El COVID-19 avanza en el mundo. Esta semana fue noticia el surgimiento en Francia una nueva variante con 46 mutaciones. Denominada como B.1.640.2, fue detectada en Marsella a partir de una persona que provino de Camerún en diciembre. Sin embargo, Ómicron es la variante -junto a Delta, claro- que se encuentra con gran presencia a nivel global.
La última variante de preocupación ya fue detectada en más de 100 países desde noviembre pasado. Si bien el grado de contagiosidad es alto, cada vez más expertos aseguran que la variante Ómicron del coronavirus, lejos de ser un desastre para la salud pública, puede ser el final de la crisis sanitaria mundial, gracias a un virus más contagioso pero mucho menos letal y una enfermedad que, al igual que la gripe común, estaría a punto de convertirse en endémica.
Por eso, algunos especialistas cuestionan cada vez más la estrategia basada en restricciones y confinamientos para hacer frente al virus: si bien sirvió para contener las primeras olas de la pandemia, afirman, sería ineficaz y hasta contraproducente para frenar esta nueva cepa. En esa línea, Rob Arnott, un destacado empresario, inversor, economista y escritor estadounidense, argumentó en un artículo para The Wall Street Journal que el daño colateral de nuevos confinamientos es demasiado alto para continuar con ese enfoque.
Ahora, el prestigioso investigador, Eric Topol, fundador y director del Instituto de Ciencia Traslacional Scripps, en La Jolla, en Estados Unidos, recopiló en un tuit una serie de estudios recientes. Se trata de 7 investigaciones de países como Estados Unidos, Reino Unido, Bélgica, Japón y China, donde se da cuenta de que la variante genera una infecciosidad pulmonar reducida, así como la carga viral, la inflamación y la patogenicidad general de Ómicron. Se trata de 5 estudios realizados en vivo en hamsters y ratones, y dos en laboratorio.
En uno de lo estudios citados se da cuenta que la variante SARS-CoV-2 Omicron (B.1.1.529) ha demostrado ser altamente transmisible y ha superado a la variante Delta en muchas regiones del mundo. Sin embargo, “los primeros informes también han sugerido que Ómicron puede provocar una enfermedad clínica menos grave en los seres humanos”, reza el informe firmado por Katherine McMahan y otro grupo de científicos.
“Aquí mostramos que Ómicron es menos patógeno que las variantes anteriores del SARS-CoV-2 en los hámsteres dorados sirios. La infección de hámsters con las cepas de SARS-CoV-2 WA1 / 2020, Alpha, Beta o Delta condujo a una pérdida de peso del 4 al 10% el día 4 y una pérdida de peso del 10 al 17% el día 6, como se esperaba. Por el contrario, la infección de hámsteres con dos cepas de desafío de Ómicron diferentes no dio como resultado ninguna pérdida de peso detectable (signos clínicos menos severos), incluso con dosis de desafío elevadas”, se lee en el informe.
Además se da cuenta que la infección por Ómicron todavía condujo a una replicación viral sustancial en las vías respiratorias superiores e inferiores y a la patología pulmonar, pero con una tendencia hacia mayores cargas virales en cornetes nasales y menores cargas virales en el parénquima pulmonar.
En otro de los estudios se infectaron ratones con una variante Pango B, Delta u Omicron del SARS-CoV-2 y se comparó su patogénesis relativa. “A diferencia de los ratones infectados con los virus variantes Pango B y Delta, los infectados con la variante Omicron tenían signos clínicos menos severos (pérdida de peso), mostraron recuperación y tenían una carga viral más baja tanto en el tracto respiratorio superior como en el inferior. Esto también se refleja en procesos inflamatorios menos extensos en los pulmones”, dice el texto.
“A pesar del desarrollo y despliegue de contramedidas de anticuerpos y vacunas, las variantes de SARS-CoV-2 que se propagan rápidamente con mutaciones en sitios antigénicos clave en la proteína de pico ponen en peligro su eficacia. La reciente aparición de B.1.1.529, la variante Omicron que tiene más de 30 mutaciones en la proteína de la espiga, ha suscitado preocupaciones sobre la falta de la protección de las vacunas y los anticuerpos terapéuticos”, dice otro de los estudios.
Utilizando la red colaborativa del programa SARS-CoV-2 Assessment of Viral Evolution (SAVE) del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID), Michael Diamond, Peter Halfmann, Tadashi Maemura, algunos de los científicos que trabajaron en esta investigación, evaluaron la capacidad de múltiples B.1.1. 529 Omicron aislados para causar infección y enfermedad en ratones y hámsteres inmunocompetentes y humanos que expresan ACE2 (hACE2). “A pesar de los datos de modelado y unión que sugieren que el pico de B.1.1.529 puede unirse más ávidamente a ACE2 murino, observamos una atenuación de la infección en ratones 129, C57BL / 6 y BALB / c en comparación con variantes anteriores de SARS-CoV-2, con Pérdida de peso limitada y menor carga viral en las vías respiratorias superiores e inferiores”, dice la investigación.
