Disparada de contagios en Europa: cuál es el Plan B para detener el rebrote de COVID-19

Los países más golpeados por los rebrotes se resisten a bloqueos duros apegándose a estrategias como cuarentenas selectivas y distinguir entre vacunados y no vacunados. La posible hoja de ruta para combatir al virus

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Al menos por el momento, los confinamientos son rechazados por los gobiernos europeos
Al menos por el momento, los confinamientos son rechazados por los gobiernos europeos

No habrá confinamientos severos. En vista de los resultados, que evidenciaron que no fueron lo suficientemente eficaces para detener al virus, pero en especial por sus consecuencias abrumadoras para las economías, las estrategias frente a un recrudecimiento del COVID-19 no incluyen la idea de bloqueos totales.

Al menos por el momento, esta opción es rechazada por los gobiernos europeos, que además entienden que el rebrote que se está produciendo, y se profundizará con la llegada del invierno, no tendrá las mismas características a los anteriores. La relación infecciones y hospitalizaciones, dicen los expertos, esta “rota” con la irrupción de las vacunas.

En el Reino Unido, el país mas comprometido, y que ayer superó el umbral de los 50.000 contagios, su gobierno esta siendo cuestionado por sus expertos y jefes del sistema nacional de Salud (NHS, por sus siglas en inglés) por no implementar un “Plan B” para el invierno, que incluiría el retorno al uso de máscaras faciales obligatorias, imposición del teletrabajo y pasaportes de vacunas.

La presión aumenta con cada nueva infección, pero el gobierno dice que no accionará otra estrategia a la planeada. El primer ministro, Boris Johnson, dice que sus asesores científicos le advirtieron lo que sucedería cuando llegara el invierno. Ayer la secretaria de Salud adelantó que podrían llegar a tocar los 100.000 casos al día.

Si bien el gobierno sabe que aumentarán las hospitalizaciones y las muertas, las previsiones son que no habrá el mismo número de fallecidos durante la primera y la segunda oleada. La razón es por las vacunas, motivo que frena la introducción de intervenciones restrictivas.

Para el Ejecutivo británico, la imposición de las “NPI”, sigla en inglés que significa intervenciones no farmacéuticas, retrasaría la recuperación económica del país.

Pero los trabajadores de la salud dicen que el gobierno no ha tenido en cuenta varios factores cruciales. Si bien están de acuerdo con que las vacunas están funcionando para proteger a las personas de cuadros graves y morir, no toma en cuenta que la inmunidad puede estar comenzando a disminuir.

Además, al no introducir restricciones, este invierno el COVID-19 convivirá con la gripe y otras enfermedades respiratorias estacionales que circulan juntas. Ante un invierno que podría tener consecuencias devastadoras, la pregunta de las autoridades sanitarias es ¿por qué esperar?

La Asociación Médica Británica acusó al gobierno de “negligencia intencional”, consideró que la situación era “insostenible” y pidió una acción inmediata.

A pesar de las acusaciones al gobierno por "negligencia" frente al aumento de contagios, el primer ministro Boris Johnson insiste en que "se apega al plan" hasta ahora diseñado
A pesar de las acusaciones al gobierno por "negligencia" frente al aumento de contagios, el primer ministro Boris Johnson insiste en que "se apega al plan" hasta ahora diseñado

Los llamados para revertir el levantamiento de las últimas restricciones, en julio, hasta ahora no surten efecto. No hay otra hoja de ruta. En su lugar Downing Street esta alentando a los mayores de 50 años a recibir una dosis de refuerzo y a los jóvenes que no están vacunados a hacerlo para evitar el agravamiento de la situación sanitaria.

Francia, donde la incidencia de casos también está en alza, es uno de los países que ha soportado una fuerte resistencia por haber impuesto, el pase sanitario para ingresar a la mayoría de las actividades cotidianas. La medida, que podría extenderse hasta julio de 2021, suma ahora otro debate.

Preparándose a una reanudación de la epidemia, el gobierno francés quiere levantar el secreto médico sobre la vacunación de los estudiantes contra el COVID-19, en nombre de la lucha contra el virus.

