Si bien la prueba que durante la pandemia por COVID-19 se estableció como el “estándar de oro” para detectar el virus del SARS-CoV-2 es el test de PCR, éste detecta material genético viral pero no puede distinguir si una muestra es infecciosa o determinar si una persona es contagiosa.
Saber con precisión si una persona es contagiosa, según los investigadores, puede hacer que sea más difícil rastrear y contener los brotes virales. Es lo que descubrieron expertos recientemente: un novedoso sensor de ADN, que puede detectar a los virus y saber si son infecciosos o no en cuestión de minutos.
Utilizando tecnología del ADN y que no requiere la necesidad de pretratar las muestras, el sensor desarrollado fue probado por el momento con el adenovirus humano, el virus que provoca la gripe, y el coronavirus.
En la actualidad existen pruebas que detectan virus infecciosos, llamadas ensayos de placa, pero requieren una preparación especial y días de incubación en cultivo para obtener resultados. Los investigadores informaron que el nuevo método de detección puede producir resultados entre 30 minutos y dos horas y dado que no requiere un tratamiento previo de la muestra, se puede utilizar en virus que no se pueden cultivar en laboratorio.
La científica argentina Ana Peinetti, investigadora del Instituto de Química Física de los Materiales, Medio Ambiente y Energía (INQUIMAE CONICET-UBA), explicó que “el estatus de infectividad es una información muy importante, que puede decir si los pacientes son contagiosos o si los métodos de desinfección ambiental funcionan”.
“Desarrollamos estas moléculas de ADN altamente específicas, llamadas aptámeros, que no sólo reconocen a los virus, sino que también pueden diferenciar el estatus de infectividad del virus”, agregó la experta.
El investigador Yi Lu es profesor emérito de química de la Universidad de Illinois Urbana-Champaign (UIUC) y detalló cómo las medidas actuales del ARN viral quizá no sean un indicador preciso de la contagiosidad.
“Se ha mostrado con el SARS-CoV-2, el virus que provoca el COVID-19, que el nivel de ARN viral tiene una correlación mínima con la infectividad del virus. En la etapa temprana en que una persona está infectada, el ARN viral es bajo y difícil de detectar, pero la persona es altamente contagiosa”, aseguró el experto, quien amplió: “Cuando una persona se recupera y no es infecciosa, el nivel de ARN viral puede ser muy alto. Las pruebas de antígenos siguen un patrón similar, aunque incluso más tarde que el ARN viral. Por tanto, las pruebas de ARN viral y de antígenos son malas para informar si un virus es o no infeccioso”.
El investigador Benito Marinas, profesor de ingeniería civil y ambiental de la UIUC, agregó que eligieron el adenovirus humano para demostrar la efectividad de su sensor “porque es un patógeno viral transmitido por el agua emergente preocupante en los Estados Unidos y todo el mundo”.
Para él, “la capacidad de detectar adenovirus infeccioso en la presencia de virus que los desinfectantes del agua han convertido en no infecciosos, y otras sustancias de fondo que potencialmente interfieren en las aguas residuales y las aguas naturales contaminadas, provee un método novedoso y sin precedentes”. “Creemos que esta tecnología tiene el potencial de proveer una protección más robusta para la salud ambiental y pública”, añadió Marinas.
Según los investigadores, la técnica de detección se podría aplicar a otros virus al modificar el ADN para abordar distintos patógenos.
Con la capacidad de distinguir entre los virus no infecciosos y los infecciosos, los investigadores esperan que el sensor pueda ayudar a comprender los mecanismos de la infección, para así detectar a tiempo posibles brotes y contener cada vez más la propagación del nuevo coronavirus.
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