La estrategia de Francia es “fastidiar” y acorralar a los antivacunas

El maremoto por la nueva variante del coronavirus continúa en Europa, y en Francia en particular, el miércoles se identificaron cerca de 335.000 nuevas contaminaciones, lo que constituye un nuevo récord. La presión hospitalaria también se está intensificando en los hospitales, donde casi 4.000 pacientes con Covid-19 están en cuidados intensivos.

La situación no es mejor en el Reino Unido, donde las alertas están aumentando. La red de hospitales se enfrenta notablemente a una escasez de personal, mientras que el primer ministro, Boris Johnson, todavía se niega a introducir nuevas restricciones. El gobierno italiano ha optado por la decisión más difícil, y la vacunación será obligatoria para todas las personas de 50 años o más a partir del 15 de febrero.

En ese espejo complejo, las palabras del Jefe de Estado pronunciadas frente a los franceses durante una entrevista para el diario Le Parisien hicieron brotar a la oposición, generando una ola de comentarios en la vida pública del país. Pero estas declaraciones están lejos de ser una respuesta incontrolada, y son parte de una estrategia para acorralar a las personas aún reacias a recibir una inyección anti COVID

De hecho, la primera conclusión a esta advertencia “calculada” la dio el titular de la cartera de salud. El ministro, Olivier Véran, anunció ante la Asamblea Nacional, que se registraron 66.000 nuevas primarias vacunas, un día después de las polémicas declaraciones del mandatario galo.

Esto es un récord desde el 1 de octubre, un salto de 20.000 a 40.000 vacunaciones por primera vez al inicio de la semana, antes del récord del miércoles. El ministro asoció este logro con la presión que se esta ejerciendo sobre las personas que decidieron no aplicarse una inyección anti covid, incluso cuando las hospitalizaciones están mayoritariamente entre no inmunizados.

La estrategia además suma otro cerrojo. Luego de tres días de calurosos debates, alimentados por polémicos dichos del presidente Macron, dispuesto a “emmerder” (cabrear, molestar o fastidiar) a los no vacunados, la Asamblea Nacional aprobó este jueves, en primera lectura, el proyecto de ley que transforma el pase sanitario un pasaporte de vacunación.

Frente al desenfreno de la nueva variante, a mediados de diciembre el Ejecutivo presentó el texto que logró media sanción por 214 votos a favor y 93 diputados los que votaron en contra. El proyecto de ley ahora debe ser considerado por el Senado, con apoyo oficial mayoritario, a principios de la próxima semana, para una entrada en vigor que el gobierno estimada para mediados de enero.

Con esta nueva ley, los mayores de 12 años deberán poder acreditar su estado de vacunación para acceder a actividades de ocio, restaurantes y bares, ferias o transporte público interregional. Ya no será suficiente una prueba negativa, salvo para el acceso a establecimientos y servicios de salud.

El certificado, que consideran todos una forma de establecer la obligatoriedad de la vacunación, sólo podría atenuarse con un leve retoque. Los diputados pospusieron de 12 a 16 años la necesidad del pase de vacunación para viajes escolares y actividades extraescolares.

Un mensaje presidencial calculado

La entrevista a Emmanuel Macron tocó numerosos temas, incluso la primera confirmación de sus deseos de renovar en el Elíseo. Sin embargo, fue una respuesta la que encendió la polémica en el país. “Tengo muchas ganas de molestarlos. Y así lo seguiremos haciendo, hasta el final. Esa es la estrategia”, dijo el presidente de la República en referencia a la actitud que llevaran contra los no vacunados.

La reacción de la oposición fue de inmediato y coincidente. Todo el arco político adversario fustigó al Jefe de Estado, pero también por lo que se interpreta como un deseo de dividir a los franceses.

Pero contrariamente a lo pensado, estas declaraciones, son todo menos improvisadas. Como prueba, la entrevista fue releída por varios asesores del Palacio de los Elíseos que no la modificaron.

“No hubo discusión sobre el término”, desliza un asesor de Emmanuel Macron según detalle FranceInfo. Para los analistas, todo estaba bien calibrado, siendo parte de una estrategia precisa. Para los consejeros del gobierno las reacciones fueron las esperadas. ”Sabemos muy bien que esta es la palabra que se destaca, pero es algo que se asume. Está en el orden del combate político”, defiende el mismo consejero consultado por este medio francés.

Cerrándole las opciones a los reacios a una vacuna es como el ejecutivo espera mantener las cifras en crecimiento de personas con primeras nuevas inyecciones. Con el umbral récord de 66.000 primeras dosis el miércoles, el ministro de la salud sostuvo que “si hacemos esto por otros 70 o 75 días, tendríamos una protección completa de la población frente a formas graves”.

Además, Olivier Véran anunció frente al hemiciclo parlamentario el nuevo récord de contaminaciones diarias, ya que este miércoles se debería alcanzar la barra de 335.000 casos, frente a los más de 270.000 del día anterior. “Salud Pública Francia comunicará su cifra esta tarde, pero de memoria, hoy estamos en 335.000 contaminaciones en nuestro país”, dijo el ministro.

Sin llegar a la obligatoriedad, el discurso y las medidas podrían seguir endureciéndose. Incluso, las referencias presidenciales están en línea con la hoja de ruta para que Emmanuel Macron dispute en abril nuevamente la primera magistratura.

La idea, que en voz baja describen los asesores gubernamentales, es apostar por la mayoría silenciosa de franceses, cansado de restricciones, y que vinculan la continuidad de la pandemia con la negación de algunos por inmunizarse.

“Mostramos la suficiente tolerancia como para atrevernos a hablar y decir lo que todos piensan, sin adornos”, desliza un asesor ministerial. El presidente habla y dice en voz alta lo que pensarían los franceses en voz baja.

“Lo que dijo el Presidente de la República, lo escucho en todas partes” , confirmó el Primer Ministro, Jean Castex, ahora esperando que los senadores confirman la transformación del pase sanitario en un pasaporte que dejara prácticamente moverse libremente a los vacunados.

SEGUIR LEYENDO: