Cuando era apenas un niño y aún vivía en su natal Francia, Anthony Loffredo quedó fascinado con el mundo del fisicoculturismo. Había algo en estos hombres que llevaban su cuerpo al extremo que le llamaba mucho la atención. Iba más allá de los músculos o la fuerza, era la idea de modificar el cuerpo a su antojo. Sin saberlo entonces, ese sería la semilla que daría vida, años más tarde, a su proyecto: The Black Alien.
Anthony tiene hoy 33 años y se acaba de practicar su última cirugía (por ahora) para acercarse más a esa idea mental de “perfección”. Él quiere volverse un “alien negro”, una ambiciosa empresa que define como un “proyecto artístico” y que tras quitarse dos dedos de cada mano para convertir sus extremidades en “garras”, apenas ha completado en un 33%.
La cifra sorprende, pues solo mirar a Anthony es suponer que estaría mucho más adelantado, y es pensar, con asombro e impresión, cómo será el 100% que este hombre-alien tiene en su cabeza.
Durante la última década, el francés se ha sometido a todo tipo de cirugías para modificar su cuerpo, así como extensas sesiones de tatuaje que pueden extenderse hasta por cuatro horas cada una. Para él su cuerpo es un lienzo, y su proyecto “The Black Alien”, que documenta en una cuenta de Instagram llamada “The Black Alien Project” y seguida por casi 800 mil personas, es casi una obsesión que ocupa su mente todo el tiempo.
Modificaciones corporales
La alteración física, como un tatuaje o una perforación, se conoce como modificación corpora , que es una categoría amplia que incluye casi cualquier alteración que una persona haga en su cuerpo. Estas alteraciones pueden ser pequeñas, como orejas perforadas, o modificaciones más dramáticas, como un cuello estirado o piel marcada.
Hay una amplia variedad de razones por las que las personas eligen alterar su apariencia, ya sea de forma temporal o permanente. Estas razones son generalmente culturalmente específicas, lo que significa que lo que podría parecerle extremo podría ser totalmente comprensible en otra cultura. Por ejemplo, en ciertas culturas asiáticas y africanas, las mujeres (y algunos hombres) usarán una pieza de joyería pesada para estirar la longitud del cuello para ser consideradas más bellas.
Los humanos hemos estado modificando nuestros cuerpos durante miles de años. Prueba de ellos es que el récord de los tatuajes más antiguos lo tiene un hombre momificado llamado Otzi que murió hace unos 5.300 años. Él tenía 61 tatuajes en su cuerpo, los cuales fueron creados al cortar la piel y frotarlas con polvo de carbón para cambiarle su pigmentación.
Actualmente hay un selecto grupo de humanos que han llevado la modificación corporal a tal extremos que se han hecho referentes de esta ‘subcultura’ o ‘comunidad’, como Lucky Diamond Rich quien tiene el 100% de su cuerpo tatuado después de más de mil horas de sesiones de tatuaje; o el alemán Rolf Buchholz, quien ostenta con orgullo el título de ser el hombre más modificaciones corporales, con 516 modificaciones entre tatuajes, piercings, implantes y cirugías.
Los biohackers transhumanistas y los “grinders”, como Lepht una mujer que se ha implantado más de 50 chips en su cuerpo para transformarse en un cyborg, también entra en esta categoría.
A Anthony también lo mueve la idea de ser algo más que un humano, pero él no quiere ser un robot, quiere ser un alien.
The Black Alien Project
“Yo no empecé mi proyecto como quería, porque vivía con mi madre y tenía un trabajo de guardia de seguridad, entonces no podía hacer las cosas que quería. Por eso esperé hasta tener mi casa, mi espacio y en ese momento comenzó el proyecto”, dice Anthony en una entrevista con René ZZ, un youtube español cuyo canal está dedicado a los tatuajes y las modificaciones corporales.
El “click” dice que llegó cuando tenía 24 años. Vio su vida y sabía que no estaba yendo como quería, se veía a sí mismo y entendió que no era quien quería ser. Por eso dejó su trabajo y empezó a transitar el camino del alien negro.
