Con el avance de la variante Ómicron, que en apenas semanas provocó millones de contagios de coronavirus en todo el mundo, muchos países empezaron a extremar las medidas para los viajeros. Sin embargo, mientras a nivel global la mayor preocupación persiste en el avance del COVID-19, todavía hay ciertas enfermedades por las que algunas naciones exigen a los turistas estar vacunados.
En tiempos en los que todavía hay preocupación por los altos índices de no vacunados contra el coronavirus, la Organización Mundial de la Salud (OMS) sostiene que la inmunización, sin importante qué enfermedad, “es una forma sencilla, inocua y eficaz de protegernos contra enfermedades dañinas antes de entrar en contacto con ellas”.
En caso de no vacunarnos, “corremos el riesgo de contraer enfermedades graves como el sarampión, la meningitis, la neumonía, el tétanos y la poliomielitis, muchas de las cuales pueden ser discapacitantes y mortales”. Según cálculos de la OMS, las vacunas infantiles salvan la vida de cuatro millones de niños cada año.
Son decenas las enfermedades que una persona puede contraer al viajar a otro país. Entre ellas se destacan la fiebre amarilla, la malaria, la meningitis y la poliomielitis. Estas afecciones con las que provocan la mayor cantidad de restricciones por parte de los países a la hora de viajar. Y si bien en algunos casos sólo se exigen siempre que el visitante concurra a determinada área del país, es preciso contar con la información antes de emprender el viaje.
En el caso de la fiebre amarilla, el virus es endémico en las zonas tropicales de África y de América Central y Sudamérica.
Las grandes epidemias de esa enfermedad se producen cuando el virus es introducido por personas infectadas en zonas muy pobladas, con gran densidad de mosquitos y donde la mayoría de la población tiene escasa o nula inmunidad por falta de vacunación, según explica la OMS.
Por ese motivo, “los países que exigen una prueba de vacunación son aquellos en los que la enfermedad puede aparecer o no y en los que están presentes el mosquito vector y los posibles primates no humanos huéspedes de la fiebre amarilla”.
Decenas de países, principalmente de África, Asia y América Central, exigen para ingresar un certificado de vacunación contra la fiebre amarilla a aquellos viajeros de más de un año “que lleguen de países con riesgo de transmisión de la fiebre amarilla; a los que hayan transitado por países con riesgo de transmisión de la fiebre amarilla; y para los que hayan transitado durante más de 12 horas por un aeropuerto de un país con riesgo de transmisión” del virus.
En América Latina, los que exigen certificado de vacunación son: Aruba, Bahamas, Barbados, Belice, Bolivia, Bonaire, Colombia, Costa Rica, Cuba, Curazao, Dominica, República Dominicana, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá, Paraguay, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, San Martin, San Vicente y las Granadinas, y Santo Tomé y Príncipe.
Cuba, por ejemplo, exige el certificado de inmunización a los viajeros procedentes de Angola, Brasil y la República Democrática del Congo.
En algunos casos no es obligatorio contar con un esquema de vacunación, pero sí es recomendable dependiendo la zona o región que se visite.
En el caso de Perú, la OMS recomienda la vacunación contra la fiebre amarilla para los viajeros mayores de los 9 meses de edad que se dirijan a zonas del país que se encuentren por debajo de 2.300 metros de altitud: todas las regiones del Amazonas, Loreto, Madre de Dios, San Martin, Ucayali, Puno y Cuzco, entre otras.
En cambio, la inmunización no se recomienda para viajeros cuyo itinerario se limite a otras áreas por encima de los 2.300 metros de altitud: zonas al oeste de los Andes, las ciudades de Cuzco y Lima, Machu Picchu, y el Camino del Inca.
En África, la vacunación es obligatoria en países como Angola, Benín, Burkina Faso, Botsuana, Burundi, Camerún, Costa De Marfil, Etiopía, Kenia, Lesoto, Liberia, Madagascar, Malaui, Mozambique, Namibia, República Democrática Del Congo, Ruanda, Seychelles, Sudáfrica, Togo, Zambia y Zimbabue, entre otros.
Para viajar a Asia, en tanto, se requiere certificado de vacunación para ingresar a China, Filipinas, India, Indonesia, Malasia, Singapur, y Tailandia.
La poliomielitis es otra enfermedad vírica sumamente infecciosa, que afecta principalmente a los niños menores de 5 años. Desde que la Asamblea Mundial de la Salud aprobó una resolución en 1988 para su erradicación, los casos de polio disminuyeron en más del 99% desde entonces, al pasar de unos 350.000 en más de 125 países endémicos a poco más de 100 registrados en los últimos años.
Pero todavía hay países donde es motivo de preocupación, como Siria, Brunéi, India, e Irak, que exigen contar con la vacuna contra esa enfermedad. En Arabia Saudita, en tanto, no es obligatoria, pero sí recomendable.
Por su parte, la meningitis es otra enfermedad de gran transmisión que presenta altas tasas de letalidad y graves secuelas a largo plazo. El objetivo de la OMS es terminar con la meningitis bacteriana para 2030.
Varias vacunas protegen contra esa enfermedad. Entre ellas, la antimeningocócicas, contra la Haemophilus influenzae tipo b y la neumocócica. Al mismo tiempo, las autoridades científicas están trabajando en el desarrollo de inmunizantes contra otras causas de meningitis.
De acuerdo a datos de la OMS, países como Arabia Saudita, Filipinas, Gambia, Indonesia y Libia, exigen contar con la vacuna contra la meningitis.
Si bien existen otras enfermedades, como el cólera, que se originó en la India en el siglo XIX y luego afectó principalmente a Asia, África y las Américas, en la actualidad ningún país exige un certificado de vacunación como condición para la entrada.
Con respecto a la viruela, por su parte, desde que en 1980 se certificó su erradicación mundial, la OMS no recomienda la vacunación contra la viruela para los viajeros.
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