La pandemia por coronavirus en el Reino Unido no ha terminado, se avecinan meses difíciles. Jonathan Van-Tam, subdirector médico del país, hizo la advertencia al sostener que existen “demasiadas personas que creen que esta pandemia ha finalizado”.
La precaución que la gente toma o no toma en términos de interactuar entre sí, es un tema de discusión, un gran determinante para definir lo que pase, mientras los expertos proyectan “meses oscuros para el invierno”.
Los llamados de atención se realizan cuando el primer ministro Boris Johnson se enfrenta a una reacción violenta después de que lo fotografiaran sin cubrirse con mascarilla en la apertura de la conferencia de cambio climático en Glasgow.
La exigencia de medidas más estrictas para controlar la propagación del virus ya costó un puesto estratégico entre los científicos británicos. Uno de los expertos más eminentes del grupo asesor científico del gobierno (SAGE) ha dimitido, después de pedir una acción “contundente” para prevenir el aumento de infecciones por coronavirus.
Jeremy Farrar, director de Wellcome Trust, ha abandonado el equipo técnico de emergencias y advierte que la situación en el Reino Unido es “preocupante”.
Hace dos semanas, pidió una estrategia “Vaccine Plus”, instando a la población a usar máscaras en las tiendas y en el transporte público, y a reducir el número de personas en el trabajo en cualquier momento.
La falta de respuesta a sus reclamos, ha precipitado que Farrar renuncie a su cargo. En un comunicado, dijo que los científicos del gobierno habían estado bajo una “gran presión” durante la pandemia.
En un comunicado a Sky News el martes por la noche, Jeremy dijo: “La crisis de COVID-19 está lejos de terminar, con la situación global profundamente preocupante.
“Los altos niveles de transmisión observados en el Reino Unido siguen siendo preocupantes, pero renuncié como participante de SAGE sabiendo que los ministros habían recibido la mayoría de los consejos científicos clave necesarios durante los meses de invierno”, dijo.
En ese contexto, la Agencia de Seguridad Sanitaria del Reino Unido (UKHSA) ha declarado que existe un mayor riesgo de transmisión de coronavirus en el Parlamento en este momento y ha reforzado sus restricciones.
El cubrimiento facial ya es obligatorio para el personal, los contratistas y los periodistas, aunque no para los parlamentarios, y se instará a los presidentes de las reuniones a que asuman un papel más importante para garantizar el cumplimiento de la regla. Todos los asuntos no parlamentarios, como encuentros y giras, han sido cancelados durante dos semanas.
Navidad problemática
El país busca evitar otro fin de año traumático. En ese sentido, el profesor Van-Tam, dijo que “la Navidad, y de hecho todos los meses de invierno más oscuros, serán potencialmente problemáticos”.
Cuando la prensa británica le consultó cómo se podría prevenir un bloqueo invernal, añadió: “Creo que las cosas que realmente van a determinar esto son, en primer lugar, los comportamientos humanos y la precaución durante los meses de invierno, pero particularmente en los próximos meses, en Navidad, es lo cautelosos que somos. El siguiente es lo bien que van los programas de vacunación“.
Finalmente, al ser abordado sobre el estado de la pandemia en la nación, sostuvo que el país “esta en una especie de medio tiempo, en la prórroga, y creo que el pitido final, no puede predecirse”. Aunque, en su visión personal hay “algunos meses más para correr”.
Cierre de escuelas
Otra preocupación es una posible interrupción del ciclo educativo. Los protocolos para atender las infecciones es clave para no perder días de clases. El secretario de Educación adelantó que “no hay planes de ningún tipo” para cerrar establecimientos escolares nuevamente debido al COVID-19.
Nadhim Zahawi ha dicho que mantendrá las escuelas abiertas, porque hacer pruebas a los alumnos para detectar el virus y vacunar a los niños elegibles ayudará a mantenerlos en clase.
Antes de fin de año se publicará una revisión de la extensión de la jornada escolar, que han sugerido los expertos para ayudar a los niños a recuperar el aprendizaje perdido durante la pandemia.
Sin planes para cerrar las escuelas nuevamente, la estrategia será el cribado con test rápidos de antígenos no invasivos, entregados para la autocomprobación cotidiana, e incluso la instalación de centros de vacunación en las propias escuelas.
El Reino Unido mira de reojo a Estados Unidos, que ha entrado en una nueva fase en su campaña de inmunización, ya que ha comenzado a vacunar a niños de cinco a 11 años. Las autoridades británicas, aunque han visto caer los contagios entre menores, esperan incluir a los menores de 12 años dentro de su plan de vacunación.
Aunque no todos están de acuerdo. Es “demasiado pronto” para vacunar a niños de 11 años o menos contra COVID-19, pero puede haber casos en que algunos jóvenes lo reciban, dijo un miembro del Comité Conjunto de Vacunación e Inmunización (JCVI).
El último parte diario del Reino Unido informó el martes de otras 293 muertes y 33.865 casos más de coronavirus, según datos oficiales.
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