La variante Delta del coronavirus, que fue detectada el 5 de octubre del año pasado en India y se propagó por los viajes de las personas a más de 180 países, tiene una descendiente que se ha detectado en casos confirmados de COVID-19 en Israel, Reino Unido, Estados Unidos y Dinamarca. Es un sublinaje que las autoridades sanitarias ya están monitoreando al aumentar la proporción de casos de COVID-19, aunque aclaran que la población no debe alarmarse.
La descendiente de Delta lleva el nombre técnico de “AY.4.2″. Algunos la llaman “Delta Plus”, y contiene mutaciones que podrían dar al virus ventajas de supervivencia. Por eso, se están realizando investigaciones para evaluar mejor cuáles son sus características. Pero los expertos del Reino Unidos afirman que es poco probable que el sublinaje produzca una ola explosiva de casos o que escape a las vacunas actuales. En el Reino Unido, el 68% de la población tiene las dos dosis de vacunas contra el COVID-19.
En el Reino Unido, la Agencia de Seguridad Sanitaria informó días atrás que en el 6% de los casos confirmados de COVID-19 se había detectado a la descendiente de Delta. En ese país, el martes pasado se notificaron 223 fallecimientos, la cifra más alta desde marzo. Por lo que el Servicio Nacional de Salud (NHS) instó a la administración del primer británico, Boris Johnson, a que vuelva a imponer la obligatoriedad de usar mascarillas y nuevas directrices para continuar con el teletrabajo.
En tanto, en Israel, según el Ministerio de Sanidad, se identificó un único caso con el sublinaje AY4.2 en un niño de 11 años, que había regresado recientemente de un viaje por Moldavia. El niño fue diagnosticado con el COVID-19 mientras estaba aislado, y hasta ahora no parece que otras personas se hayan infectado.
La investigación sobre el sublinaje está en curso, pero diferentes expertos han detallado qué se sabe sobre el sublinaje descendiente de Delta. El profesor Cyrille Cohen, jefe del laboratorio de inmunología de la Universidad de Bar-Ilan, señaló que el sublinaje AY4.2 es entre un 10% y un 15% más transmisible que su “abuelo” Delta. Por lo cual no es improbable que haya más casos en Israel y que simplemente no se hayan diagnosticado hasta el momento.
En Israel, el 63% de la población tiene el esquema completo de vacunación contra el COVID-19. El 43% tiene una dosis de refuerzo. De acuerdo con el doctor Cohen, ya se han detectado 56 “descendientes” de la variante de preocupación Delta. Esos sublinajes se están propagando a diferentes ritmos y compitiendo entre sí. “AY4.2 es un descendiente de AY4, un nieto de la variante Delta”, explicó Cohen para ilustrar la relación entre los sublinajes.
Además, el profesor François Balloux, catedrático de Biología de Sistemas Computacionales y director del Instituto de Genética de la UCL, dijo para el Science Media Centre que el sublinaje AY.4.2. lleva dos mutaciones características en la espiga del coronavirus, que se conocen comoY145H y A222V.
“La mayoría de las mutaciones del coronavirus han surgido independientemente muchas veces en variantes no relacionadas. Tanto las mutaciones Y145H como A222V de la espiga se han encontrado en otros linajes del coronavirus desde el comienzo de la pandemia, pero han permanecido en baja frecuencia hasta ahora. Las primeras variantes portadoras de ambas mutaciones se secuenciaron en abril de 2020″, expresó el experto. Ninguna de ellas se encuentra clasificada como variante de preocupación.
En el caso de la mutación la A222V, se la encontró en el linaje B.1.177. Fue el linaje gobal que circuló al principio de la pandemia en 2020 y se subdividió en más de 70 sublinajes. Según el doctor Balloux, ninguna de las mutaciones que tiene la descendiente de Delta es a priori un candidato obvio para aumentar la transmisibilidad viral, “pero hemos aprendido que las mutaciones pueden tener efectos diferentes, a veces inesperados, en diferentes variantes”.
El sublinaje AY.4.2 se está vigilando de cerca en el Reino Unido. Hasta ahora sólo se han detectado tres casos en Estados Unidos. En este último país, se registró una ola durante el verano boreal, pero ahora reporta cerca de 90.000 nuevas infecciones al día, una reducción de más del 40 por ciento desde agosto. Las hospitalizaciones y muertes también están disminuyendo.
En Dinamarca, el sublinaje de Delta alcanzó una frecuencia del 2%, pero ha descendido desde entonces. Además, “se están realizando trabajos funcionales para comprobar si puede ser menos reconocida por los anticuerpos”, precisó el investigador británico.
Si bien hubo un reciente aumento de casos de COVID-19 en el Reino Unido, según Balloux no se le puede atribuir la culpa a la descendiente de la variante Delta. “Como la AY.4.2 sigue teniendo una frecuencia bastante baja, un aumento del 10% en su transmisibilidad podría haber causado sólo un pequeño número de casos adicionales. Por lo tanto, no ha impulsado el reciente aumento del número de casos en el Reino Unido”, dijo.
Aclaró que si bien “la aparición de otra variante más transmisible no sería óptima”, la actual situación de la circulación del virus no es para entrar en pánico. “No es una situación comparable a la aparición de Alpha y Delta, que eran mucho más transmisibles (50% o más) que cualquier variante en circulación en ese momento. Aquí se trata de un pequeño aumento potencial de la transmisibilidad que no tendría un impacto comparable en la pandemia”, sostuvo.
Hasta ahora, la Organización Mundial de la Salud (OMS) no ha clasificado a la descendiente de Delta como variante de interés o de preocupación. “Es bueno que estemos al tanto -consideró el profesor Balloux-. Es excelente que tengamos las instalaciones y la infraestructura para ver cualquier cosa que pueda ser un poco sospechosa. En este momento yo diría que hay que esperar y ver, que no cunda el pánico. Puede que sea algo, sutilmente más transmisible, pero no es algo absolutamente desastroso como vimos anteriormente”.
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