Si bien las pruebas de antígenos se realizan a través de las fosas nasales, en los últimos días, diferentes expertos se mostraron a favor de la toma de la muestra a través de la saliva. Esta enfermedad cambia todo a su paso y ahora surge un nuevo análisis que genera debate entre los científicos.
“La estrategia tradicional para diagnosticar infecciones respiratorias ha sido ir a la nariz”, dijo Donald Milton, médico especialista en virus respiratorios en la Universidad de Maryland.
Sin embargo, luego de la rápida propagación de Ómicron y los cuestionamientos sobre la sensibilidad de las pruebas caseras se volvió a traer el viejo debate de si la detección del virus es mejor a través de la boca, precisamente utilizando la saliva.
En un estudio realizado en la Universidad de Ciudad del Cabo en Sudáfrica se compararon las pruebas de diagnóstico de 382 pacientes con COVID-19. El resultado fue que en pacientes infectados con la variante Delta los hisopos de saliva detectaron el virus el 71% de las veces, mientras que los hisopos nasales lo encontraron el 100 % de las veces. Sin embargo, en pacientes contagiados por Ómicron sucedió a la inversa: los hisopos de saliva detectaron el virus el 100% de las veces, mientras que los hisopos nasales lo detectaron el 86% de las veces.
“El virus aparece primero en tu boca y garganta. Eso significa que la estrategia que estamos usando para las pruebas tiene problemas”, agregó Milton.
Las muestras tomadas de saliva a través de un hisopo, podrían ayudar a identificar a las personas que están contagiadas días antes de lo que detectan los hisopados en la nariz, indican algunas investigaciones.
Hasta el momento los estudios realizados son preliminares y no han sido aún publicados en revistas científicas, es por eso que la evidencia que se tiene continúa siendo débil.
“Tenemos que ser adaptables”, opinó Anne Wyllie, microbióloga en la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Yale, y una de los desarrolladores de SalivaDirect, un protocolo de prueba no comercial de reacción en cadena de la polimerasa (PCR, por su sigla en inglés). “Veo muchos laboratorios o gobiernos que están tan obsesionados con cierto tipo de muestra o cierta prueba que incluso al cambiar los datos o preferencias de prueba no hacen las adaptaciones necesarias a sus programas de tamizaje”, afirmó.
Hace casi dos años, en el inicio de la pandemia, diferentes científicos comenzaron a investigar las pruebas con saliva ansiosos por encontrar un método de detección que fuera más cómodo que el hisopado nasofaríngeo. Se basaban en que con la saliva, las personas podrían simplemente escupir en un tubo y entregarlo para su procesamiento sin la necesidad de un personal de la salud para tomar la muestra.
“Al principio, hubo cuestionamientos de que la saliva no era la mejor muestra, de que no era la muestra más sensible”, señaló Glen Hansen del Laboratorio de Microbiología Clínica y Diagnóstico Molecular en el Centro Médico del Condado de Hennepin en Minnesota.
A pesar de esto, para septiembre de 2020, muchos estudios, incluso publicados en revistas científicas como The Lancet, indicaban que la saliva era una muestra apropiada para las pruebas.
“Ha habido un creciente cuerpo de evidencia de que la saliva, al menos, tiene un buen desempeño: es tan buena, si no mejor, cuando se recolecta de la manera apropiada, cuando se procesa de la forma adecuada”, aseguró Wyllie.
La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por su sigla en inglés) autorizó varias pruebas PCR con base en la saliva, las que demostraron ser populares para detectar la infección entre los estudiantes en escuelas.
“La saliva, en realidad, ha resultado ser un tipo de espécimen valioso y uno que ha sido cada vez más defendido como una muestra primaria de prueba”, opinó Glen Hansen.
“Creo que Ómicron ha cambiado realmente el juego de las pruebas debido a la rapidez con la que el virus se replica y se propaga”, dijo Robby Sikka, presidente del Grupo de Trabajo de Deportes y Sociedad para el COVID-19 y que ayudó a llevar las pruebas de saliva a la NBA en 2020.
Algunos expertos también opinaron que la variante Ómicron puede ser más eficiente para replicarse en las células de la boca y la garganta que otras variantes.
A pesar de esto, investigadores del Instituto de Tecnología de California descubrieron que aunque el virus suele aparecer en grandes cantidades en la saliva; a la larga, alcanzaba niveles más altos en la nariz. Estos resultados indican que las pruebas de alta sensibilidad, como las PCR, podrían detectar infecciones en la saliva días antes que los hisopados nasales, pero es posible que las menos sensibles, como las de antígenos, no lo hagan.
Todavía no queda claro si alguna de las principales compañías de pruebas caseras tiene planes para elaborar un test a través de la saliva. “Seguimos monitoreando y evaluando. En la actualidad, nuestra prueba está indicada exclusivamente para uso nasal”, precisó a The New York Times, John M. Koval, un portavoz de Laboratorios Abbott, fabricante de pruebas rápidas de antígenos.
Qué opinan las autoridades sanitarias estadounidenses
Hasta el momento, las indicaciones sobre cómo realizar los test no han variado y no se recomienda hacer “experimentos caseros” modificando las instrucciones que indique el fabricante.
Incluso, uno de los máximos defensores del test de garganta, Michael Mina, ex epidemiólogo e inmunólogo de la Escuela de Salud Pública TH Chan de Harvard, no respalda la práctica para el público general mientras no haya una aprobación por parte de las agencias reguladoras.
Esto quiere decir que los propios expertos que abrieron el debate y que reconocen que en su casa se toman ambas muestras (garganta y nariz) no animan a la población a actuar de manera contraria a las instrucciones del test. Como científicos admiten que no es la forma en la que las pruebas han sido desarrolladas y probadas y que es necesaria una mayor investigación.
En conclusión, por el momento se seguirá testeando a través de las fosas nasales. Sin embargo el debate ya está planteado y promete continuar en escena.
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