Un estudio sudafricano afirma que Ómicron es un 25% menos grave que Delta

Científicos de Sudáfrica afirman que la nueva variante del coronavirus registra menos ingresos en unidades de terapia intensiva, pero alertan que no debe subestimarse

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Científicos siguen estudiando los efectos clínicos de la variante Ómicron. (REUTERS/Dado Ruvic/Illustration)
Científicos siguen estudiando los efectos clínicos de la variante Ómicron. (REUTERS/Dado Ruvic/Illustration)

A los pocos días de reportada la nueva variante del coronavirus, Ómicron, detectada en Sudáfrica el 24 de noviembre último, científicos afirmaban que se trataría de una mutación con efectos menos graves que su antecesora Delta.

Un reciente estudio realizado en Sudáfrica destaca que la variante “Ómicron causaría una enfermedad menos grave, reduciendo el riesgo de hospitalización y muerte respecto a Delta en un 25 %”, aunque precisa que su gravedad se ha atenuado sobre todo por las vacunas y la infección previa.

“En la ola impulsada por Ómicron, los resultados de COVID-19 grave se redujeron principalmente por la protección aportada por una infección previa y/o vacunación”, señala el estudio desarrollado por científicos de Sudáfrica, “pero la virulencia intrínsecamente reducida podría representar un riesgo reducido del 25 % de hospitalización grave o muerte en comparación con (la variante) Delta”.

Las internaciones y fallecimientos bajaron en comparación con la anterior ola (REUTERS/Diego Vara)
Las internaciones y fallecimientos bajaron en comparación con la anterior ola (REUTERS/Diego Vara)

Es decir, incluso teniendo en cuenta la protección que proporcionan la vacunación o la inmunidad derivada de infecciones previas, los datos del estudio sugieren que las características concretas de esta variante reducen en un 25 % el riesgo de sufrir una enfermedad grave con Ómicron en comparación con Delta.

El estudio apoya otros resultados científicos preliminares obtenidos hasta ahora a nivel global, que apuntan a una mayor transmisibilidad pero una menor virulencia de Ómicron, una variante detectada a finales de noviembre en Sudáfrica. Realizado en la provincia sudafricana del Cabo Occidental, el estudio comparó 5.144 pacientes de la cuarta ola, impulsada por Ómicron y cuyo pico el país consideró superado a finales de diciembre, con 11.609 pacientes infectados en las olas anteriores, la última de las cuales fue dominada por delta.

Los primeros análisis sugieren un riesgo reducido de hospitalización entre las personas infectadas con Ómicron en comparación con las personas infectadas con otra variante en el mismo período de tiempo. Una vez hospitalizados, el riesgo de enfermedad grave fue similar para todas las personas infectadas, mientras que las personas infectadas con Ómicron tenían un riesgo reducido de enfermedad grave en comparación con las personas infectadas anteriormente con Delta. Parte de esta reducción es probablemente el resultado de una alta inmunidad de la población”, concluyeron los autores.

Ómicron supondría un 25% menos de enfermedad grave que Delta (REUTERS/Diego Vara)
Ómicron supondría un 25% menos de enfermedad grave que Delta (REUTERS/Diego Vara)

La investigación, a cargo del Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas (NICD, por sus siglas en inglés) y de las autoridades sanitarias de la provincia y del país, está aún pendiente de ser sometido a la revisión de pares de la comunidad científica. Sudáfrica, con 3,5 millones de casos acumulados hasta la fecha y más de 93.000 muertes, se mantiene como el gran epicentro de la pandemia en África. El avance de la vacunación es lento y menos del 30 % de la población total tiene el esquema vacunatorio completo.

Enfermedad “leve”

Con el avance de Ómicron en el mundo y el registro de menos personas internadas en una Unidad de Terapia Intensiva (UTI), muchos se aventuraron a afirmar que se trata de una “enfermedad leve”. “El uso de la palabra ‘leve’ no pretende minimizar la experiencia de tener la enfermedad”, dijo la doctora Shira Doron, epidemióloga hospitalaria y médica de enfermedades infecciosas del Centro Médico Tufts de Boston. Además aclaró que las personas que presentan una enfermedad leve pueden desarrollar lo que se denomina “covid largo”, y padecer los síntomas incluso durante seis meses o más. Para Doron el término “leve” debería ser reformulado.

Los sistemas de salud siguen estresados por los grandes contagios existentes (REUTERS/Diego Vara)
Los sistemas de salud siguen estresados por los grandes contagios existentes (REUTERS/Diego Vara)

“Cuando nosotros, o los CDC o los NIH, decimos ‘leve’, nos referimos realmente a que no se ha enfermado lo suficiente como para ir al hospital. Pero cuando tienes una enfermedad parecida a la gripe que te lleva a la cama, eso no es leve para ti”, agregó la doctora.

Los síntomas cuando se está cursando el COVID-19 pueden modificarse notoriamente entre una persona y otra. Si bien es cierto que diferentes estudios demostraron que la enfermedad causada por la variante Ómicron suele ser más leve que la provocada por la variante Delta, y algunas personas no presentan síntomas o sólo un breve resfrío, en algunos casos puede provocar una enfermedad grave, sobre todo en las personas que aún no están vacunadas.

El jefe de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, recordó que el alto número de casos causados por Ómicron, más contagiosa que la anterior variante Delta, ha causado presión en los hospitales. “Aunque Ómicron parece ser menos grave en comparación con Delta, especialmente para las personas vacunadas, no significa que deba clasificarse como leve”, dijo Ghebreyesus en una conferencia de prensa.

Al igual que las variantes anteriores, Ómicron causa hospitalizaciones y está matando a personas”, insistió, agregando que el aumento exponencial de los contagios “está desbordando los sistemas sanitarios de todo el mundo”.

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