La mitad de los seres humanos que habitan el planeta ya tienen la primera dosis de vacuna contra el COVID-19. Son más 3,8 mil millones de personas que iniciaron el esquema de inmunización para estar protegidas contra la infección por el coronavirus que ya se llevado la vida de 4,9 millones de personas desde diciembre de 2019, según la Organización Mundial de la Salud. Todas las vacunas autorizadas son eficaces para prevenir el COVID-19 y reducir el riesgo de complicaciones y muertes tal como se observó en los ensayos clínicos del año pasado. Pero con el avance de los planes de vacunación ahora hay más pruebas sobre los beneficios de estar vacunados con el esquema completo cuanto antes. Al estar inmunizado, se reduce el riesgo de morir por otras causas no relacionadas con el COVID-19.
La vacunación contra el COVID-19 es una herramienta clave para ayudar a detener la pandemia del COVID-19. Vacunarse contra el coronavirus ayuda a las personas a protegerse de contagiarse o de enfermarse gravemente, y también puede ayudar a proteger a las personas de su entorno más cercano, según resaltan los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades de los Estados Unidos (CDC).
Un equipo de investigadores de los CDC y de otras instituciones de salud pública de Estados Unidos analizaron datos sobre la población vacunada en comparación con los que aún no se aplicaron las dosis. En ese país, el 57% de la población general tiene el esquema completo, y aunque hay dosis disponible aún hay personas que vacilan en recibir las vacunas.
Al hacer el estudio, los investigadores encontraron que las personas que recibieron la vacuna contra el COVID-19 tienen menos probabilidades de morir por otras causas que las no vacunadas. El estudio, dirigido por Stanley Xu, de Kaiser Permanente Southern California, tuvo en cuenta a las personas que recibieron las vacunas COVID-19 desarrolladas por las empresas Pfizer-BioNTech, Moderna y Johnson & Johnson.
El trabajo reveló que los que recibieron varias dosis de cualquier vacuna tenían tasas de mortalidad más bajas que los que sólo recibieron una dosis. “Se realizó un estudio de cohorte durante diciembre de 2020-julio de 2021 entre aproximadamente 11 millones de personas inscritas en siete sitios de Vaccine Safety Datalink (VSD)”, dice el informe, refiriéndose a un proyecto conjunto de los CDC y nueve organizaciones de atención médica que recopilan datos electrónicos sobre vacunas para estudios clínicos.
“Después de estandarizar las tasas de mortalidad por edad y sexo, este estudio descubrió que los receptores de la vacuna COVID-19 tenían una mortalidad no-COVID-19 más baja que las personas no vacunadas”, afirmaron los investigadores. Además, las personas que recibieron vacunas de ARN mensajero, como las inyecciones de Pfizer-BioNTech y Moderna, tuvieron tasas de mortalidad más bajas que las personas que se vacunaron con la inyección de Johnson & Johnson, una vacuna desarrollada en base a una plataforma de vector viral.
Por un lado, se encontró en el grupo de personas no vacunadas tuvo una tasa de mortalidad de 11,1 muertes por cada 1.000 personas al año. En cambio, los que recibieron la vacuna COVID-19 de Pfizer/BioNTech tuvieron una tasa de mortalidad de 4,2 muertes por cada 1.000 personas vacunadas al año después de la primera dosis, y de 3,5 muertes después de la segunda dosis. En el caso de los receptores de la vacuna Moderna COVID-19 tuvieron 3,7 muertes por cada 1.000 personas al año después de la primera dosis, y 3,4 muertes después de la segunda dosis. Esos fallecimientos en vacunados no estuvieron relacionados ni con el COVID-19 ni con la vacunación.
También se analizó el impacto de la protección de la vacuna de Johnson & Johnson que solo implica una dosis. Entre los que recibieron ese inoculante, la tasa fue de 8,4 muertes por cada 1.000 personas al año. En cambio, el grupo no vacunado que se analizó en comparación tuvo una tasa de mortalidad de 14,7 muertes por cada 1.000 personas al año.
Además de que las personas vacunadas contra la COVID-19 tienen menos probabilidades de morir por causas no relacionadas con la misma, el estudio confirmó que las vacunas son seguras de administrar y eficaces contra la enfermedad. “Las vacunas contra el COVID-19 autorizadas en Estados Unidos han demostrado una y otra vez que son seguras”, dijo el doctor Xu. “Este estudio también confirma su seguridad”, resaltó.
Mientras la vacunación sigue e incluso recientemente se sumó la tercera dosis de refuerzo, que ya alcanzó al 3,6% de la población en Estados Unidos, los CDC y las otras instituciones de salud pública han explicado que siguen evaluando la efectividad de las vacunas contra el COVID-19 aprobadas o con autorización de uso de emergencia aunque ya se haya demostrado que brinda alta protección contra el virus y seguridad.
“Los CDC están evaluando la efectividad de las vacunas contra el COVID-19 en condiciones del mundo real. En algunas evaluaciones en condiciones del mundo real se observa a personas vacunadas y no vacunadas para ver cuántas personas de cada grupo contraen el COVID-19. Algunas evaluaciones analizan la diferencia en la efectividad de la vacuna contra el COVID-19 en personas con la serie parcial de la vacuna en relación con las personas que tienen la vacuna completa. Muchos factores pueden incidir en el funcionamiento de la vacuna en condiciones reales”, aclararon.
Entre los factores que puede afectar la efectividad de los inoculantes en el mundo real, mencionaron que puede haber grupos de personas que no fueron incluidas en los ensayos clínicos y pueden responder de modo diferente a la vacuna. Las nuevas variantes del coronavirus pueden ser un factor que afecte el nivel de protección, y los factores programáticos, como respetar los cronogramas de administración o almacenar y manipular las vacunas correctamente.
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