Más de 276 millones de personas han sido diagnosticadas con la enfermedad COVID-19 desde el inicio de la pandemia hace dos años. Se han reportado más de 5,3 millones de muertes, y ahora la aparición y la propagación de la variante Ómicron del coronavirus impactando sobre la evolución de la pandemia. Esa variante fue detectada en noviembre pasado, y según informó la Organización Mundial de la Salud ya se la encontró en muestras de pacientes con COVID-19 en 110 países. Lo que preocupa aún más: los casos de COVID-19 por Ómicron se duplican en las comunidades donde se transmite en cuestión de dos o tres días.
En su actualización del informe técnico sobre la variante Ómicron, hoy la OMS también contó que las tasas de contagio -es decir, los casos de COVID-19 que se reportan semanalmente- están bajando en una de las provincias sudafricanas donde la variante fue detectada primero. También señaló que los datos procedentes de brotes en Sudáfrica, Reino Unido y Dinamarca parecen sugerir un menor riesgo de hospitalización en pacientes que contraen la variante Ómicron en comparación con Delta, aunque la agencia sanitaria aclaró que toma esos datos con cautela.
Fue el 26 de noviembre pasado cuando la OMS designó a la variante B.1.1.529 como variante de preocupación, siguiendo la recomendación de su Grupo Asesor Técnico sobre la Evolución del Virus. La variante recibió el nombre de Ómicron. Se trata de una variante altamente divergente con un alto número de mutaciones, incluyendo entre 26 y 32 mutaciones en la proteína de la Espiga. Algunas de esas mutaciones pueden estar asociadas con el potencial de escape inmunológico humoral y una mayor transmisibilidad.
Hasta el 22 de diciembre de 2021, la variante Ómicron había sido identificada en 110 países de las seis regiones del mundo, excepto en la Antártida. “El conocimiento actual de la variante sigue evolucionando a medida que se dispone de más datos”, puntualizó la agencia sanitaria. Su último informe técnico ofrece datos iniciales actualizados sobre aspectos clave de la variante relacionados con la transmisión, la gravedad y el impacto en intervenciones como el diagnóstico, la terapéutica y las vacunas, y esboza un conjunto de acciones prioritarias para los gobiernos.
La amenaza global que supone Ómicron depende en gran medida de cuatro cuestiones clave, según OMS. Un punto clave es el grado de transmisibilidad de la variante. Otros factores son la eficacia de las vacunas y la protección previa contra la infección, la transmisión, la enfermedad clínica y la muerte; la virulencia de la variante en comparación con otras variantes; y la forma en que las poblaciones entienden esta dinámica, perciben el riesgo y siguen las medidas de control, incluidas las medidas sociales y de salud pública. Los consejos de salud pública se basan en la información actual y se adaptarán a medida que surjan más pruebas en torno a esas cuestiones clave. Aquí van las 5 respuestas sobre lo que sabe hoy la OMS sobre la variante Ómicron:
1- ¿La variante Ómicron es más transmisible?
Hay pruebas consistentes de que Ómicron tiene una ventaja de crecimiento sustancial sobre Delta. Se está propagando una mayor rapidez que la variante Delta en países con transmisión comunitaria documentada, con un tiempo de duplicación de entre 2 y 3 días. Pero también se detalló que las estimaciones de la tasa de crecimiento en Sudáfrica están disminuyendo, impulsadas en gran medida por la disminución de las tasas en la provincia de Gauteng.
“Sigue siendo incierto hasta qué punto la rápida tasa de crecimiento observada desde noviembre de 2021 puede atribuirse a la evasión inmunitaria o a una mayor transmisibilidad intrínseca, pero es probable que sea una combinación de ambas. En el momento de redactar este informe, todavía se necesitan estimaciones de los tiempos de generación de Ómicron para comprender mejor la dinámica observada”, escribió los expertos de OMS.
2- ¿Si las personas se contagian con la variante Ómicron tienen más riesgo de enfermedad grave?
