Casi la mitad de la humanidad ya tiene la primera dosis de la vacuna contra el COVID-19. El 38% de las personas tiene el esquema completo que da alta protección para prevenir el contagio del coronavirus y reducir el riesgo de complicaciones y muertes. Con el avance de los planes de vacunación, las autoridades sanitarias han evaluado los niveles de protección en los diferentes grupos y en algunos países -como Israel, Chile, Uruguay, los Estados Unidos, El Salvador, República Dominicana, y Paraguay- ya decidieron aplicar una tercera dosis como refuerzo.
En la Argentina, la decisión de dar la dosis de refuerzo está en evaluación y podría darse el próximo año. Mientras tanto, ya están en marcha diferentes estudios científicos que evaluaron cuál fue la protección otorgada por las vacunas contra el COVID-19 en los trasplantados, que han estado entre grupos priorizados en el acceso a la inmunización.
Uno de los estudios fue impulsado por la Sociedad Argentina de Hepatología en colaboración con el Hospital Universitario Austral, el Hospital Italiano de Buenos Aires, el Hospital Alemán y Hospital El Cruce Alta Complejidad en Red, que se encuentra en el partido de Florencio Varela, y el Grupo HTLV del Instituto de Investigaciones Biomédicas en Retrovirus y SIDA (INBIRS), que depende de la Universidad de Buenos Aires y el Conicet.
En diálogo con Infobae, los investigadores contaron los detalles de los resultados preliminares de la primera etapa. Enrolaron a pacientes que habían recibido trasplantes de hígado y que habían sido vacunados con las dos dosis contra el COVID-19. También incluyeron a personas que no habían recibido trasplantes y que habían completado el esquema.
Las vacunas que habían recibido los participantes fueron las de Oxford/AstraZeneca, Sputnik V del Instituto Gamaleya de Rusia, y la vacuna inactivada de Sinopharm de China. Las muestras de los participantes se obtuvieron dentro de los 21 a 90 días posteriores a la segunda dosis de la vacuna. Los investigadores se propusieron también evaluar la seguridad de las vacunas y encontraron que los efectos secundarios eran leves o moderados en los mismos niveles que la población general.
Pero encontraron diferencias en cuanto a la protección por la respuesta humoral del sistema inmune. “En el primer análisis interino, incluimos 70 trasplantados de hígado y 10 personas sin trasplantes que fueron el grupo de control. Al final del estudio serán 125 trasplantados y casi 30 del grupo de control”, explicó a Infobae el doctor Manuel Mendizábal, coordinador del ensayo multicéntrico y médico de planta de la Unidad de hígado y trasplante hepático del Hospital Universitario Austral. La mediana de edad de los participantes fue de 66 años y 4,6 años fue el tiempo promedio entre el trasplante y la segunda dosis.
Al hacer el primer análisis, encontraron que solo la mitad de los pacientes trasplantados alcanzaron el mismo nivel de anticuerpos que el grupo de control después de la segunda dosis de la vacuna contra el COVID-19. “En base a estos resultados recomendamos evaluar estrategias de inmunización que incluyan un refuerzo o tercera dosis en esta población” de trasplantados de hígado, escribieron los investigadores.
“Al analizar estos resultados sobre respuesta humoral, se sugiere que los trasplantados deberían estar entre los grupos priorizados para recibir la dosis de refuerzo”, señaló a Infobae la médica Mirna Biglione, investigadora del Conicet que colaboró en el ensayo con su equipo integrado por Nicolás Ducasa y Paula Benencio del INBIRS. Mirta Villa, Fernando Montesano y Ricardo Casime del INBIRS también colaboraron con la atención a los pacientes que participaron en el ensayo.
En una segunda fase, evaluarán el tiempo de duración de la respuesta humoral así como también la respuesta celular. En el trabajo, colaboran Margarita Anders del Hospital Alemán, Ezequiel Mauro del Hospital Italiano de Buenos Aires, y Manuel Barbero del Hospital Cruce. Los resultados se presentarán en el próximo congreso de la Sociedad Argentina de Virología. La empresa BIOARS les donó los reactivos para hacer detección de anticuerpos.
“Las personas que requieren trasplantes de órgano sólidos se inmunosuprimen antes del procedimiento del trasplante. Después del trasplante, ese estado se ve agravado por la inmunosupresión farmacológica para prevenir y tratar el rechazo del injerto, y por los mecanismos inmunológicos que lo causan. Esa situación es lo que los hace menos respondedores a las vacunas, pero su estado de vulnerabilidad marca la importancia que sean vacunados. Por eso, en los trasplantados se resalta la importancia de la dosis adicional”, explicó a Infobae la doctora Daniela Hozbor, investigadora del Instituto de Bioquímica y Biología Molecular, dependiente del Departamento de Ciencias Biológicas de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de La Plata y el Conicet.
En la provincia de Buenos Aires, la doctora Hozbor colabora con otro ensayo clínico del Ministerio de Salud bonaerense que está evaluando la efectividad y la seguridad de las tercer dosis o refuerzo en diferentes grupos. “Pronto, tendremos datos sobre la respuesta inmunológica para saber cuáles serían las vacunas más adecuadas como dosis de refuerzo”, dijo.
En junio pasado, se difundieron los resultados de un trabajo en Francia con vacuna de ARN mensajero en trasplantados de riñón. El doctor Dominique Bertrand, del Hospital Universitario de Rouen, en Francia y sus colegas examinaron las respuestas inmunitarias tras la vacunación con la vacuna de ARN mensajero de Pfizer-BioNTech en 45 receptores de trasplantes de riñón y 10 pacientes sometidos a hemodiálisis crónica.
Tras la segunda dosis de la vacuna, el 88,9% de los pacientes en diálisis y sólo el 17,8% de los receptores de trasplantes de riñón desarrollaron anticuerpos contra el coronavirus. Una respuesta específica de las células T contra el virus fue evidente en el 100% de los pacientes en diálisis y en el 57,8% de los receptores de trasplantes de riñón. La respuesta inmunitaria parecía estar influida por los fármacos inmunosupresores que tomaban los receptores de trasplantes de riñón, y algunos fármacos tenían un mayor efecto que otros, según los investigadores que publicaron el trabajo en la revista JASN de la Sociedad Estadounidense de Nefrología.
Además, otro estudio de Dorry Segev de la Universidad Johns Hopkins en Estados Unidos investigó a receptores de trasplantes de órganos y descubrió que si se dan dos dosis, muchos de ellos no responden. Fue publicado en la revista JAMA. Un estudio posterior publicado en septiembre demostró que con una tercera dosis, por fin se puede obtener una respuesta.
Recientemente, los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos en concordancia con el Grupo Estratégico Consultivo de Expertos (SAGE) de la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendaron que las personas inmunodeprimidas reciban una dosis adicional al menos 28 días de haber recibido la segunda dosis de vacunas a ARN mensajero, y a los mayores de 60 años vacunados con Sinovac o Sinopharm. El SAGE aclaró que la tercera dosis puede ser de una vacuna de otro tipo.
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