Durante el inicio de la pandemia por el coronavirus, se creía que las personas mayores y las que tenían factores de riesgo como enfermedades preexistentes corrían más riesgo de complicaciones y mortalidad. Pero el seguimiento epidemiológico de los casos confirmados y los fallecimientos en cada país y los estudios científicos más específicos demostraron que había más personas en riesgo. Las embarazadas o las personas gestantes estaban en ese grupo: si se contagian el coronavirus y no están vacunadas completamente, se duplica la probabilidad de que tengan que ser atendidas con respirador en el hospital.
Ahora se conoció el último reporte del Ministerio de Salud de la Argentina sobre el impacto de la pandemia en el embarazo. Desde marzo del año pasado hasta el 2 de noviembre pasado, se habían reportado 5.288.634 casos confirmados de COVID-19 en el país. Dentro de ese total, se incluyeron 22.414 personas que cursaban un embarazo. Fueron 9.000 personas embarazadas con COVID-19 durante 2020 y 13.414 este año.
La mayoría eran de Ciudad de Buenos Aires, provincia de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe. El promedio de edad entre los casos de Covid-19 confirmados en personas gestantes fue de 29 años. También el reporte de la cartera de Salud informó que 215 de los 115.931 fallecidos durante la pandemia eran personas que estaban embarazadas. Fueron 41 el año pasado, y 174 este año.
La mediana de edad entre los casos de Covid-19 fallecidos fue de 32 años. Dentro del total de las personas con embarazos que murieron, el 40,5% contaban con el dato de comorbilidad. Las más frecuentes fueron obesidad, hipertensión arterial y diabetes. Las personas embarazadas fueron el 2,2% de los pacientes que estuvieron en internación en terapia intensiva. Fueron 483 internaciones. De ellas, 223 casos requirieron asistencia con respirador.
“La percepción del riesgo de desarrollar complicaciones por el COVID-19 para las embarazadas fue cambiando desde el inicio de la pandemia a medida que se fueron conociendo los reportes epidemiológicos y se conocieron diferentes estudios científicos”, dijo a Infobae Analía De Cristófano, miembro de la Sociedad Argentina de Infectología y jefa de Infectología Pediátrica del Hospital Italiano de Buenos Aires.
Tras analizar el último reporte del Ministerio de Salud de la Nación sobre personas gestantes, la especialista De Cristófano comentó: “El problema es que solo del 40% de las personas gestantes se conocen los antecedentes de comorbilidades. En algunos casos, la hipertensión y la diabetes se desarrolla durante el embarazo, lo que hace que las personas no estén en una situación controlada”, señaló la especialista.
Además, diversos estudios científicos han advertido sobre el impacto del COVID-19 en embarazadas. En la revista especializada PLOS ONE, se publicó un trabajo de investigadores del Instituto de Efectividad Clínica y Sanitaria (IECS), una institución académica afiliada a la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, junto a investigadores de las universidades de Tulane, en Nueva Orleans, y de Washington, en Seattle, Estados Unidos.
Los investigadores hicieron una “revisión panorámica” que incluyó 66 revisiones sistemáticas de trabajos publicados entre enero y octubre de 2020, sobre impacto de COVID-19 en el embarazo tanto para la madre como para el recién nacido/a. Si bien se encontró que el riesgo de transmisión congénita de la enfermedad y a través de la leche materna es bajo, se demostró que “las personas embarazadas con COVID-19 pueden tener un mayor riesgo de resultados adversos del embarazo y del parto”.
De acuerdo con la investigación, los síntomas clínicos más frecuentes durante el embarazo con COVID-19 fueron fiebre e insuficiencia respiratoria leve. Las alteraciones de laboratorio más comunes fueron la proteína C-reactiva elevada (un marcador de inflamación), disminución de linfocitos y en los estudios por imágenes, signos de neumonía. Con relación al parto, hubo una elevada frecuencia de cesáreas (rango de 23 a 96%) y de partos prematuros (de 14 a 64%). La mayoría de los bebés no manifestaron síntomas ni presentaron bajo peso al nacer u otras complicaciones.
