Un avión que funciona con aceite y grasa de cocina logró volar de Chicago a Washington DC

Un 737 MAX 8 viajó con más de 100 pasajeros a bordo utilizando combustible sostenible

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United Airlines publicó este video del despegue del avión en Chicago

Debido a que la actividad de los aviones comerciales es responsable del 2% de las emisiones totales de carbono del planeta, y a que la flota mundial de aviones podría casi duplicarse para 2039 -pasando de 25.900 en 2019 a 49.405-, la industria internacional busca formas de hacer más sostenibles los vuelos, desde la inversión en tecnología de electrificación hasta el desarrollo de combustibles alternativos.

Y esta semana se alcanzó un hito en la carrera para reducir la contaminación con la realización del primer vuelo comercial de la historia impulsado por un combustible de aviación sostenible.

La hazaña se cumplió con un avión 737 MAX 8 que viajó de Chicago a Washington DC con más de 100 pasajeros a bordo, entre los que se encontraban miembros del Congreso de Estados Unidos y el director general de United Airlines, Scott Kirby.

Los responsables explicaron que el combustible del vuelo fue fabricado por World Energy y Virent Inc. y estaba compuesto por aceite y grasa de cocina mezclados con compuestos sintéticos elaborados a partir del azúcar de plantas como el maíz, la remolacha y la caña de azúcar. Expertos estiman que este combustible genera un 80% menos de emisiones de carbono que el combustible normal para aviones.

El avión 737 MAX 8
El avión 737 MAX 8 que viajó de Chicago a Washington DC con legisladores estadounidenses para promover el uso de combustible sostenible (United Airlines)

Un representante de United también informó que el avión tenía 1.900 litros de este combustible en un motor y otros 1.900 litros de combustible convencional en el otro “para demostrar aún más que no hay diferencias operativas entre los dos”. Pero señaló que el combustible convencional estaba allí como reserva y no se utilizó.

Vuelos anteriores de United han utilizado una mezcla de combustible convencional y sostenible, pero la normativa sólo permite una mezcla del 50%. Parte del objetivo del vuelo de esta semana fue demostrar que los aviones pueden depender totalmente del combustible sostenible.

El combustible de aviación sostenible, o SAF, es una parte clave de la estrategia de las principales aerolíneas para cumplir su objetivo de alcanzar las emisiones netas cero para 2050, una transformación que la industria estima que requerirá una enorme inversión financiera de más de 1,5 billones de dólares. Para convertir sólo el 10% del suministro mundial de combustible de aviación en SAF se necesitarán 250.000 millones de dólares de capital, declaró el martes en una entrevista el director de United, Scott Kirby.

Es por estos costos que las aerolíneas estadounidenses presionan el Congreso para que ayude a poner en marcha una mayor producción de combustible de aviación sostenible. “No tenemos 250.000 millones de dólares”, advirtió Kirby. “Toda la industria no tiene 250.000 millones de dólares. Necesita una base gubernamental para construir la industria. Y temo por la realidad económica, a menos que finalmente haya algún tipo de marco gubernamental que la haga viable”, afirmó.

El avión utilizado para la
El avión utilizado para la demostración tenía unos 1.890 litros de SAF en un motor y 1.890 litros de combustible convencional en el otro (United Airlines)

Con el exitoso vuelo que realizó de Chicago a Washington, United pretende poner de relieve su campaña para que los legisladores actúen y demostrar que el combustible de aviación sostenible funciona bien en los motores de los aviones actuales.

La administración del presidente Joe Biden ha desafiado a las refinerías y a otros agentes de la cadena de suministro a aumentar la producción estadounidense de SAF hasta los 3.000 millones de galones (11.350 millones de litros) anuales, como parte de su esfuerzo por reducir las emisiones de la aviación en un 20% para 2030. Para alcanzar estos objetivos, los transportistas presionan al Congreso para que ofrezca subvenciones y otros incentivos diseñados para estimular la inversión y aumentar la producción. La idea es que el aumento de la producción reducirá los costes, lo que hará que los precios del SAF sean competitivos con los del petróleo.

“He hablado con mucha gente de ambos lados del pasillo y no encuentro a nadie que se oponga, lo cual es bueno”, dijo Kirby. “Pero en el entorno actual, incluso algo a lo que nadie se opone no siempre supera la línea de meta”.

En otra señal del esfuerzo de la industria por aumentar el uso de combustible más ecológico, American Airlines Group Inc. anunció el miércoles que ha llegado a un acuerdo con la empresa de energía renovable Aemetis que eleva su compromiso de entregas de SAF a 120 millones de galones (454 millones de litros).

Con información de Bloomberg

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