El futuro de los trasplantes humanos ya llegó. Ayer, un hombre de 57 años con una enfermedad cardíaca potencialmente mortal recibió un corazón de un cerdo modificado genéticamente y hoy se recupera mientras es monitoreado por los especialistas.
Se trató del primer trasplante exitoso de un corazón de cerdo a un ser humano, en una operación que duró ocho horas y se llevó a cabo en forma exitosa en el Hospital de Baltimore, Estados Unidos el pasado viernes. El paciente David Bennett, quien aceptó ser el primero en arriesgarse a someterse a este tipo de cirugía experimental solo con la esperanza de regresar a su dúplex de Maryland y vivir con su amado perro Lucky, evoluciona bien, según confirmaron los cirujanos del Centro Médico de la Universidad de Maryland, quienes estuvieron a cargo de la cirugía.
“El corazón solo ahora crea el pulso, crea la presión. Hoy está funcionando y parece normal. Estamos emocionados, pero no sabemos lo que nos deparará el mañana. Esto nunca se ha hecho antes”, precisó el doctor Bartley Griffith, director del programa de trasplante cardíaco en el centro médico.
En la larga operación, los médicos reemplazaron su corazón con uno de un cerdo de 1 año de casi 109 kilos editado genéticamente y criado específicamente para este propósito.
“Esto es revolucionario. Se trata de una proeza histórica en materia de trasplante de órganos. Para realizar esta operación debieron alterar 10 genes del corazón del cerdo para adaptarlo al de un humano. Esa alteración de genes es para morigerar el rechazo del órgano y hacer el corazón más humano. También se le inactivó un gen de crecimiento para evitar que ese corazón de cerdo siga creciendo dentro del cuerpo de hombre trasplantado”, explicó a Infobae el doctor Marcelo Nahin (MN 84982), Jefe de Cirugía Cardiovascular del Hospital de Alta Complejidad El Cruce de Florencio Varela, quien agregó que “esto abre una gran puerta a la medicina que no sabemos hoy cómo va a terminar. Esto brinda la posibilidad de que no haya faltantes de órganos en un futuro próximo”.
“Además, si esta terapia se puede establecer como rutinaria y no experimental como lo es hoy, cambiaría en sí misma las operaciones de trasplantes de órganos tal como las conocemos en la actualidad. Se terminarían los operativos de trasplante de urgencias y de madrugada. Cada hospital tendría su bioterio con los órganos de chanchos ya genéticamente modificados, a la espera de la llegada de un paciente. Las cirugías serían todas programadas y no habría casi urgencias. Pasaría lo que hoy pasa con las operaciones de reemplazo de válvulas cardíacas, en donde hoy cada centro de salud tiene disponibles en sus laboratorios. De hecho, son válvulas cardíacas de cerdo muchas veces. El reemplazo de válvulas cardíacas se realiza desde hace 70 años y en aquella época era impensado tenerlas en a la mano en los hospitales para utilizarlas cuando se necesitan. Con los órganos podría pasar algo similar en un futuro cercano”, completó Nahin, egresado con Diploma de Honor de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires y cirujano cardiovascular de Staff del Hospital Británico de Buenos Aires.
Y concluyó: “Como cirujano cardiovascular esta noticia es impresionante. Además, nunca deja de emocionarme cuando retiro un corazón que no funciona correctamente y veo vacío el mediastino o caja torácica para luego colocar el nuevo y verlo cómo empieza a latir. Hacer eso con uno de cerdo sería algo increíble”.
Trasplante de animales a personas
Los xenotrasplantes (del griego xenos, que significa extraño, extranjero) son trasplantes de órganos entre especies distintas, por ejemplo entre cerdos y humanos. Fueron propuestos hace más de 30 años para suplir la falta de órganos que requieren las personas que están en las listas de espera.
