El 25 de noviembre pasado, el bioinformático Tulio de Oliveira dio al mundo una noticia aún desvela: se había detectado una nueva variante de preocupación. Fue llamada Ómicron y por los viajes de las personas que se infectan y contagian ya está en más de 74 países. No era la primera que descubría el científico de Oliveira con su equipo en Sudáfrica. También fueron los que revelaron la existencia de la variante Beta que, igualmente, fue prioritaria en 2020, aunque no llegó a impactar en América Latina.
El investigador de Oliveira fue seleccionado como uno de los 10 científicos del año por la prestigiosa revista Nature. Es director de la plataforma sudafricana dedicada al secuenciamiento genómico KwaZulu-Natal y ha tenido que lidiar con el hecho de que la detección de las variantes -tanto de Beta como de Ómicron- implicó una suerte de exclusión de África por parte del resto del mundo. Desde ese país africano se ha intentado mostrar que los cortes de viajes aéreos no tienen sentido cuando ya la variantes han llegado a otras regiones. El científico pidió ayuda internacional con más fondos para que la vacunación alcance más a la población de ese país y se hagan más estudios con secuenciamiento.
Oliveira sabía que al informar sobre otra variante preocupante corría el riesgo de que se penalizara económicamente a los países del sur de África. Pero también sabía que era lo correcto. “La forma en que se detiene una pandemia es actuando rápidamente”, comentó el bioinformático que es de origen brasileño. “Esperar y ver no ha sido una buena opción”.
La rápida identificación tanto de Beta como de Ómicron en el sur de África reforzó la importancia de que la vigilancia de la enfermedad se distribuya uniformemente por todo el mundo, sostuvo Jeremy Farrar, director de la organización benéfica de investigación biomédica Wellcome, con sede en Londres. “Si continúa el desequilibrio, donde la vigilancia de la enfermedad es limitada, corremos el riesgo de que aparezcan nuevas variantes del COVID-19 -o incluso nuevas enfermedades- y se propaguen sin control”, afirmó.
Junto con el científico de Oliveira hay otros 9 investigadores que han liderado grandes historias de la ciencia en 2021. Desde el rastreo de variantes peligrosas del virus pandémico hasta la identificación del papel del cambio climático en los fenómenos meteorológicos extremos, pasando por el aterrizaje de un robot en Marte. La lista de los 10 de Nature de este año “incluye a personas que estuvieron en el centro de importantes acontecimientos científicos que han tenido un profundo impacto en todo el mundo”, explicó Rich Monastersky, editor jefe de artículos de la revista.
El COVID-19 dominó gran parte de las noticias científicas en 2021, al igual que el año pasado, y varias de las 10 historias de Nature están relacionadas con la pandemia. Además de la historia de Tulio de Oliveira, que está relacionada con la pandemia, los editores destacaron a Winnie Byanyima, directora de ONUSIDA, el programa de las Naciones Unidas sobre el VIH. La experta ha sido una de las principales críticas de los países ricos y las empresas farmacéuticas que ignoraron los llamamientos para distribuir las vacunas contra el COVID-19 de forma más equitativa, lo que ha dejado a muchos países de ingresos bajos y medios sin poder proteger a su población.
También incluyeron en la lista a Meaghan Kall, epidemióloga de la Agencia de Seguridad Sanitaria del Reino Unido. Ayudó a difundir información crucial sobre la COVID-19 desglosando los informes científicos de su agencia en publicaciones de fácil comprensión en las redes sociales. En Estados Unidos, Janet Woodcock dirigió la Administración de Alimentos y Medicamentos - la reconocida autoridad regulatoria más conocida como la FDA- “en un año tumultuoso que incluyó decisiones controvertidas sobre los refuerzos de la vacuna COVID-19 y un medicamento para tratar la enfermedad de Alzheimer”, según los editores.
El cambio climático fue otro de los principales temas científicos de este año, ya que los incendios forestales, las inundaciones y las olas de calor asolaron muchas partes del mundo, y los países debatieron cómo fortalecer un acuerdo internacional para combatir el calentamiento global y sus impactos. La climatóloga Friederike Otto, del Instituto Grantham para el Cambio Climático y el Medio Ambiente de Londres, trabajó con otros investigadores para evaluar rápidamente si el cambio climático provocado por los seres humanos ha tenido algún papel en el impulso de determinados fenómenos meteorológicos extremos.
Este año, los países dieron pasos importantes en el reconocimiento de la importancia de los pueblos indígenas en la protección de la biodiversidad y la prevención del calentamiento global, gracias en parte al trabajo de activistas como Victoria Tauli-Corpuz, ex relatora especial de la ONU sobre los derechos de los pueblos indígenas, que trabaja en Filipinas. Tauli-Corpuz también forma parte de la lista de destacados 2021.
Otros acontecimientos notables fueron que China hizo historia al convertirse en el segundo país que logra aterrizar un vehículo explorador en Marte, una hazaña que supuso un triunfo para la Administración Espacial Nacional de China y el diseñador jefe de la misión, Zhang Rongqiao. La investigadora en inteligencia artificial Timnit Gebru creó un instituto de investigación para estudiar cómo desarrollar sistemas de inteligencia artificial de forma más ética. Se basará en el trabajo que le llevó a abandonar el gigante tecnológico Google hace un año.
El informático Guillaume Cabanac descubrió que miles de publicaciones científicas eran engañosas: contenían textos sin sentido generados por programas informáticos, y contribuyó a alertar al mundo sobre el problema. El investigador de inteligencia artificial John Jumper y sus colegas de DeepMind en Londres sacudieron el campo de la biología estructural al liberar públicamente el código de AlphaFold. Se usa para predecir las estructuras de las proteínas con notable precisión.
“Las historias de las personas que figuran en la lista de los 10 de Nature ofrecen una nueva visión de los principales avances, problemas y controversias que marcaron la ciencia y repercutieron en todo el mundo”, concluye Monastersky.
La ciencia moderna se lleva a cabo por equipos, a menudo grandes, pero el mundo de la investigación está lleno de historias humanas de individuos trabajando. “Los 10 de Nature no es un premio ni una clasificación de los diez mejores, sino una lista que explora los avances e historias importantes de la ciencia este año y algunas de las personas que desempeñaron papeles importantes en ellos, junto con sus colegas”, aclararon. La selección ha sido elaborada por los editores de Nature para destacar a una serie de personas que han desempeñado un papel en algunos de los momentos más significativos de la ciencia en 2021.
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