Refuerzos de la vacuna contra el COVID-19: ¿también deben aplicarse en adolescentes?

El 60% de la población mundial ha recibido una dosis de la vacuna contra el COVID-19. El 51% de la población ya tiene el esquema completo de 2 dosis, y el 6,8% recibió una tercera dosis como adicional por su situación de salud o como refuerzo porque ya pasaron varios meses desde que recibió la segunda dosis, según los registros del sitio OurWorldInData. Las dosis de refuerzo empezaron a aplicarse en el personal de la salud o en los grupos con enfermedades preexistentes que habían tenido prioridad para recibir el esquema. Con el avance de los planes de vacunación y con una pandemia que aún continúa tras la emergencia de una variante del coronavirus muy contagiosa como Ómicron, ¿los adolescentes y los niños también deberían recibir las dosis de refuerzo?

En Estados Unidos, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus siglas en inglés) autorizó este lunes la tercera dosis de la vacuna contra el COVID-19 de la vacuna de Pfizer/BioNTech para jóvenes a partir de los 12 años, en momentos en que el país enfrenta un aumento de casos de la variante Ómicron. Los refuerzos ya se recomendaban para la población de 16 años o más y los reguladores federales decidieron ampliar el rango para abarcar a menores de entre 12 y 15 años una vez que haya pasado el tiempo suficiente desde su última dosis.

Pero la medida, que se toma con el reinicio de las clases después del periodo vacacional, no es el último paso. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC por sus siglas en inglés) deben decidir si recomiendan refuerzos para adolescentes de menor edad. Se espera que la doctora Rochelle Walensky, directora de los CDC, tome la decisión esta semana.

La FDA también indicó que todas las personas de 12 años o más que son elegibles para una dosis de refuerzo pueden recibirla a partir de cinco meses después de su última dosis en lugar de seis. El jefe de vacunas de la FDA, el doctor Peter Marks, dijo en un comunicado que la agencia tomó su decisión porque un refuerzo “puede ayudar a brindar una mejor protección contra las variantes Delta y Ómicron”, especialmente porque esa última variante es “ligeramente más resistente” a los anticuerpos inducidos por la vacuna que ayudar a defenderse de las infecciones.

En Chile, el 58% de la población ya recibió la tercera dosis. Es el país que más aplicó la tercera dosis hasta el momento. El Ministerio de Salud de ese país también incluye a los mayores de 12 años en la aplicación de la tercera dosis. En cambio, en el caso de Uruguay, se aplicó la tercera dosis en el 44% de la población general. El 22 de diciembre pasado, se decidió dar la tercera dosis a las personas que solo tienen entre 18 años y 59 años. Antes, se habían enfocado en las personas mayores de 60.

En la Argentina, el 73% de la población tiene el esquema completo de dos dosis de vacunas. El 12% ya tiene la tercera dosis. Para ofrecer la máxima protección a quienes presentan mayor riesgo de exposición y enfermedad grave, se consensuó a fines de diciembre con las 24 jurisdicciones la recomendación de aplicar la dosis de refuerzo al personal de salud y a personas de 60 años y más que hayan cumplido un intervalo mínimo de 4 meses de haber completado su esquema inicial, según los planes provinciales y las posibilidades de implementación.

En los lineamientos para la aplicación de la dosis de refuerzo del 10 de noviembre pasado, el Ministerio de Salud de la Nación de Argentina especificó que se iba a empezar por el personal de la salud, las personas mayores de 70 años y las personas mayores que residan en hogares de larga estancia “continuando de manera escalonada y simultánea por decenios hasta alcanzar la totalidad de la población, según disponibilidad de dosis”. Es decir, durante 2022 los refuerzos también alcanzarían a los menores de 18 años.

Consultada por Infobae, Liliana Vázquez, médica infectóloga de la Clínica Maternidad Suizo Argentina y el Sanatorio Finochietto y miembro de la Sociedad Argentina de Infectología, comentó: “Sabemos que la protección de las dos dosis de vacunas se reduce a los 5 ó a los 6 meses. Por lo cual, la tercera dosis es necesaria. Después de que se apliquen en los grupos que hayan cumplido con más de 4 meses, como el personal de salud o las personas mayores, es lógico que se siga con la vacunación en los demás grupos, incluyendo a los adolescentes y en niños. Si hay circulación del coronavirus, se necesita que esté inmunizada la mayor parte de la población y con vacunas actualizadas”.

Las terceras dosis en Argentina se usan con dos objetivos. En algunos casos como dosis adicionales: son para las personas inmunocomprometidas que hayan recibido un esquema primario con cualquier vacuna contra la COVID-19. Se considera dentro de este grupo a las personas que reciben tratamiento oncológico para tumores sólidos y onco-hematológicos, los trasplantados en tratamiento inmunosupresor, las personas con inmunodeficiencia primaria moderada o grave, y las personas con VIH. También la dosis adicional debe ser recibida por personas en tratamiento activo con corticosteroides en dosis altas o medicación inmunosupresora, y las personas de 50 años o mayores que hayan recibido un esquema primario de vacuna a virus inactivado, como la de Sinopharm, desarrollada en China.

El otro uso de la tercera dosis es como “refuerzo”. El 17 de noviembre pasado, la Ministra de Salud Carla Vizzotti, había afirmado que “toda la población va a recibir un refuerzo, ya se empezó con el personal de salud y con los mayores de 70 años en función de los planes provinciales. Se necesita claramente un refuerzo de la inmunidad, lo vimos con las variantes nuevas”.

En Paraguay, el Minsiterio de Salud informó que las dosis de refuerzo pueden recibidas por adolescentes de 16 y 17 años que hayan completado el esquema de vacunación, con intervalo de 4 meses. Recibirán la vacuna de Pfizer/BioNTech.

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