Un estudio dirigido por investigadores de la Facultad de Medicina LKS de la Universidad de Hong Kong (HKUMed) proporciona la primera información sobre cómo la nueva variante de preocupación (VOC) del SARS-CoV-2, el Omicron SARS-CoV-2 infecta a humanos tracto respiratorio. Los investigadores encontraron que Omicron SARS-CoV-2 infecta y se multiplica 70 veces más rápido que la variante Delta y el SARS-CoV-2 original en el bronquio humano, lo que puede explicar por qué Ómicron puede transmitirse más rápido entre humanos que las variantes anteriores.
“Su estudio también mostró que la infección por Ómicron en el pulmón es significativamente menor que el SARS-CoV-2 original, lo que puede ser un indicador de una menor gravedad de la enfermedad. Esta investigación se encuentra actualmente en revisión por pares para su publicación”, dice el estudio.
El Dr. Michael Chan Chi-wai, profesor asociado de la Facultad de Salud Pública e investigador principal del Centro de Inmunología e Infecciones (C2i), Parque Científico y Tecnológico de Hong Kong (HKSTP) y el profesor John Nicholls, profesor del Departamento de Patología, HKUMed han sido pioneros el uso de cultivos ex vivo del tracto respiratorio para investigar muchas infecciones por virus emergentes desde 2007, como la influenza aviar, el coronavirus del síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS). Ahora, esta técnica se ha aplicado para comprender por qué la variante Ómicron puede diferir en la transmisión y la gravedad de la enfermedad de otras variantes del SARS-CoV-2.
Este método utiliza tejido pulmonar extraído para el tratamiento del pulmón, que normalmente se desecha, para investigar enfermedades víricas del tracto respiratorio. El Dr. Chan y su equipo aislaron con éxito la variante Omicron SARS-CoV-2 y utilizaron este modelo experimental para comparar la infección con el SARS-CoV-2 original de 2020, la variante Delta y la variante Ómicron reciente. Descubrieron que la nueva variante Ómicron se replica más rápido que el virus SARS-CoV-2 original y la variante Delta en el bronquio humano.
“A las 24 horas después de la infección, la variante Ómicron se replicó alrededor de 70 veces más que la variante Delta y el virus SARS-CoV-2 original. Por el contrario, la variante Omicron se replicó de manera menos eficiente (más de 10 veces menor) en el tejido pulmonar humano que el virus SARS-CoV-2 original, lo que puede sugerir una menor gravedad de la enfermedad”, dice el texto.
“Es importante tener en cuenta que la gravedad de la enfermedad en los seres humanos no está determinada solo por la replicación del virus, sino también por la respuesta inmune del huésped a la infección, que puede conducir a una desregulación del sistema inmunológico innato, es decir,” tormenta de citoquinas “, agregó el doctor Chan.
Y siguió: “También se observa que, al infectar a muchas más personas, un virus muy infeccioso puede provocar una enfermedad más grave y la muerte, aunque el virus en sí sea menos patógeno. Por lo tanto, junto con nuestros estudios recientes que muestran que la variante Ómicron puede escapar parcialmente de la inmunidad de las vacunas y de infecciones pasadas, es probable que la amenaza general de la variante Ómicron sea muy significativa”.
En otro estudio en hámsters que habían sido infectados con la variante Ómicron, se detectó una carga de ARN viral más baja en los pulmones en comparación con los animales infectados con D614G y no se detectó ningún virus infeccioso en este órgano. Además, el examen histopatológico de los pulmones de hámsteres omicron-infectados no reveló signos de inflamación peri-bronquial o bronconeumonía. “Se necesitan más experimentos para determinar si el Ómicron VoC se replica posiblemente de manera más eficiente en el tracto respiratorio superior de los hámsteres que en sus pulmones”, aclara el texto.
Génesis de Ómicron
Uno de los primeros casos de COVID-19 con esa variante se detectó en Botsuana el 9 de noviembre pasado. Se reportaron también casos en Sudáfrica. El 26 de noviembre la Organización Mundial de la Salud (OMS) designó a Ómicron como una variante de preocupación que días atrás advirtió que “el riesgo global relacionado con la nueva variante de preocupación Ómicron sigue siendo muy alto”.
Hasta ahora, hay pruebas consistentes de que la variante Ómicron del coronavirus tiene una ventaja de crecimiento sobre la variante Delta, con un tiempo de duplicación de entre 2 y 3 días, y se observa un rápido aumento de la incidencia de casos en varios países, incluidos aquellos en los que la variante se ha convertido en la variante dominante del SARS-CoV-2, como el Reino Unido y Estados Unidos de América. Sin embargo, durante las últimas semanas se ha observado un descenso en la incidencia de casos en Sudáfrica.
A medida que la variante Ómicron, con más de 50 mutaciones del coronavirus se extiende en todo el mundo, varias empresas, gobiernos y expertos infectólogos se preguntan qué significa estar “completamente vacunado”.
Actualmente, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EEUU definen que una persona está “completamente vacunada” cuando ha recibido dos dosis de las inyecciones Pfizer-BioNTech o Moderna, o una dosis de la vacuna Johnson & Johnson.
Infografía Marcelo Regalado
SEGUIR LEYENDO: