Científicos sudafricanos se encuentran en proceso de investigación sobre la posibilidad de que la aparición de nuevas variantes de COVID-19, en algunos casos, podrían tener relación con mutaciones desarrolladas en personas infectadas con el sistema inmunológico debilitado por motivos que incluyen el VIH no tratado, entre otros.
El COVID-19 puede persistir durante meses en pacientes VIH positivos que, por diversos motivos, no han recibido la medicación correspondiente.
“Normalmente, su sistema inmunológico expulsaría un virus con bastante rapidez si fuera completamente funcional”, afirmó la profesora Linda-Gayle Bekker, directora de la Fundación del VIH Desmond Tutu en Ciudad del Cabo.
Además, agregó que en personas con inmunidad suprimida, se puede observar cómo el virus persiste. “Y no se queda simplemente sentado, se replica. Y a medida que se replica, sufre mutaciones potenciales. Y en alguien donde se suprime la inmunidad, ese virus puede continuar por muchos meses, mutando a medida que avanza “.
A medida que se desarrolla la investigación, los científicos tratan de ser cuidadosos ya que la intención es preservar a las personas que conviven con el VIH en Sudáfrica, hogar de la mayor epidemia de VIH del mundo, como en el resto del mundo y no estigmatizarlas.
La profesora Bekker aclara que aquellas personas que toman medicamentos antirretrovirales, se les restaura la inmunidad.
Existen casos en hospitales sudafricanos que llamaron la atención de los especialistas. Uno se produjo a principios de este año, cuando una mujer continuó dando positivo de COVID-19 durante casi ocho meses, mientras que el virus experimentó más de 30 cambios genéticos.
Pero no se trata de un caso aislado. Para el profesor Tulio de Oliveira, director del equipo que confirmó el descubrimiento de Ómicron, se habrían encontrado entre 10 y 15 casos similares en diferentes partes del mundo.
“Es un evento muy raro. Pero es una explicación plausible de que los individuos inmunodeprimidos pueden ser básicamente una fuente de evolución del virus”, aseguró.
“El vínculo entre los pacientes inmunodeprimidos y las nuevas variantes de COVID-19 es una hipótesis muy plausible”, señaló el profesor Salim Karim, especialista en VIH y ex presidente del comité asesor de COVID-19 del gobierno de Sudáfrica.
Sin embargo, aclaró que aún no está comprobado que sea de este modo. Actualmente no hay evidencia de que ninguna de las variantes del virus haya surgido en África, aunque la llegada al sur de la región de Ómicron abre el interrogante de que podría estar relacionada con alguien local con un sistema inmunológico comprometido.
“Es un problema mundial: esta necesidad de comprender cómo prosperan las infecciones virales en nuestra comunidad global. Y el mejor recurso que tenemos para abordarlo en este momento es la vacunación. Ese mensaje tiene que ser alto y claro”, dijo el profesor Bekker.
Los científicos que llevan adelante la investigación esperan que este posible vínculo con el VIH sirva para tomar conciencia, ya que consideran que por la pandemia se ha descuidado la lucha contra el VIH.
De todas maneras, incitan a prestar especial atención a las personas con sistemas inmunitarios debilitados, que podrían necesitar cuatro o incluso cinco dosis de refuerzo. África, aún se encuentra muy relegada en el tema de la vacunación a nivel mundial.
“Si queremos reducir el riesgo de crear nuevas variantes, tenemos que asumir este desafío en todos los países del mundo. Eso es para tratar de garantizar que las personas inmunodeprimidas estén completamente vacunadas y que tengan respuestas inmunes detectables a las vacunas”, destacó el profesor Karim. Y agregó, “y si no, deben recibir dosis adicionales hasta que desarrollen una respuesta inmune. Esa es nuestra mejor protección contra la posibilidad de que las personas inmunodeprimidas estén desarrollando variantes.
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