El hito de trasplantar un órgano procedente de un animal a un ser humano, se soñó por décadas. Gracias a la similitud anatómica y fisiológica entre los cerdos y nuestra especie, esta operación fue posible. “La utilización de animales para aportar órganos a humanos es una idea vieja, y lo que persigue es conseguir un donante compatible con la mayor cantidad de individuos posible”, señaló el doctor Rafael Fernández-Martín, profesor de la Cátedra de Fisiología Animal de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (UBA), que trabaja junto a su colega el doctor Daniel Salamone para producir en un futuro próximo órganos aptos para trasplante, a partir de cerdos modificados genéticamente y, de esa manera, mejorar la calidad de vida de los pacientes que se encuentran en espera de un donante humano compatible.
El principal impedimento reside, hasta el momento, en que “el sistema inmune busca identificar células extrañas en el organismo, que se diferencian por las distintas glicosilaciones ─proceso bioquímico en el que se adicionan azúcares a las moléculas─, y al detectar un órgano extraño lo destruye en minutos”, explicó el experto. Al hablar de cómo inició su inquietud por lograr un donante universal, Salamone se remontó a la década de 1990, cuando el doctor René Favaloro le planteó la necesidad de superar el denominado “rechazo hiperagudo” que ejerce el sistema inmunológico con posterioridad a un trasplante por no reconocer como parte del organismo al nuevo órgano.
Asemejar un órgano de cerdo a uno humano no es una tarea sencilla, relataron los especialistas. Entre los múltiples factores que intervienen en el rechazo, se encuentran los residuos de galactosa del porcino y ante los cuales nuestro cuerpo responde de manera automática. Por ello, remarcan, la xenotransplantación es una idea a futuro con resultados todavía en fase de experimentación, lejos de instancia clínica. Sin embargo, los avances en edición genética por medio de la técnica CRISPR son alentadores. Fernández-Martín destacó su “facilidad de manejo y especificidad”. Y agregó: “A mí me gusta comparar CRISPR con una herramienta informática que te permite ubicar una cita de un libro no sólo en un ejemplar, sino en toda la Biblioteca Nacional”.
Acerca del CRISPR, que fue descubierto a partir del sistema inmune primitivo de bacterias, Salamone simplificó: “opera, básicamente, por medio de dos componentes, una enzima que tiene la capacidad de cortar ADN y un ARN (ácido ribonucleico) pequeño con la habilidad para unirse a la enzima e indicarle donde cortar en una secuencia específica en la que deseamos actuar”. “Entonces, son verdaderas tijeras genéticas con las cuales podemos cortar en lugares específicos. A eso se suma nuestra probada aptitud para insertar secuencias precisas en tales espacios. Entre las aplicaciones asociadas pueden obtenerse, por ejemplo, leches hipoalérgicas o mejorar la producción de carne”, añadió.
Antecedente exitoso
En octubre pasado, científicos estadounidenses lograron unir temporalmente un riñón de cerdo en un cuerpo humano de una paciente con muerte cerebral y observaron que comenzaba a funcionar, un gran avance en la búsqueda de varias décadas por utilizar algún día órganos animales en trasplantes para salvar vidas humanas.
Los cerdos se han convertido en la más reciente prioridad de investigación en el intento por atender la escasez de órganos, pero existe un obstáculo: un tipo de azúcar en las células porcinas, extraña al cuerpo humano, causa el rechazo inmediato del órgano. El riñón para este experimento provino de un animal manipulado genéticamente para eliminar ese azúcar y evitar un ataque del sistema inmune. Los cirujanos unieron el riñón del cerdo a un par de grandes vasos sanguíneos fuera del cuerpo de un receptor -con muerte cerebral- para poder observarlo durante dos días. El riñón hizo lo que se supone debía hacer -filtrar los desechos y producir orina- sin provocar rechazo.
