Cómo será el observatorio robótico que estudiará exoplanetas en la Antártida

El equipo será montado en la base Belgrano II, el sitio más austral para los emplazamientos argentinos en el continente. El proyecto es realizado por científicos del CONICET

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El proyecto, es liderado por el científico del CONICET Mario Melita, que centra sus investigaciones en astrofísica planetaria y desarrollo tecnológico en astronomía antártica
El proyecto, es liderado por el científico del CONICET Mario Melita, que centra sus investigaciones en astrofísica planetaria y desarrollo tecnológico en astronomía antártica

El Instituto de Astronomía y Física del Espacio (IAFE, CONICET-UBA), el Instituto Antártico Argentino (IAA) y la Universidad Nacional de Hurlingham (Unahur) están trabajando en el montaje de un “Observatorio Robótico Antártico Argentino” en la base antártica Belgrano II, el sitio más austral para realizar observaciones científicas de Argentina.

El proyecto, es liderado por el científico del CONICET Mario Melita, que centra sus investigaciones en astrofísica planetaria y desarrollo tecnológico en astronomía antártica.

“Una de las principales motivaciones de este proyecto es la de explorar un nicho de investigación donde la Argentina por ubicación geográfica e historia de la exploración antártica, posee una ventaja relativa inobjetable”, señaló Melita.

El lugar en el que se emplazará el observatorio es un sitio ideal por su régimen climático: poco viento, bajas temperaturas que favorecen la disminución de “ruido” en los detectores y posibilidad de disponer de seis meses para realizar mediciones diurnas, y los restantes seis meses del año realizarlas de modo nocturno.

Dicho telescopio estará albergado en un edificio con cúpula giratoria construida en fibra de polietileno y asentada sobre una base elevada de hierro galvanizado
Dicho telescopio estará albergado en un edificio con cúpula giratoria construida en fibra de polietileno y asentada sobre una base elevada de hierro galvanizado

El Observatorio tendrá un telescopio automatizado de tipo Ritchtey-Chretien, apto para funcionar en las extremas condiciones climáticas del lugar, que permitirá detectar exoplanetas y otros cuerpos celestes que son de difícil acceso desde otras latitudes. Dicho telescopio estará albergado en un edificio con cúpula giratoria construida en fibra de polietileno y asentada sobre una base elevada de hierro galvanizado. Aunque será emplazado en la Antártida, puntualmente a 17 grados del Polo Sur, operará remotamente desde Buenos Aires.

“La infraestructura que albergará el telescopio, incluyendo la base de hierro galvanizado ya se encuentran construidas”, precisó Melita.

“La motorización y automatización de sus movimientos será realizada en colaboración con la Universidad Nacional de Hurlingham. La base de hierro galvanizado sobre la se asentará la cúpula en la inmediaciones de la Base Belgrano II ya ha sido instalada durante la campaña antártica de verano 2019-2020. Se está trasladando el edificio en esta campaña antártica de verano 2021-2022. Después de su instalación, se ensayará el funcionamiento de la cúpula por lo menos durante un invierno antes de instalar el telescopio y sus instrumentos a partir de la próxima campaña de verano 2022-2023″.

Después de su instalación, se ensayará el funcionamiento de la cúpula por lo menos durante un invierno antes de instalar el telescopio y sus instrumentos a partir de la próxima campaña de verano 2022-2023″
NASA
Después de su instalación, se ensayará el funcionamiento de la cúpula por lo menos durante un invierno antes de instalar el telescopio y sus instrumentos a partir de la próxima campaña de verano 2022-2023″ NASA

En la incansable búsqueda de vida en el vasto universo, los astrónomos suelen concentrarse en aquellos planetas que comparten propiedades similares a la Tierra, sea en masa, tamaño, temperatura y composición atmosférica. Pero un grupo de científicos de la Universidad de Cambridge creen que existen posibilidades más prometedoras más allá de estas características que podrían acelerar esa búsqueda considerablemente.

Estos investigadores han identificado una nueva clase de planetas habitables denominados planetas “Hycean”, los cuales están cubiertos de océanos con atmósferas ricas en hidrógeno, que son más numerosos y observables que los planetas similares a la Tierra.

Los resultados de una primera investigación publicada en The Astrophysical Journal, podrían significar que encontrar biofirmas de vida fuera de nuestro Sistema Solar en los próximos años es una posibilidad real.

“Los planetas Hycean abren una vía completamente nueva en nuestra búsqueda de vida en otros lugares”, dijo el Dr. Nikku Madhusudhan del Instituto de Astronomía de Cambridge, quien dirigió la investigación.

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