Con el retorno a las clases, luego de las vacaciones de fin de año, enero se presentaba como un desafío para el sistema educativo de Europa.
Cinco días después del regreso, los gobiernos europeos ya se debaten si es posible mantener el principio de presencialidad con la amenaza circulando de la variante Ómicron.
Las escuelas volvieron a abrir el lunes, en casi toda Europa, con estrategias de rastreos, pruebas y aislamientos. Sin embargo, desde los establecimientos educativos, resumen un sentimiento generalizado: “Es situación se presenta como insostenible”.
Sólo en Francia, los datos oficiales hacen pensar que la doctrina de la escuela abierta se puede romper. Según cifras del Ministerio de Salud dadas a conocer el jueves, hubo 47.453 casos positivos entre estudiantes y 5.631 entre adultos: maestros, supervisores, personal auxiliar o funcionarios de comedores. Los datos indicaron alrededor de 75.000 estudiantes y 3.000 adultos aislados. En total, 9.202 clases están cerradas, en particular debido a un maestro infectado con Covid-19, y 28 establecimientos, la mayoría de los cuales son escuelas.
“Mi lucha es que la escuela siga abierta aunque sea difícil”, asume el ministro de Educación francés, Jean-Michel Blanquer. El titular de la cartera educativa reconoció en la señal de televisión CNews las dificultades del protocolo y la escasez de test de autoevaluaciones.
En el Reino Unido la situación no es muy distinta. El gobierno británico encaró el regreso a clase con la introducción en Inglaterra de la obligatoriedad del uso de mascarillas a los alumnos de secundaria y dando prioridad a las clases presenciales y acceso online a aquellos alumnos confinados por la covid-19.
Cuando los contagios promedian los 200.000 diarios en el país, las autoridades del Ministerio de Educación inglesas prevén que en las próximas semanas se produzca un significativo repunte en el número de ausencias de docentes debido a la propagación de Omicron.
Los pronósticos no son buenos. El ministro británico de educación, Nadhim Zahawi, recordó en el Parlamento que a finales del pasado trimestre las escuelas nacionales afrontaron un 8% de bajas de su personal y adelantó que “es probable que esto vaya a aumentar con los casos crecientes en los colegios y la vuelta de los más jóvenes a las aulas”. Las autoridades ya han llamado en algunos casos a profesores jubilados y antiguos docentes para que asisten para cubrir las ausencias.
Con matices entre los países, los protocolos para el regreso a la presencialidad, se basan en la multiplicación de pruebas por alumno. En Francia, un PCR o antígeno para todos los niños de una clase tan pronto como se descubre un caso positivo. El alumno regresa a la clase tras la presentación del resultado (negativo), luego una autoevaluación hogareña realizada el dia 2 y luego el dia 4, un certificado del resultado por los padres suficiente en este caso para permanecer en la escuela.
De manera escalonada, desde el lunes pasado también volvieron las clases a Alemania. Si bien cada Länder (Estado) tendrá autoridad para disponer la forma del retorno, el principio es la presencialidad. La recomendación general el uso de la mascarilla en los establecimientos educativos, señalado como una “necesidad absoluta” por el ministro de Sanidad, Karl Lauterbach. En Berlín, donde se iniciaron las clases el lunes, los alumnos se someten a pruebas diarias durante la primera semana. Después, cada niño en edad escolar se someterá a tres pruebas semanales.
Pero el debate en Alemania sobre la regla de escuelas abiertas ha regresado. Lauterbach advirtió repetidamente sobre el riesgo de coronavirus para los niños, lo que algunos políticos, incluso de su misma coalición de gobierno, han dicho que “a menudo ha sido exagerada”.
Cuando el diario BILD consultó, a un portavoz del ministerio, sobre las declaraciones del funcionario de salud, respondió que sus dichos “no solo se refieren al cierre de escuelas, sino en general”. Contrariamente, desde otros sectores de la nueva coalición gobernante, se “excluyó el cierre de escuelas en todo el país”
Un dato inquieta entre los alemanes: alrededor de 500 niños y jóvenes quisieron suicidarse durante el confinamiento en la primavera de 2021. El resultado de un estudio del Hospital Universitario de Essen también alarmó a los profesionales médicos.
Al respecto, Christine Aschenburg-Dugnus, experta en salud del partido liberal, explicó que con vistas a estos datos se “confirma tristemente que las escuelas no deben cerrarse”.
El gobierno italiano de Mario Draghi no quiere hacer concesiones. El principio es la presencialidad. Desde Roma, Pierpaolo Sileri, subsecretario de Salud, repite que “se ha hecho una evaluación cuidadosa, con una comparación larga, se ha elaborado una serie de pautas que permitirán que la escuela se reanude de manera segura. Con máscaras, distanciamiento y cuarentena las autoridades piensan que la situación estará bajo control.
Los relatos de los distintos protagonistas del mundo escolar de Italia ya coinciden en señalar una peligrosa distancia entre las reglas escritas por el gobierno y las posibilidades concretas en los establecimientos. A partir del lunes, una de las recientes medidas de seguridad es la obligatoriedad de la mascarilla de protección FFP2 para el personal que está en contacto con alumnos, estos últimos no obligados a llevar el cubrebocas, al menos para las clases inferiores. El resto de estudiantes continuarán utilizando las mascarillas quirúrgicas durante las clases.
Las nuevas reglas para el manejo de las cuarentenas establecen, entonces, en los jardines, ante la presencia de un positivo en el aula, desencadena la suspensión de actividades por 10 días. Mientras que en la escuela primaria con un solo caso, se aplica la vigilancia, que incluye un hisopo el primer y quinto día del descubrimiento del caso, y con dos se va a la educación a distancia o remota durante 10 días.
En los países nórdicos llegan los alumnos también con problemas. Mientras que Suecia considera innecesario el testeo masivo, Noruega y Dinamarca, si lo aconsejan. La Agencia de Salud Pública (FHOM, por sus siglas en sueco) considera que se trata de una medida poco efectiva y solo recomiendan las pruebas en caso de sospechas o síntomas.
Esta decisión ya ha provocado que la Federación de Profesores, desde Estocolmo, manifieste su intranquilidad ante el inicio del curso escolar y ha instado a que también se hagan test personas sin síntomas pero que han estado en contacto con contagiados.
Las autoridades suecas instan a promover las actividades al aire libre y a no cruzar las burbujas de alumnos de distintas clases para impedir las infecciones. Desde esta semana, Suecia, que logró detener la ola que sufre el resto de Europa, ha notificado cifras de contagio récord durante toda la pandemia, mientras las hospitalizaciones comienzan a aumentar.
Con la variante Ómicron amenazando, la pregunta en Europa es si las medidas son suficientes. Para un director de un establecimiento educativo en París, “Ya es insostenible. Nos adaptamos tanto como podemos, pero se va a romper “, confiesa al diario Le Parisien.
Incluso, frente al primer retoque al protocolo de salud en las escuelas este viernes en Francia, un sector sindical docente ha llamado a huelga el 13 de enero en la escuela. Ante el protocolo de salud “inmanejable”, el SNUipp-FSU, el sindicato mayoritario en las escuelas infantiles y primarias, convoca a una movilización, considerando que la situación ya es inmanejable.
Este sector gremial ya sugirió que se unieran otros sindicatos. Según explican, el ministro de Educación francés está mostrando una negación. “El ministro no está midiendo la situación y se complace en mantener las escuelas abiertas a toda costa”.
SEGUIR LEYENDO: