Las personas que han tenido reacciones alérgicas graves también pueden recibir las vacunas para protegerse contra el coronavirus y reducir el riesgo de sufrir complicaciones y morir.
El último estudio científico que corroboró el beneficio y la seguridad de la vacunación en personas con antecedentes alergias fue publicado esta semana y realizado por investigadores de la Universidad de Harvard y reconocidos hospitales en Boston, Massachusetts, Estados Unidos.
Las alergias son alteraciones de los mecanismos de defensa inmunitarios del organismo. El paciente alérgico tiene una predisposición a reaccionar de una manera diferente a los no alérgicos ante diversas sustancias con las cuales estamos habitualmente en contacto. Estas sustancias, llamadas alérgenos o antígenos, son sumamente variadas: alimentos, medicamentos, sustancias que penetran al organismo por la nariz y los bronquios (polvo, pólenes, hongos de la humedad entre otros).
En el mundo, el 38% de la población ya tiene el esquema completo de vacunas contra el COVID-19. El 50% ya tiene al menos una dosis. Desde el inicio de la vacunación, a fines de 2020, surgió la inquietud sobre el riesgo de que algunas personas desarrollen una reacción alérgica grave después de recibir las dosis. Sin embargo, desde la comunidad científica y médica se argumentó que el beneficio de recibir las vacunas era superior al riesgo de un efecto secundario.
El estudio realizado por los investigadores de los Estados Unidos fue publicado en la revista JAMA Network Open. Evaluó la vacunación de los empleados del sistema sanitario Mass General Brigham y reveló que, aunque las personas con antecedentes manifestaron más síntomas alérgicos tras la vacunación, casi todas ellas pudieron vacunarse completamente.
En el estudio se incluyeron a 52.998 empleados de la sanidad. Dentro de ese total, 474 (0,9%) declararon tener antecedentes de reacciones alérgicas graves a medicamentos, vacunas o alérgenos. Los resultados de la encuesta mostraron que el 11,6% de los empleados con estos antecedentes informaron de reacciones alérgicas después de recibir la dosis 1 o 2 de la vacuna COVID-19 ARN mensajero, en comparación con el 4,7% de los empleados sin estos antecedentes.
Los antecedentes de alergia de alto riesgo se asociaron con un riesgo relativo 2,5 veces mayor de reacciones alérgicas, con los mayores riesgos de urticaria y angioedema (que una hinchazón por debajo de la piel). Sin embargo, a pesar de esos síntomas, 5.1706 empleados (97,6%) recibieron 2 dosis de la vacuna COVID-19 de ARN mensajero.
“Los resultados de este estudio pueden ayudar a orientar las expectativas de los pacientes con antecedentes de alergia de alto riesgo. Pueden producirse síntomas como urticaria e hinchazón, sobre todo con la primera dosis de la vacuna, pero la mayoría de los síntomas alérgicos notificados no impidieron la finalización de la serie de dos dosis de la vacuna de ARN mensajero”, dijo la autora principal, la doctora Lily Li, profesora de alergia en la División de Alergia e Inmunología Clínica del Hospital Brigham and Women’s, en Boston.
Los resultados del trabajo ofrecen una garantía sobre la seguridad de la vacuna COVID-19 de ARN mensajero en personas con independencia de sus antecedentes de alergia. “Esperamos que estos datos ayuden a informar las conversaciones en curso con los pacientes que dudan en recibir la vacuna COVID-19 debido a las preocupaciones sobre la alergia”, comentó la autora principal Kimberly Blumenthal, codirectora del Programa de Epidemiología Clínica dentro de la División de Reumatología, Alergia e Inmunología del Hospital General de Massachusetts. “En nuestras instituciones, casi todos los individuos con y sin antecedentes de alergia de alto riesgo pudieron completar la serie de dos dosis de la vacuna”, resaltó.
Para hacer la investigación, los investigadores contaron con financiamiento del Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas de los Institutos Nacionales de Salud y por el Programa de Becas de Transformación del Departamento de Medicina del Hospital General de Massachusetts.
Consultado por Infobae, el presidente de la Asociación Argentina de Alergia e Inmunología Clínica, Pablo Moreno, comentó: “Desde el inicio de la vacunación contra el COVID-19, hemos aclarado que tener antecedentes de alergias, incluyendo asma, rinitis, alergia alimentaria, no justifica la contraindicación de la aplicación de las dosis. Es decir, esas personas sí pueden recibir las vacunas contra el COVID-19″.
En el caso de que existiera un antecedente de una reacción grave a un medicamento, se recomienda que la persona sea evaluada por un profesional especialista en alergia antes de la vacunación, según Moreno. “Actualmente, hay muchas personas con antecedentes de alergias ya vacunadas y la mayoría no ha tenido problemas, al igual que lo corrobora este estudio publicado en la revista JAMA Open Network. Lo importante es priorizar que las personas incluso con antecedentes alérgicos graves hoy se vacunen”.
En marzo pasado, en la Argentina hubo algunos centros de vacunación que no permitían la aplicación en personas con antecedentes de alergias graves. Desde la Asociación de Alergia e Inmunología Clínica hubo una comunicación de posicionamiento para advertir a las autoridades sanitarias que esas personas no debían ser excluidas de la vacunación ya que no había justificación científica.
En Argentina, desde fines de diciembre pasado, se ha aplicado un abanico de vacunas basadas en diferentes plataformas. Una de ellas es la vacuna ChAdOx1-S de origen británico (Oxford/ AstraZeneca) y su homóloga Covishield del Instituto Serum de India, que utilizan la plataforma de vector viral no replicativo (utiliza adenovirus de chimpancé). También el plan estratégico de vacunación incluyó a la vacuna de origen ruso Sputnik V del Instituto Gamaleya, que utiliza vector viral no replicativo.
La vacuna de origen chino de la empresa Sinopharm está basada en una plataforma de virus inactivados. En el caso de la vacuna de ARN mensajero de origen estadounidense, Moderna, se utiliza una plataforma de ácidos nucleicos. Las últimas en incorporarse al plan han sido la vacuna Convidecia que utiliza vector viral no replicante de adenovirus producida por el laboratorio del Instituto de Biotecnología de Beijing (Beijing, China) y CanSino Biologics, y la vacuna de ARN mensajero que utiliza una plataforma de ácidos nucleicos, producida por Pfizer-BioNTech.
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