Ante el surgimiento de la nueva variante Ómicron del SARS-CoV-2 en noviembre pasado, aún más contagiosa que su predecesora Delta, las compañías biotecnológicas que desarrollaron las vacunas contra el COVID-19 están realizando estudios y analizando otros efectuados por instituciones científicas, que evalúen la eficacia de las formulaciones contra esta mutación.
Entre otros estudios con resultados similares, un trabajo reciente realizado por expertos de la Universidad de Edimburgo y Strathclyde, en Escocia, concluyó que “los primeros datos nacionales sugieren que Ómicron se asocia con una reducción de dos tercios en el riesgo de hospitalización por COVID-19 en comparación con Delta”.
La investigación agregó que una tercera dosis de refuerzo de cualquiera de las vacunas autorizadas de emergencia disponibles ofrece una protección adicional sustancial contra el riesgo de COVID-19 sintomático de la infección por Ómicron.
El estudio escocés surge de otro trabajo reciente realizado en Sudáfrica, que sugiere una reducción de los riesgos de hospitalización y enfermedad grave en las personas infectadas con la variante del coronavirus Ómicron en comparación con Delta.
El último en anunciar la buena noticia respecto de la eficacia de un refuerzo de su vacuna fue el laboratorio AstraZeneca que afirmó este jueves que una tercera dosis de su inoculante contra el COVID-19 aumenta “significativamente” el nivel de anticuerpos contra la variante Ómicron, citando un estudio clínico.
“Los niveles de anticuerpos que neutralizan Ómicron tras una tercera dosis” de la vacuna anti COVID de AstraZeneca, son globalmente similares a los niveles alcanzados tras dos dosis contra la variante Delta”, dijo en un comunicado.
“Los niveles observados tras una tercera dosis eran más elevados que los anticuerpos hallados en los individuos que habían resultado contagiados antes y se recuperaron” de las variantes Alfa, Beta, Delta y de la cepa de origen del COVID-19, precisó AstraZeneca.
El estudio sobre la tercera dosis fue llevado a cabo “de manera independiente” por científicos de la Universidad de Oxford, con la cual AstraZeneca desarrolló su vacuna.
Pero además de AstraZeneca, otros laboratorios avanzan en las investigaciones en torno de la eficacia de sus vacunas ante la nueva variante y cómo responden con la aplicación de terceras dosis.
De esta forma, varios estudios recientes, realizados en laboratorio, muestran que los niveles de anticuerpos se desploman frente a Ómicron en los vacunados con Pfizer/BioNTech, Moderna, y aún más con AstraZeneca o la vacuna china Sinovac.
Pfizer/BioNTech y Moderna también anunciaron recientemente que una dosis de refuerzo parecía relanzar claramente la inmunidad a través de anticuerpos, pero no hay datos sobre cuánto dura esta protección.
El pasado lunes, el laboratorio Moderna informó que una dosis de refuerzo de su vacuna contra el COVID-19 parece ser protectora contra la variante Ómicron según pruebas de laboratorio y que la versión actual del fármaco seguirá siendo la “primera línea de defensa de Moderna” contra esa nueva variante.
El fabricante de vacunas dijo que la decisión de centrarse en la vacuna actual de plataforma de ARN mensajero (mRNA-1273) se debió en parte a la rapidez con que se está propagando la variante recientemente descubierta. La compañía farmacéutica aún tiene previsto desarrollar una vacuna específica que proteja contra Ómicron, que espera llevar a los ensayos clínicos a principios del próximo año.
“Lo que tenemos ahora mismo es la 1273″, dijo en una entrevista el doctor Paul Burton, director médico de Moderna . “Es muy eficaz y extremadamente segura. Creo que protegerá a la gente durante el próximo periodo de vacaciones y en estos meses de invierno (boreal), cuando vamos a ver la presión más severa de Ómicron”.
El laboratorio dijo que una pauta de dos dosis de su vacuna generó bajos anticuerpos neutralizantes contra Ómicron, pero una dosis de refuerzo de 50 microgramos los aumentó en 37 veces. Un refuerzo más alto, de 100 microgramos, elevó aún más los niveles de anticuerpos, en más de 80 veces.
