El sistema inmune del ser humano incluye un tipo de “memoria” que está formada por las células llamadas linfocitos T. Esas células se ocupan de matar a las que han sido infectadas por el coronavirus. También colaboran con otras células, los linfocitos B, para que se diferencien en células plasmáticas productoras de anticuerpos. Nuevos estudios científicos que han sido desarrollados en Sudáfrica, Holanda y Estados Unidos sugieren que esta memoria del sistema inmune permite eliminar a la variante Ómicron antes de que se produzca un cuadro grave en personas que ya se han vacunado o que ya estuvieron infectadas por el coronavirus.
Los resultados de esos estudios ayudarán a comprender por qué si bien hay más personas afectadas por la variante Ómicron del coronavirus que causa la enfermedad COVID-19, las hospitalizaciones no han aumentado en la misma proporción como ocurrió en las olas anteriores de la pandemia.
Desde el inicio de la pandemia, ya se han reportado más de 281 millones de casos de COVID-19 y más de 5,4 millones de muertes. En cuanto a la vacunación, el 51% de la población mundial tiene el esquema completo de vacunas, aunque sigue habiendo desigualdad en el acceso. Solo el 8,5% de la población de los países de bajos recursos ha recibido una dosis.
Uno de los estudios fue llevado a cabo por el equipo de la viróloga Wendy Burgers de la Universidad de Ciudad del Cabo, Sudáfrica). Analizó los niveles de dos tipos de linfocitos en sangre de 90 pacientes vacunados con las vacunas desarrolladas por Pfizer/BioNTech y la de Johnson & Johnson/Janssen o que habían pasado enfermedad previa. El trabajo aún no pasó por la revisión de pares, pero señaló que la respuesta de los linfocitos contra Ómicron tiene una intensidad de entre el 70% y el 80% comparada con la de variantes anteriores.
El equipo también analizó el plasma de 19 pacientes que habían sido infectados con la variante Ómicron y hospitalizados. Todos esos pacientes estaban sin vacunar y no habían pasado la enfermedad COVID-19 antes. Los resultados muestran que su respuesta linfocitaria es igual de efectiva que la de ingresados por otras variantes anteriores.
En Holanda, se realizó otro estudio y se conocieron sus resultados preliminares. Se centró en 60 médicos y trabajadores sanitarios vacunados con los inoculantes de Pfizer/BioNTech, Moderna, AstraZeneca y Johson& Johnson/Janssen. Los resultados también demuestran que la inmunidad mediada por glóbulos blancos contra Ómicron es igual de alta que contra otras variantes.
En tanto, en California, Estados Unidos, el equipo del inmunólogo Alessandro Sette, del Instituto de Inmunología de La Joya, estudió los glóbulos blancos de 86 personas vacunadas con los inoculantes de Moderna, Pfizer/BioNTech y Johnson & Jonshon/Janssen. Los resultados preliminares de ese análisis muestran que hasta el 80% de la respuesta permanece intacta contra Ómicron. Según los científicos ese nivel de respuesta impide el avance de la enfermedad hacia un cuadro grave.
Hasta ahora los estudios sobre inmunidad en COVID-19 se centraban más en los anticuerpos. Son proteínas que se producen tras la infección por el coronavirus o por la vacunación. Esos anticuerpos pueden evitar que el virus entre en las células. Pero con la variante Ómicron, la efectividad de los anticuerpos es muy inferior a la registrada en otras olas de la pandemia.
Mientras que los anticuerpos neutralizadores identifican a los virus por sus rasgos externos, , los linfocitos T también pueden identificarlos en la sangre, los músculos y los huesos. Ese tipo de células no se “desorienta” ante las mutaciones de las nuevas variantes como los anticuerpos. En definitiva, los tres estudios refuerzan la importancia de que las personas deben vacunarse completamente hoy ante la circulación creciente de la variante Ómicron en el mundo.
En Argentina, según el Ministerio de Salud de la Nación, hay circulación comunitaria de las variantes Delta y Ómicron de manera simultánea. El 73% de la población tiene el esquema completa de la vacunación contra el COVID-19. La incidencia de mortalidad en las últimas cuatro semanas de diciembre pasado fue de 4,73 cada 1.000.000 de habitantes en personas vacunadas con dos dosis y de 10,76 cada 1.000.000 de habitantes en personas que no iniciaron esquema de vacunación. La diferencia “pone en valor la importancia de avanzar en las coberturas, en todas las edades, siendo la vacunación la mejor herramienta, al momento, para reducir las hospitalizaciones por COVID-19 y la mortalidad”, señaló la cartera de Salud.
La variante Ómicron fue identificada en África en noviembre. Tras varias semanas de especulaciones, los primeros trabajos concluyentes confirmaron la capacidad de Ómicron para infectar superando el escudo de las vacunas. Pero está claro que las vacunas sí mantienen su eficacia frente a la enfermedad grave.
Hasta ahora, hay pruebas consistentes de que la variante Ómicron del coronavirus tiene una ventaja de crecimiento sobre la variante Delta, con un tiempo de duplicación de entre 2 y 3 días, y se observa un rápido aumento de la incidencia de casos en varios países, incluidos aquellos en los que la variante se ha convertido en la variante dominante del coronavirus SARS-CoV-2, como el Reino Unido y Estados Unidos de América. Sin embargo, durante las últimas semanas se ha observado un descenso en la incidencia de casos en Sudáfrica.
“Es probable que la rápida tasa de crecimiento sea una combinación tanto de la evasión inmunitaria como de la mayor transmisibilidad intrínseca de la variante Ómicron”, según consideró la OMS en su último boletín epidemiológico semanal. Los primeros datos del Reino Unido, Sudáfrica y Dinamarca sugieren que hay un menor riesgo de hospitalización para la variante Ómicron en comparación con la variante Delta del coronavirus.
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