación personalizada hacia quienes realmente necesitan ser inmunizados.
“Es un test muy interesante para hacer en en pacientes con enfermedades inmunológicas, o en pacientes oncológicos, por ejemplo. Sabemos que hay varias farmacéuticas que lo están desarrollando y suponemos que llegarán de manera más amplia a finales de este año o a principios del año que viene”, detalló la inmunóloga Yvelise Barrios en una entrevista con Infosalus.
Barrios desarrolló el test COVIDCell junto con el experto en Alergología Víctor Matheu, ambos investigadores del Hospital Universitario de Canarias. A día de hoy no han logrado, pese a los intentos, el comercializarlo, si bien sus resultados sí han visto la luz en varias publicaciones científicas y varios laboratorios iniciaron el desarrollo.
CoviDCELL es una adaptación de los tests de reacción de hipersensibilidad retardada, muy utilizados en inmunología. Este tipo prueba se realiza desde hace años en enfermedades como la tuberculosis y en pacientes con VIH, a quienes el virus ataca a las células T con el paso del tiempo.
En este test, se inyecta en la piel del antebrazo del paciente una solución con un fragmento de la proteína espiga del SARS-CoV-2, para estudiar la reacción cutánea que se produce en el paciente, y que será la que revele si existe o no inmunidad celular frente a este patógeno; es decir, que si en última instancia tenemos o no que vacunarnos.
Nuestro sistema inmune tiene dos tipos de respuesta: la humoral, aquella que fabrica los anticuerpos específicos para cada patógeno, y que puede medirse con un test serológico; y por otro lado, la inmunidad celular, más duradera, y conformada por los famosos linfocitos T capaces de recordar si se han enfrentado o no a un patógeno previamente, y que hasta ahora solo podían medirse en laboratorio, en procesos más complejos.
“Si el organismo previamente se ha infectado por el virus, o hemos pasado la infección, o nos hemos vacunado tendremos células T especificas que lo reconocerán e irán a la zona donde hemos inyectado esta proteína sintética debajo de la piel. En caso afirmativo, se producirá una reacción roja que nos dirá que nuestro organismo tiene esas células T, que recuerdan haberse enfrentado al virus, y por tanto seguimos estando protegidos frente a esta enfermedad”, explicó la inmunóloga del Hospital de Canarias.
El gran avance que ofrece COVIDCell consiste en obtener, de manera sencilla, sin necesidad de extracciones de sangre, ni de laboratorios sofisticados, si existe respuesta inmune frente al coronavirus.
“Los anticuerpos, la otra rama de la respuesta inmune específica que también podemos medir, van decayendo a lo largo del tiempo, al cabo de varios meses disminuyen, y este test en nuestras manos parece más estable - explicó Barrios y continuó - se necesita esperar entre 12 y 48 horas tras la inyección cutánea en la persona. A los pacientes que se han hecho este test no se les hace volver al laboratorio si no que a través del teléfono móvil nos mandan una foto de la reacción que se ha creado, y se puede ver si el paciente tiene inmunidad celular o no”.
“Solo ver una parte de inmunidad, que son los anticuerpos, nos deja con incertidumbres que realmente no podemos cubrir. Nosotros proponemos COVIDCell como método inicial, que no significa que no se puedan hacer los otros, que dan información más profunda. Son cosas complementarias y la utilidad de este test es la gran población a la que podemos llegar”, agregó Barrios.
Los investigadores creen que su desarrollo servirá para la vacunación personalizada, teniendo como objetivo a quienes realemente necesitan una nueva inyección, lo que implicaría una mejor gestión de los recursos sanitarios: “Este test permite demostrar si necesitas estas dosis extras o no con el paso del tiempo, al tiempo que podemos responder a cuestiones sobre el tiempo que nos dura la inmunogenicidad de las vacunas, o cuántas dosis vamos a necesitar”, concluyó Barrios.
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