“El xenotrasplante, trasplante entre diferentes especies, está teniendo buenos resultados en los últimos años. Fue un éxito la prueba del trasplante de riñón en octubre y ahora nos enteramos de este trasplante de corazón con él órgano de un cerdo. Ahora hay que ver la evolución del paciente, porque todavía estamos en una etapa experimental, de un estudio clínico de Fase III”, comentó a Infobae el doctor Miguel Discépolo, nefrólogo y Jefe de Servicio de Trasplante del Hospital Español de Mendoza.
“El órgano trasplantado es de cerdo genéticamente modificado. A nivel órganos, el animal más parecido al humano no es el mono, es el cerdo. Los médicos neutralizaron la parte inmunológica para evitar un rechazo en el receptor. Se modificaron, entre otros aspectos, los polisacáridos del cerdo, unos azúcares que producen un rechazo en el cuerpo humano, que no los reconoce”, indicó y aclaró que mucha gente muere todos los días esperando un órgano, por lo que esta noticia brinda esperanza a futuro en lo que se refiere a espera de órganos y trasplantes más seguidos.
El sueño de los trasplantes de animales a humanos -o xenotrasplantes- se remonta al siglo XVII con los fallidos intentos de utilizar sangre animal en transfusiones. En el siglo XX, los cirujanos intentaron trasplantar órganos de babuinos en humanos. El caso más famoso fue el de la Bebé Fae, quien vivió 21 días con el corazón de un primate de esa especie.
Escasez de órganos
Hay una gran escasez de órganos humanos donados para trasplantes, lo que lleva a los científicos a tratar de descubrir cómo usar órganos animales en su lugar.
Según los datos del Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (INCUCAI), en Argentina hoy esperan un órgano 7080 pacientes. Durante el año pasado 1.543 pacientes en lista de espera recibieron un trasplante de órganos de donantes fallecidos y 246 de donantes vivos, lo que implica un aumento de un 40 por ciento con respecto a 2020. Además, se realizaron 1.392 trasplantes de córneas, que junto con el de órganos da un total de 3.181 para el año que culminó. Para más datos, en 2021 se realizaron 1.164 trasplantes renales, 418 hepáticos, 107 cardíacos, 36 renopancreáticos, 35 pulmonares, 16 hepatorrenales, 5 cardiorrenales, 3 pancreáticos, 2 hepatointestinales, 2 cardiopulmonares y 1 intestinal y 1.392 trasplantes de córneas. Del total de trasplantes, 203 fueron pediátricos (menores de 18 años).
En Estados Unidos, el año pasado hubo un poco más de 3800 trasplantes de corazón, una cifra récord, según datos de United Network for Organ Sharing, que supervisa el sistema de trasplantes del país. “Si esto funciona, habrá un suministro interminable de estos órganos para los pacientes que sufren”, dijo a AP el doctor. Muhammad Mohiuddin, director científico del programa de trasplante de animales a humanos de la universidad.
Los cerdos tienen órganos similares a los humanos. Si esos órganos pudieran usarse en trasplantes, la espera de muchas personas terminaría. Incluso las personas que nunca serían consideradas candidatas para trasplantes podrían tener una nueva oportunidad para salvar sus vidas.
Esa es la promesa del llamado xenotrasplante. Pero los intentos anteriores de tales trasplantes, o xenotrasplantes, han fracasado, en gran parte porque los cuerpos de los pacientes rechazaron rápidamente el órgano animal. En particular, en 1984, Baby Fae, un bebé moribundo, vivió 21 días con un corazón de babuino.
La Administración de Drogas y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés), que supervisa los experimentos de xenotrasplante, permitió la cirugía bajo lo que se llama una autorización de emergencia de “uso compasivo”, disponible cuando un paciente con una afección potencialmente mortal no tiene otras opciones.
Los científicos han trabajado incansablemente para desarrollar cerdos cuyos órganos no sean rechazados por el cuerpo humano. Los avances han sido enormes durante la última década gracias a las nuevas tecnologías de clonación y edición de genes.
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