La Asamblea Nacional aprobó, en la noche del miércoles, una enmienda al proyecto de ley “vigilancia sanitaria” que da la posibilidad a los funcionarios de las escuelas secundarias de conocer el estado de vacunación de sus alumnos hasta el final del curso escolar 2021-2022.

La medida tiene como objetivo “facilitar la organización de campañas de cribado y vacunación y organizar las condiciones docentes para prevenir el riesgo de propagación del virus”. Examinado en tiempo récord, el texto llegará al Senado el 28 de octubre con miras a ser consagrado en ley e implementado de inmediato, aunque hay una fuerte resistencia por la “ruptura” que significaría a los derechos de privacidad.

Rusia registró en 24 horas una cantidad sin precedentes de contagios y víctimas mortales: 36.339 infecciones y 1.036 muertes. El país, lento en su plan de inmunización, tiene solo al 32% de su población con esquema completo.

En ese contexto, Moscú, la ciudad más golpeada, ordenó sus primeras restricciones sanitarias desde el verano: obligatoriedad de la vacunación para el 80% del personal de áreas de servicio y un confinamiento para no vacunados mayores de 65 años desde el 15 de octubre y fomentar el teletrabajo. Una cuarentena para no inmunizados, es hasta ahora, una medida inédita de contención selectiva.

Si logra aprobación en el Senado, las escuelas podrán acceder en Francia al estatuto de vacunación del alumnado
Si logra aprobación en el Senado, las escuelas podrán acceder en Francia al estatuto de vacunación del alumnado

Por su parte, la República Checa hace nuevamente obligatoria la mascarilla quirúrgica en los puestos de trabajo y retira la gratuidad de las pruebas, en especial para empujar a la vacunación.

“Estamos viendo un aumento significativo en el número de infectados. No queremos volver a cerrar tiendas ni servicios, por eso estamos introduciendo medidas”, ha justificado el ministro de Salud checo, Adam Vojtech.

Otro país abrumado por la pandemia, Rumanía, ha anunciado un toque de queda nocturno en todo el país para no vacunados siguiendo la estrategia moscovita. El presidente rumano, Kluas Iohannis, calificó la situación en el país balcánico como “catastrófica”, con más de 500 fallecidos en las últimas horas, mientras que la tasa de vacunación sigue sin superar el 30% de la población.

Ucrania registró el jueves un nuevo récord de 546 muertes y 22.415 contagios, el país enfrenta una nueva ola epidémica en el contexto de una laboriosa campaña de vacunación. A partir del jueves, ha decidido su gobierno que el pase de salud se incluirá en todo el sistema de transportes público.

Contrariando la idea de evitar los bloqueos totales, Letonia se desmarca y vuelve a las viejas recetas. El país acaba de implantar el confinamiento estricto durante 4 semanas. Además, sumará un toque de queda nocturno desde las 20 a las 05 de la mañana, salvo para trabajadores esenciales.

Finalmente, la estrategia de Italia, país que por el momento no muestra un crecimiento fuerte de contagios, empieza a ver las consecuencias de la obligatoriedad del pase sanitario para todos los trabajadores. Desde que el pasaporte de salud se hizo obligatorio para ir a trabajar el 15 de octubre , el país ha registrado un fuerte aumento en el número de bajas por enfermedad.

Según cifras transmitidas por la seguridad social, el 15 de octubre se emitieron 94.113 bajas por parte de los médicos tratantes, frente a las 76.836 de la semana anterior (+ 28%). El lunes 18 de octubre se emitieron 192.174 bajas por enfermedad, frente a las 165.061 de la semana anterior (+16%).

La introducción del pase de salud obligatorio también ha llevado a un aumento significativo en el número de pruebas antigénicas rápidas, con más de 900.000 pruebas realizadas el lunes, alrededor de 600.000 el martes y 800.000 el miércoles, según el sitio web del gobierno.

Italia, al igual que los otros países europeos, espera con estas medidas, evitar introducir restricciones más severas, aunque la epidemia parece retomar fuerza con la llegada del frío.

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