Tras la revisión, Agustín Ciapponi, director del Centro Cochrane Argentina del IECS, doctor en salud pública, e investigador del Conicet, afirmó en diálogo con Infobae que las embarazadas son un grupo de riesgo para COVID-19, tanto por sus efectos sobre ellas mismas como sobre sus bebés”.
En tanto, los coautores Ariel Bardach, director del Centro de Investigaciones en Epidemiologia y Salud Pública (CIESP) y Agustina Mazzoni, ginecóloga, obstetra e investigadora del IECS, señalaron que el dato más inquietante es que, en comparación con las embarazadas sin el COVID-19, se estima que la infección por el nuevo coronavirus en personas gestantes duplica la probabilidad de requerir un respirador. También se triplica el riesgo de que los recién nacidos requieran asistencia en cuidados intensivos neonatales.
“En 2021, la evidencia científica internacional y los registros de vigilancia nacionales mostraron que los primeros conceptos sobre el impacto del COVID-19 en personas gestantes eran erróneos”, señaló a Infobae la doctora Sandra Tirado, secretaria de Acceso a la Salud del Ministerio de Salud de la Nación. “Algunas características maternas y la presencia de comorbilidades en la persona gestante eran factores de riesgo de COVID-19 grave, como por ejemplo aquellos embarazos que se asociaban con edad materna avanzada (más de 35 años), la obesidad o el sobrepeso, la hipertensión arterial (preexistente o inducida por el embarazo), la diabetes (preexistente o inducida por el embarazo), las enfermedades cardiopulmonares, enfermedad renal crónica, e inmunosupresión”, afirmó la funcionaria.
“También se demostró mayor riesgo de parto prematuro en las personas gestantes con enfermedad COVID-19 grave. En la mayoria de los países, durante las segundas olas de la pandemia ocurrió un mayor numero de rebrotes de personas gestantes fallecidas con respecto a las primeras olas lo que se atribuyó a que se encontraban en las franjas etáreas de la poblacion aún sin vacunar, o sea más suceptible de contraer el coronavirus”, explicó la doctora Tirado. Comentó que hoy el sistema de salud de Argentina se enfoca más “en el seguimiento caso a caso, individualizado, de todas las personas que cursan el embarazo o que recién tuvieron un hijo”.
Tanto los reportes epidemiológicos como los estudios científicos llevaron entonces a enfatizar en la importancia de la prevención de la enfermedad COVID-19 en las personas que cursan un embarazo. Por esto, desde la Sociedad Argentina de Infectología, la doctora De Cristófano señaló cuáles son las 5 medidas principales de prevención: “Las personas gestantes tienen que adoptar la ventilación permanente y cruzada cuando están en espacios cerrados. Deben encontrarse al aire libre preferentemente. Usar barbijo cuando se encuentran en lugares cerrados. Mantener el distanciamiento de dos metros. Además, tienen que vacunarse cuanto antes para estar protegidas con el esquema completo en este momento de circulación de la variante Delta del coronavirus”.
Las vacunas contra el COVID-19 han demostrado ser seguras y eficaces tanto en la población de personas embarazadas como en la población general. Incluso ahora ya en la Argentina se está vacunando a las niñas y los niños a partir de los 3 años, una aplicación que está avalada por la Sociedad Argentina de Pediatría y la Comisión Nacional de Inmunizaciones (CoNaIn). El doctor Ciapponi, junto con colegas de Argentina, Estados Unidos, Reino Unido y Países Bajos, hicieron otra revisión sobre los estudios sobre vacunas. Tras seleccionar y analizar 38 estudios clínicos y preclínicos (con un total de casi 2,4 millones de personas embarazadas y 56 animales de laboratorio), los investigadores concluyeron que “no existen preocupaciones de seguridad asociadas al embarazo con las vacunas para COVID-19 por cuanto sus componentes o plataformas - ya utilizadas en otras vacunas- no mostraron resultados negativos”.
Ese trabajo está aún sujeto a revisión por otros científicos en medRxiv. Consistió en una revisión rápida de estudios que examinaron la seguridad de componentes (como distintos adyuvantes que potencian la respuesta inmune) y las plataformas en las que están basadas las vacunas contra el COVID-19.
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