Cuando el coronavirus que causa el COVID-19 fue descripto en enero de 2020, no se conocían bien sus vías de transmisión. Con el avance de la investigación científica y en base a estudios con otras infecciones similares, se pudieron determinar cuáles son los mecanismos por los cuales las personas se contagian el virus. Uno de los principales son los “aerosoles” que las personas con COVID-19 -con o sin síntomas- pueden emitir al hablar, toser, gritar, cantar o exhalar y pueden quedar suspendidos en el aire. Por eso, los espacios cerrados favorecen más la concentración de los aerosoles y se convierten en un ambiente de alto riesgo de contagio si hay personas con la infección.
Uno de los expertos que ha llamado la atención al mundo para que se le dé más importancia a la transmisión por aerosoles es el científico español José Luis Jiménez, profesor de Química de la Universidad de Colorado Boulder, Estados Unidos. Fue parte del grupo de 239 científicos que le señaló a la OMS el año pasado que debía considerar que el coronavirus también se transmite por el aire.
Los aerosoles son las partículas de menor tamaño producidas en gran cantidad en todas las actividades respiratorias, como respirar, hablar, toser o estornudar. Otras personas pueden contagiarse a inhalar esos aerosoles con el coronavirus emitidos por otros que cursaban la infección.
Cuando una persona levanta el tono de voz o cuando hace actividad física, aumenta la cantidad de aerosoles producidos. Cuando la persona con COVID-19 está a menos de 2 metros de distancia, los demás están expuestos a una mayor cantidad de aerosoles y pueden adquirir la infección. Se llama “contagio en proximidad”.
También en un ambiente interior el coronavirus se puede transmitir a través de aerosoles a una distancia mayor a 2 metros. Los aerosoles permanecen en el aire y se acumulan si la ventilación del lugar no es suficiente. Entonces se puede producir la transmisión del virus por “contagio a distancia” a otra persona.
Hay además otros mecanismos de transmisión del virus. Una de ellas es por gotas, que son también aerosoles de gran tamaño principalmente emitidos al estornudar o toser, que pueden impactar sobre los ojos, nariz o boca de una persona que se encuentra cerca. Por su gran tamaño, las gotas se depositan sobre cualquier superficie dentro de los 2 metros de distancia. Por lo tanto, las gotas pueden causar contagio directamente por inhalación o indirectamente por depositarse en superficies. El mecanismo de transmisión menos frecuente es en superficies o fómites: cuando las personas tocan algún objeto o superficie que estaba contaminado con el virus y luego se lleva la mano a los ojos, nariz o boca.
Al tener en cuenta los mecanismos de propagación del coronavirus, el doctor Jiménez compartió en Twitter sus 15 recomendaciones para tener en cuenta a la hora de tomar medidas de prevención contra el COVID-19 durante las vacaciones:
1- El aire que se respira puede estar infectado con el coronavirus
“Lo más importante: entender que nos contagiamos al respirar aire infectado (aerosoles con virus) exhalado por algunos (no todos) de los infectados”, escribió el doctor Jiménez en Twitter. El contagio se puede producir “en proximidad cercana, y en el aire compartido en una habitación”.
2- Se trata de una “pandemia de interiores”
Hay que darse cuenta de que se trata de una “pandemia de interiores”. Es 20 veces más probable contagiarse el virus en un espacio interior que en el exterior (sólo lo explica transmisión por aire). Por eso, el experto recomienda hacer “todo lo que se pueda al aire libre” como reuniones de familia, trabajo, escuelas, entre otras actividades.
3- Si se encuentra en un ambiente cerrado, hay medidas de prevención para adoptar
“Si tienes que ir a interiores, no hay bala mágica”. Es decir, no existe hoy “una medida que por sí sola nos mantenga a salvo” del COVID-19. “Hay que hacer varias cosas para disminuir el riesgo”, señaló Jiménez y recomendó adoptar el modelo del queso suizo del virológo Ian Mackay. Este modelos incluye diferentes acciones que si se suman van reduciendo el riesgo. Allí se incluye la vacunación, la ventilación de los ambientes, el uso de los barbijos, el lavado de manos, el distanciamiento de 2 metros, el aislamiento, entre otras.
