Tan pronto como las autoridades sanitarias dejaron en claro que el mundo necesitaría una dosis de refuerzo de la vacuna COVID-19, necesitaron saber si las personas podían mezclar dosis de vacunas fabricadas por diferentes compañías.
En el primer estudio que proporciona resultados sobre tal dosificación cruzada, los investigadores sostienen que es seguro para las personas que recibieron una de las tres vacunas disponibles en los Estados Unidos recibir una dosis de refuerzo de otra, y que encontraron evidencia preliminar de que ciertas combinaciones podrían generar respuestas inmunes más fuertes que otras.
El estudio -que aún no fue revisado por pares- se realizó esta misma semana en donde la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, según sus siglas en inglés) y expertos de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) emitieron las autorizaciones de uso de emergencia para el refuerzo de Pfizer-BioNTech, Moderna y Johnson & Johnson habiendo revisado y considerado datos sobre la seguridad y eficacia de estas tres vacunas.
Para el estudio de combinación, los investigadores estudiaron a 458 personas que originalmente fueron inmunizadas con las vacunas Pfizer-BioNTech, Moderna o Johnson & Johnson/Janssen y luego fueron asignadas al azar para recibir una dosis de refuerzo de una de las tres, aproximadamente cuatro a seis meses después.
La investigación no se diseñó para comparar directamente las respuestas inmunitarias de un refuerzo con otro, sino para dar a los investigadores una idea amplia de si, en general, las respuestas de anticuerpos producidas fueron similares en los tres refuerzos.
Por ejemplo, para ver si las personas que inicialmente recibieron la vacuna de Pfizer-BioNTech produjeron respuestas inmunes similares después de recibir una dosis adicional de una inyección de Pfizer-BioNTech, Moderna o J&J.
“Estos datos sugieren que al aprobarse o autorizarse una vacuna como refuerzo, se generará una respuesta inmune independiente del régimen de vacunación primaria contra el COVID-19″, explicaron los investigadores.
En general, las personas que recibieron un refuerzo de una vacuna que era diferente de la que recibieron originalmente vieron aumentados sus anticuerpos similares o más altos que en aquellos que habían recibido otra dosis de la misma vacuna de su jab inicial.
Sin embargo, hubo pequeñas diferencias. Las personas que recibieron la vacuna J&J experimentaron saltos más altos en los niveles de anticuerpos neutralizantes después de recibir una dosis de refuerzo de las vacunas Pfizer-BioNTech o Moderna, en comparación con otra dosis de la vacuna J&J. No está claro por qué, pero podría estar relacionado con el hecho de que la vacuna de J&J se basa en una tecnología diferente (vectores virales, adenovirus 26) a las fabricadas por Pfizer-BioNTech y Moderna (plataforma ARNmensajero).
La inyección de J&J usa un vector de adenovirus para entregar genes virales al sistema inmunológico, que luego los reconoce como extraños y monta un ataque, mientras que las vacunas de Pfizer-BioNTech y Moderna utilizan una nueva tecnología para administrar la forma de ARNm del material genético del SARS-CoV-2 directamente.
Y existe alguna evidencia preliminar de que las diferentes tecnologías pueden provocar diferentes tipos de inmunidad; algunos datos preliminares sugieren, por ejemplo, que la vacuna de J&J puede ser más efectiva para impulsar rápidamente las respuestas basadas en células T que podrían ser más duraderas y capaz de reconocer nuevas variantes que el movimiento de respuestas fuertemente basadas en anticuerpos que Moderna y Pfizer-BioNTech generan inicialmente.
Los hallazgos son alentadores porque sugieren que es seguro para los proveedores combinar dosis cuando se trata de refuerzos.
Los expertos en salud pública -especialmente los más importantes referentes científicos de los Estados Unidos- han abogado para que todas las personas que hayan sido inmunizadas contra el COVID-19, reciban una vacuna de refuerzo para combatir la disminución de la protección de las vacunas frente a la variante Delta de propagación más rápida, y la capacidad de obtener cualquiera de las tres vacunas garantizará que más personas recibirán la inyección adicional.
Aun así, los resultados del ensayo en curso aún no han sido revisados por pares ni publicados en una revista médica. Se espera que se revelen más detalles sobre el estudio esta tarde en una reunión del panel asesor de la FDA, donde los investigadores que llevan a cabo el ensayo realizarán una presentación sobre sus hallazgos iniciales.
Combinar refuerzos se ha convertido en un tema cada vez más importante. Muchos países fuera de EEUU han empleado el método en un intento de maximizar la efectividad de la vacuna o evitar efectos secundarios inusuales asociados a algunas vacunas.
En EEUU, algunas personas que recibieron la vacuna de J&J -con aplicación de una sola dosis- pueden estar interesadas en recibir una vacuna de ARN mensajero como refuerzo. Además, combinar podría facilitar la implementación de refuerzos de manera más amplia, ya que las personas que reciben refuerzos podrían recibir cualquier vacuna contra el COVID-19 disponible en su farmacia y no tendrían que buscar la vacuna específica que habían recibido anteriormente.
Fuera del país norteamericano, la preocupación por casos aislados de coágulos de sangre asociados con la vacuna de AstraZeneca llevó a muchos países de Europa a suspender el uso de la vacuna y, en su lugar, administrar una segunda dosis diferente. En el Reino Unido, las autoridades sanitarias implementaron un programa de refuerzo para una dosis adicional de la vacuna Pfizer-Biontech como la opción preferida, y también ofrecieron media dosis de la vacuna Moderna como alternativa.
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