La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió que el coronavirus “sigue siendo un virus peligroso” y alertó sobre los contagios récord causados por la nueva variante en todo el mundo. La mayor transmisibilidad del virus registrada desde la detección de Ómicron, el 24 de noviembre en Sudáfrica, puso en alerta a los epidemiólogos del organismo.
“Ómicron probablemente no será la última variante de la COVID-19. No lo sabemos aún, pero cuanto más circule el virus, más posibilidades hay que de que surja una nueva variante más mortal que Ómicron”, alertó Bruce Aylward, asesor sénior de la OMS.
El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, destacó que la semana pasada se notificaron más de 15 millones de nuevos casos de COVID-19 en todo el mundo, “el mayor número de casos notificados en una sola semana”. “Y sabemos que se trata de una subestimación”, puntualizó durante una conferencia de prensa este miércoles.
Sin embargo, detalló que el número de muertes semanales notificadas “se ha mantenido estable desde octubre del año pasado, con una media de 48.000 muertes semanales”. Aunque el número de pacientes hospitalizados está aumentando en la mayoría de los países, no está al nivel de las olas anteriores.
Según la OMS, esto se debe “posiblemente” a la menor gravedad de Ómicron y a la inmunidad generalizada por la vacunación o la infección previa.
En cualquier caso, el organismo envió un mensaje de prudencia a la población: “Aunque la variante Ómicron causa una enfermedad menos grave que Delta, sigue siendo un virus peligroso, especialmente para quienes no están vacunados. Casi 50.000 muertes a la semana son 50.000 muertes de más. Aprender a vivir con este virus no significa que podamos, o debamos, aceptar este número de muertes”, señaló Ghebreyesus.
Sobre el pronóstico de que un 50% de los europeos se contagiará con la nueva variante en los próximos dos meses, la epidemióloga líder de la OMS, Maria van Kerkhove, ha señalado que existen “las herramientas para planear y evitar que se cumpla”. “Pedimos a todos que nos ayuden a reducir la transmisión”, agregó.
Por su parte, Aylward se mostró impresionado por el crecimiento abrupto de casos producidos por Ómicron: “La curva de la epidemia es asombrosa. En 30 años trabajando con enfermedades infecciosas nunca había visto nada igual. Hay que hacer todo lo posible para frenar los contagios”.
La OMS rechaza el concepto de endemia
Van Kerkhove ha rechazado que, por el momento, estemos entrando en una fase de endemia: ”No habrá una situación endémica en un país mientras en el resto del mundo sigue habiendo una pandemia. Así no es como funciona. El coronavirus se hará endémico, no hay duda de ello, pero no estamos ahí todavía. Estamos en mitad de una pandemia”, ha reivindicado.
El director ejecutivo del Programa de Emergencias de la OMS, Mike Ryan, opinó que “no es el momento de rendirse”. “No es el momento de declarar que éste es un virus bienvenido. No es bienvenido ningún virus que mate a la gente”, ha defendido.
“Aunque las vacunas siguen siendo muy eficaces para prevenir la enfermedad grave por COVID-19 y la muerte, no impiden totalmente la transmisión. Una mayor transmisión significa más hospitalizaciones, más muertes, más personas sin trabajo, incluidos profesores y trabajadores sanitarios, y más riesgo de que surja otra variante aún más transmisible y más mortal que ómicron”, explicó el director de la OMS.
En ese sentido, sostuvo que este gran número de casos de COVID-19 “también supone una mayor presión sobre los trabajadores sanitarios ya sobrecargados y agotados”.
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