4- Estar el menor tiempo posible en el interior con otras personas
Se debería “tratar de minimizar el tiempo en interiores, con la menor gente posible. Entender que la distancia ayuda, pero no es suficiente”, aclaró.
5- Las mamparas tienen limitaciones
Según el doctor Jiménez, las mamparas “ayudan en situación de cajero”. Su efecto es que rompen el flujo directo de la exhalación del infectado, y lo diluyen. Pero las mamparas laterales aumentan la transmisión al dificultar la ventilación y “hay que quitarlas”.
6- Limpiar superficies mucho es una pérdida de tiempo
“La desinfección de superficies es un desperdicio completo de tiempo y dinero”, sostuvo el experto. Aunque aclaró: que puede haber una excepción “en la planta COVID del hospital, según los Centros para el Control ly la Prevención de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos.
7- Hablar fuerte ayuda al COVID-19
La vocalización -ya sea cuando se habla, grita o canta “está fuertemente asociada a la transmisión del coronavirus. Hubo “muchos brotes en coros”, pero ninguno en bibliotecas, resaltó Jiménez. “Hablar menos fuerte (o no hablar cuando sea posible, por ejemplo en el transporte público)”, aconsejó.
8- Las mascarillas o barbijos dan alta protección
Las mascarillas son la medida de protección más efectiva en los ambientes interiores. “No son coladores”, aclaró. “Filtran aerosoles mucho más pequeños que sus huecos (física microscópica)”, puntualizó.
9- Cualquier mascarilla es mejor que estar sin nada
Para obtener su protección contra el coronavirus, las mascarillas necesitan ser buen filtro. “Al pasar el aire, aerosoles se pegan a la tela”, afirmó. También las mascarillas deben respirar a la persona. Es decir, deben dar poca resistencia. No deben quedar huecos con la cara sino que debe estar ajustadas. Jiménez lo considera el “problema más gordo en el mundo real”.
10- Hay mascarillas que dan mejor protección
Como el COVID-19 se transmite por el aire y es la forma dominante, Jiménez consideró que “hay que recomendar mascarillas mejores”. Mencionó las mascarillas FFP2/3, N95, o elastoméricas.
11- Se puede quitar el coronavirus en ambientes cerrados
A la pregunta sobre cómo hay que quitar el virus del aire interior, Jiménez contestó que hay que “echar fuera el aire con virus” a través de la ventilación, que es la mejor opción. Otra opción es “Quedarse con el aire, quitar el virus con el filtrado”. En cuanto a la opción “matar” el virus al desinfectar, Jiménez advirtió que es “peligrosa”, excepto que se use radiación ultravioleta “que sí funciona”.
12- Hay que conocer los niveles de ventilación
Recomendó saber si la ventilación de un lugar es suficiente para prevenir el COVID-19. “Medir el dióxido de carbono con un medidor de infrarrojos”. El medidor se debe mantener por debajo de 700-800 ppm (partes por millón).
13- Hacer que los medidores estén visibles
Se deberían instalar medidores de dióxido de carbono visibles al público. Así cada persona puede saber si el ambiente tiene la ventilación suficiente para reducir el riesgo de contagio del coronavirus.
14- Qué considerar sobre el filtrado
“Si la ventilación no es suficiente o no es práctica”, entonces se pueden usar filtros HEPA comerciales. “Funcionan bien, pero son caros. Gran variación en coste, calidad, y ruido (muchas empresas venden malos)”, señaló
15- Hay diferentes filtros para usar
Si se usan filtros, no necesariamente tienen que ser HEPA “Hay filtros más baratos hechos con ventiladores funcionan muy bien”, indicó.
El doctor Jiménez colaboró con varias instituciones científicas de España que organizaron el sitio Aireamos, para promover los ambientes seguros contra el COVID-19. En la Argentina, el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación organizó la campaña Ventilar en la web donde también hay información disponible.
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