Los datos, que aún no han sido revisados por pares, analizaron la sangre de personas que habían recibido la vacuna contra un pseudovirus diseñado para parecerse a ómicron. Se trata de datos similares a los discutidos por el experto en enfermedades infecciosas Anthony Fauci.
Burton dijo que dependerá de los gobiernos y los organismos reguladores valorar si quieren el nivel de protección mejorado que podría conferir una dosis de 100 microgramos. La empresa dijo que esta dosis es en general segura y bien tolerada, aunque había una tendencia a reacciones adversas ligeramente más frecuentes.
Moderna también probó la eficacia de la vacuna en comparación con sus prototipos de refuerzos dirigidos a múltiples variantes anteriores de interés, y dijo que los resultados fueron similares.
En un reciente estudio científico preimpreso y aún no revisado por pares, investigadores de Humabs Biomed SA, una unidad de Vir Biotechnology y la Universidad de Washington comparó la actividad de algunas vacunas y tratamientos contra el COVID-19 frente a Ómicron y la cepa original del virus detectada por primera vez en China. Las vacunas de Moderna, AstraZeneca y Pfizer y su socio BioNTech mantuvieron la actividad contra Ómicron, pero la respuesta de los anticuerpos se redujo considerablemente en comparación con la que tuvieron contra la cepa original del virus, según la investigación.
El pasado 8 de diciembre el laboratorio Pfizer dijo que una dosis de refuerzo de su vacuna contra el COVID-19 puede proteger contra la nueva variante de Ómicron, aunque las dos dosis iniciales parecen significativamente menos efectivas.
Pfizer y su socio BioNTech comunicaron que las pruebas de laboratorio mostraron que una dosis de refuerzo aumentó 25 veces el nivel de los llamados anticuerpos neutralizantes contra Ómicron.
Pfizer anunció los datos preliminares del laboratorio en un comunicado de prensa y aún no se ha sometido a una revisión científica. Esos laboratorios asociados ya están trabajando para crear una vacuna específica de Ómicron en caso de que sea necesaria.
Los científicos han especulado que el salto alto en los anticuerpos que viene con una tercera dosis de vacunas COVID-19 podría ser suficiente para contrarrestar cualquier disminución en la efectividad.
El mismo estudio científico preimpreso y aún no revisado por pares de Humabs Biomed SA, una unidad de Vir Biotechnology y la Universidad de Washington, indicó que las vacunas contra el COVID-19 de la farmacéutica estadounidense Johnson & Johnson y de la china Sinopharm, así como la rusa Sputnik V, no tuvieron actividad neutralizadora contra la variante Ómicron.
Pero días después los desarrolladores de la vacuna rusa afirmaron que Sputnik tiene “una actividad neutralizadora alta” contra la variante Ómicron de coronavirus, según un estudio preliminar.
Los responsables del Instituto Gamaleya y del Fondo de Inversión Directa de Rusia (RDIF), afirmaron que la versión monodosis de la vacuna, Sputnik Light, en caso de utilizarse como refuerzo tras dos dosis de Sputnik V, aumenta la eficacia contra Ómicron (variante B.1.1.529) en un 80 %.
“El refuerzo heterólogo con Sputnik Light (basado en el adenovirus humano serotipo 26, el primer componente de Sputnik V) es la solución para aumentar la eficacia de otras vacunas, incluso contra Ómicron, y extender el período de protección del refuerzo. El refuerzo heterólogo con Sputnik Light es la solución para aumentar la eficacia de otras vacunas, incluso contra Ómicron, y extender el período de protección del refuerzo”, dijo Kirill Dmitriev, director ejecutivo del Fondo de Inversión Directa de Rusia (RDIF por sus siglas en inglés).
Y agregó que “Sputnik Light como refuerzo aumenta significativamente la actividad neutralizante del virus frente a Ómicron en base a sueros 2-3 meses después de la revacunación y es un refuerzo universal para otras vacunas que inducen una respuesta más fuerte de anticuerpos y células T”.
Ómicron fue detectada por primera vez en Sudádrica y desde entonces se ha extendido por el mundo. Hasta ahora los científicos han establecido su alta contagiosidad debido a la gran cantidad de mutaciones que presenta, pero no parece generar cuadros más graves, al menos en las personas vacunadas.
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