Los datos sobre la gravedad clínica de los pacientes infectados por Ómicron están aumentando, pero todavía son limitados, afirmó la agencia sanitaria de Naciones Unidas. Los primeros datos de Sudáfrica, el Reino Unido y Dinamarca sugieren un menor riesgo de hospitalización para Ómicron en comparación con Delta. “Sin embargo, el riesgo de hospitalización es sólo un aspecto de la gravedad, que puede verse alterado por las prácticas de admisión. Se necesitan más datos de diferentes países para comprender cómo los marcadores clínicos de gravedad -como el uso de oxígeno, la ventilación mecánica y las muertes- se asocian con Ómicron. En la actualidad, todavía no está claro hasta qué punto la reducción observada del riesgo de hospitalización puede atribuirse a la inmunidad de infecciones anteriores o a la vacunación y hasta qué punto Ómicron puede ser menos virulento”.
3- ¿Qué pasa con la protección de las vacunas frente a Ómicron?
Los datos preliminares de varios estudios no revisados por pares sugieren que hay una reducción de los títulos neutralizantes contra el Ómicron en los individuos que han recibido el esquema de vacunación contra el COVID-19 o en los que han tenido una infección previa por el coronavirus. Además, el aumento del riesgo de reinfección notificado en Inglaterra, el Reino Unido, así como una tendencia creciente de casos de reinfección en Dinamarca e Israel, puede atribuirse potencialmente a la evasión inmunitaria contra el Ómicron.
Hasta la fecha, los datos disponibles sobre la eficacia o efectividad de la vacuna contra el Ómicron son limitados y no existen pruebas revisadas por expertos. Se han dado a conocer los resultados preliminares de los estudios de eficacia de la vacuna (diseño de prueba negativa) de Sudáfrica y el Reino Unido. Los datos preliminares disponibles deben interpretarse con precaución porque los diseños pueden estar sujetos a un sesgo de selección y los resultados se basan en números relativamente pequeños, aclararon.
Los resultados del Reino Unido indican una reducción significativa de la eficacia de la vacuna contra la enfermedad sintomática en el caso de Ómicron, en comparación con Delta, después de dos dosis de vacunas desarrollas por las empresas Pfizer y BioNTech y la de Universidad de Oxford con AstraZeneca.
“Sin embargo, hubo una mayor eficacia dos semanas después de un refuerzo de la vacuna de Pfizer BioNTech, que fue ligeramente inferior o comparable a la de Delta. Un estudio no revisado por pares realizado por investigadores sudafricanos con datos de seguros médicos privados informó de la reducción de la eficacia de la vacuna Pfizer BioNTech contra la infección y, en menor medida, contra la hospitalización”, expresaron.
4- ¿Sirven los testeos para detectar los casos de COVID-19 con Ómicron?
Sí. La precisión diagnóstica de los ensayos de PCR y de las pruebas de diagnóstico rápido basadas en antígenos que se utilizan habitualmente no parece verse afectada por Ómicron. Se están realizando estudios sobre la sensibilidad comparativa de los test de antígenos. “La mayoría de las secuencias de variantes de Ómicron notificadas incluyen una deleción en el gen S, que puede causar un fallo en el objetivo del gen S (SGTF) en algunos ensayos de PCR. Aunque una minoría de las secuencias compartidas públicamente carecen de esta deleción, el SGTF puede utilizarse como marcador indirecto para detectar Ómicron. Sin embargo, la confirmación debe obtenerse mediante secuenciación, ya que esta deleción también puede encontrarse en otras variantes de preocupación (por ejemplo, Alfa y subconjuntos de Gamma y Delta) que circulan en bajas frecuencias en todo el mundo”, explicaron.
5- ¿Los tratamientos siguen siendo eficaces?
Se espera que las intervenciones para el manejo de pacientes con COVID-19 graves o críticos asociados a Ómicron, como los corticosteroides, y los bloqueadores del receptor de interleucina 6, seguirán siendo eficaces. Sin embargo, “los datos preliminares de publicaciones no revisadas por pares sugieren que algunos de los anticuerpos monoclonales desarrollados contra el coronavirus SARS-CoV-2 pueden haber disminuido la neutralización contra Ómicron. Los anticuerpos monoclonales deberán ser probados individualmente en cuanto a su unión al antígeno y a la neutralización del virus, y estos estudios deben ser prioritarios”, consideraron.
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