Un estudio reciente publicado en The BMJ proporciona datos más tranquilizadores sobre el riesgo de inflamación del corazón (miocarditis o miopericarditis) después de la aplicación de vacunas de ARN mensajero contra el virus COVID-19.
El documento confirma informes anteriores de un mayor riesgo después de la vacunación con BNT162b2 (Pfizer-BioNTech) y mRNA-1273 (Moderna), pero muestra que el número absoluto de casos fue bajo, incluso en grupos de edad más jóvenes, lo que proporciona más evidencia para respaldar la seguridad general de vacunas de ARNm para combatir la enfermedad.
La miocarditis (inflamación del músculo cardíaco) y la miopericarditis (inflamación del revestimiento exterior del corazón) son afecciones poco frecuentes, pero graves, generalmente desencadenadas por una infección viral, bacteriana o micótica.
Informes y estudios recientes han indicado un mayor riesgo de inflamación del corazón después de la vacunación con ARNm, particularmente después de la segunda dosis. Pero hasta el momento, ningún estudio había investigado la asociación utilizando información de una población completa.
Para abordar esto, investigadores del Departamento de Epidemiología y Bioestadística del Imperial College de Londres y del Departamento de Investigación en Epidemiología, Statens Serum Institute de Copenhague en Dinamarca, utilizaron datos nacionales de salud para buscar vínculos entre la vacunación con ARNm y un diagnóstico hospitalario de miocarditis o pericarditis. Evaluaron el aumento de los niveles de troponina en sangre (una medida del daño miocárdico) y consideraron una estadía en el hospital que durara más de 24 horas.
Sus análisis incluyeron a casi 5 millones de residentes daneses de 12 años o más que recibieron la vacuna Pfizer-BioNTech o Moderna. Los participantes fueron monitoreados desde el 1 de octubre de 2020 hasta el 5 de octubre de 2021 y se tuvo en cuenta una variedad de factores potencialmente influyentes, como la edad, el sexo, el grupo de prioridad de la vacuna y las condiciones de salud subyacentes.
Durante el seguimiento, 269 participantes desarrollaron miocarditis o miopericarditis, de los cuales 108 (40%) tenían entre 12 y 39 años y 196 (73%) eran hombres.
En general, los resultados muestran una fuerte asociación entre la vacunación con Moderna y miocarditis o miopericarditis, mientras que la vacunación con Pfizer-BioNTech solo se asoció con una mayor tasa de miocarditis o miopericarditis entre las mujeres.
La tasa de miocarditis o miopericarditis fue mayor para la vacunación Moderna que para la vacuna Pfizer-BioNTech. Sin embargo, el número absoluto de eventos después de cualquiera de las vacunas fue bajo y los casos fueron predominantemente leves.
Por ejemplo, de 3.482.295 personas vacunadas con Pfizer-BioNTech, 48 desarrollaron miocarditis o miopericarditis dentro de los 28 días posteriores a la vacunación (una tasa absoluta de 1,4 por 100.000) en comparación con las personas no vacunadas.
Entre las mujeres, la tasa absoluta fue de 1,3 por 100.000 y en los hombres de 1,5 por 100.000. Entre los jóvenes de 12 a 39 años, la tasa absoluta fue de 1,6 casos de miocarditis por cada 100.000, y en el grupo de edad más joven (de 12 a 17 años) fue de solo 1 por 100.000 dentro de los 28 días posteriores a la recepción de la vacuna Pfizer-BioNTech.
De 498.814 personas vacunadas con Moderna, 21 desarrollaron miocarditis o miopericarditis dentro de los 28 días de la vacunación (una tasa absoluta de 4,2 por 100.000) en comparación con las personas no vacunadas.
Entre las mujeres, la tasa absoluta fue de 2 por 100.000 y en los hombres fue de 6,3 por 100.000. Entre los jóvenes de 12 a 39 años, la tasa absoluta fue de 5,7 por 100.000 dentro de los 28 días de recibir la vacuna Moderna.
Ambas vacunas también se asociaron con una reducción de alrededor del 50% en el riesgo de paro cardíaco o muerte (las manifestaciones más graves de miocarditis o miopericarditis) en comparación con los individuos no vacunados.
En contraste, hubo un riesgo 14 veces mayor de paro cardíaco o muerte 28 días después de una prueba de COVID-19 positiva en comparación con las personas no infectadas.
Este es un estudio observacional, por lo que no se puede establecer la causa, y los investigadores señalan algunas posibles fuentes de sesgo, como una mayor conciencia pública sobre los posibles efectos secundarios de las vacunas, que pueden haber afectado los resultados.
Sin embargo, los investigadores argumentan que este fue un estudio bien diseñado basado en datos de atención médica de alta calidad para una población completa, y los resultados se mantuvieron prácticamente sin cambios después de análisis adicionales, lo que sugiere que resisten el escrutinio.
En este sentido, los investigadores concluyen que la vacunación con ARNm con Moderna y Pfizer-BioNTech se asocia con un mayor riesgo de miocarditis o miopericarditis en la población danesa, pero la tasa absoluta después de cualquiera de las vacunas fue baja, incluso en los grupos de edad más jóvenes.
Investigaciones anteriores
Estudios previos elaborados por los Centros para la Prevención y el Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), determinaron que los riesgos de padecer miocarditis aumentan en los pacientes que contraen COVID-19, según las conclusiones del informe los enfermos con coronavirus tiene 16 veces más probabilidades de desarrollar inflamación cardíaca que las personas sanas vacunadas.
Pero ese riesgo es mucho más alto si se padece la infección por haber contraído la enfermedad, según el informe de los CDC, que analizó datos de consultas en más de 900 hospitales. Los pacientes con coronavirus examinados entre marzo de 2020 y enero de 2021 tenían en promedio casi 16 veces más probabilidades de desarrollar miocarditis que aquellos que no contrajeron el virus, según este estudio. Este riesgo fue más pronunciado en personas menores de 16 años, así como en personas mayores de 50 años. En los niños, algunos casos de miocarditis identificados pueden corresponder a un síndrome inflamatorio multisistémico pediátrico (PIMS o MIS-C), señaló el estudio.
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