“El primer tatuaje que me hice es de la cara de una chica que me gustaba pero ya no está y ya no se ve”, dice en un español extranjero, que ha aprendido tras años de vivir en Barcelona, a donde se mudó para hacerse una de sus cirugías más invasivas hasta ese momento: recortarse la nariz y las orejas. Algo que es ilegal en su natal Francia.
En España conoció al modificador Oscar Márquez radicado en Barcelona quien ha sido responsable de las últimas modificaciones de Anthony.
Con él se cortó las orejas, se practicó la “rinotomía” y se dividió la lengua, lo que implica cortar el órgano muscular en dos con un bisturí.
La lengua también la tiene tatuada con una coloración verde que para hacerla se requiere inyectar con una jeringa en vez de usar una máquina, en un procedimiento peligroso y delicado.
De esa misma manera se tatúan los ojos, que en el caso de Anthony son completamente negros, una cirujía tan peligrosa que pudo haberlo dejado ciego.
Sin embargo, él dice que siempre ha hecho estas intervenciones con profesionales de las modificaciones, por lo tanto han sido “seguras”.
“Cada tatuaje me duele, y cada modificación también. La más incómoda fue la lengua, porque no podía comer, no podía hablar, tenía hinchada la garganta”, dijo Anthony en su entrevista de julio.
Sin embargo afirma que no se ha visto afectado por ninguna de sus intervenciones e incluso destaca que algunos sentidos se han mejorado gracias a ellas.
“No he notado ningún cambio en mi visión, yo me controlo todos los años con un oftalmólogo y la verdad tengo una visión muy buena, no me afecta. Si tú lo haces bien, con un profesional no hay problema”, dijo sobre el tatuaje negro de los glóbulos aculares.
“Con las orejas sí noté un cambio, se nota en el ruido, es muy, no sé cómo explicar, tu oreja externa es como un filtro que absorbe el ruido, como no lo tengo es un poco abrumante, pero ya me he acostumbrado. Ahora escucho y entiendo más a la gente que habla detrás de mí”, bromea.
Sobre la nariz modificada afirma: “Es positivo porque respiro más aire, entonces es una buena cosa y es mejor para mi. No me molesta. Un poco sí cuando hay mucho frío, ahí me molesta mucho y me me duele mucho porque me entra el aire directo”.
Para su más reciente operación, cortarse dos dedos de cada mano para transformarlas en unas garras, compartió un video y unas fotos de los resultados con el mensaje: “Desarrollo mi paz interior”.
Esta es quizá la intervención más extrema que le ha hecho a su cuerpo a la fecha, y también la más controversial, pues ha recibido fuertes críticas de varios de sus seguidores que ven como una “ofensa” para las personas discapacitadas que alguien decida voluntariamente extirpar parte de sus extremidades.
Pero par Anthony estas críticas siempre existirán por lo que dice que no lo detienen en su objetivo.
“Yo soy así porque yo quiero ser así, cada quien tiene su objetivo y su pasión, si la gente te juzga lo importante es escuchar tu corazón y tu alma”, afirma en un video subido a su Instagram.
Contrario a lo que muchos podrán pensar, Anthony o The Black Alien, no es un temerario que quiera terminar con su vida, más allá de reconocer en él contradicciones propias de su proyecto: “amo mi cuerpo porque lo modifico como quiero pero a la vez lo odio porque no es totalmente como quiero”, dice en la entrevista con René ZZ.
“La vida lo mejor es vivir lo más lejos posible, disfrutar más. Para mi creo que va a ser un poco más delicado y diferente de otra persona, porque estoy sin nariz, sin orejas, sin labio de arriba, pero quiero vivir mucho para continuar mi proyecto, para disfrutar más de la vida, porque la vida es preciosa y me quiero quedar mucho tiempo aquí”, explica Anthony como su mensaje para los otros.
Por ahora sus planes son recuperarse de su última cirugía y seguir viviendo en Barcelona, una ciudad donde ha encontrado tranquilidad. Aunque apenas lleva el 33% de su obra completa reconoce que no tiene claro cuándo será ese 100% pues en su mente siempre cambia la imagen que tiene de su forma final.
“La modificación para mí es un estilo de vida, no es solo ponerse un implante”, sostiene este hombre-alien.
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