A casi dos años del nacimiento del virus SARS-CoV-2 el test de antígenos, una de las formas de testeo del coronavirus, sigue teniendo vigencia. Ahora se sabe que las pruebas rápidas de antígenos que se hacen en casa son más precisas de lo pensado y son buenas para detectar personas que pueden transmitir la COVID-19 con facilidad, según expertos del University College London (UCL, en inglés).
En opinión de los investigadores, las personas que den positivo al hacerse el test de antígenos (LFT, en inglés) deben “tener confianza” en ese resultado y “quedarse en casa”. Tras el estallido de la pandemia a principios de 2020, estas pruebas no eran bien vistas por considerarse que no aportaban resultados precisos en comparación con los PCR, mucho más costosos, que se hacen en los laboratorios.
Las autoridades sanitarias británicas recomiendan hacerse una prueba PCR después de dar positivo en un test de LFT en casa a fin de confirmar si tienen COVID-19. La investigación, hecha pública hoy, ha estado a cargo de Irene Petersen, de la citada universidad londinense.
Según ese estudio, la prueba rápida de antígenos es un 80 % efectiva a la hora de detectar una infección de covid-19 y también detecta en más de un 90 % qué persona es más infecciosa.
Los expertos consideran que el test es “un instrumento de sanidad pública muy útil” para frenar la propagación de la enfermedad. Estas pruebas son ampliamente usadas en casa, en los lugares de trabajo y las escuelas británicas.
Los investigadores Universidad de Liverpool, la Universidad de Harvard y la Universidad de Bath destacan que las LFT funcionan de una manera muy diferente a las pruebas de reacción en cadena de la polimerasa (PCR) y no pueden compararse “como por ejemplo”.
Las LFT detectan material de las proteínas de la superficie del virus y es muy probable que den un resultado positivo cuando alguien es infeccioso, mientras que las pruebas de PCR detectan el material genético del virus, que puede estar presente durante semanas después de que una persona ya no sea infecciosa.
El profesor Michael Mina de la Escuela de Salud Pública de Harvard indicó: “Existe un espectro de cantidades infecciosas del virus Covid-19 y mostramos que es probable que las LFT detecten casos entre el 90 y el 95% de las veces cuando las personas están en su punto más infeccioso. Las pruebas podrían alcanzar una sensibilidad del 100% cuando las cargas virales están en su punto máximo y, por lo tanto, detectarán a casi todas las personas que actualmente presentan un riesgo grave para la salud pública. Lo más probable es que si el LFT de alguien es negativo pero su PCR es positivo, esto se deba a que no se encuentra en la etapa máxima de transmisión”.
La Dra. Sophia Makki, directora de incidentes de COVID-19 en la Agencia de Seguridad Sanitaria del Reino Unido, declaró que “aproximadamente una de cada tres personas que tienen Covid-19 nunca muestran ningún síntoma. El uso de LFD (dispositivos de flujo lateral) ayuda a encontrar casos asintomáticos que tienen una carga viral alta y es más probable que transmitan el virus a otras personas”.
El test por dentro
Ahora ¿de qué se trata este tipo de test? Es una tecnología de flujo lateral a partir de una prueba sencilla de hisopado nasofaríngeo, realizada por un profesional de la salud con un hisopo estéril, la cual ofrece resultados en aproximadamente 15 minutos. “La prueba no requiere ningún instrumental ni equipo adicional, lo que la hace altamente portátil y se puede usar en una amplia variedad de entornos de atención médica en los denominados puntos de atención y detección”, explicó a Infobae el médico infectólogo Eduardo López (MN 37586) jefe del Departamento de Medicina del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez.
Esta prueba permite grandes beneficios a los servicios de urgencias, lo que permitiría identificar rápidamente los brotes y contener la expansión de los contagios. El test rápido de antígeno detecta la proteína nucleocápside del virus. Dicha proteína se encuentra en la superficie de la estructura del virus, por lo que se halla la presencia del virus mucho más rápido. De allí, reside su resultado en pocos minutos. En contraste, la prueba PCR busca la presencia de material genético del virus. No obstante, “el test rápido no sustituye a la PCR, pero es una muy buena alternativa frente a la necesidad de un diagnóstico rápido o cuando los diagnóstico de PCR no están disponibles”, aclara López. Y agrega: “El Ministerio de Salud reconoce estos métodos con criterio diagnóstico por su alta especificidad cuando son positivos”.
Al precisar un menor tiempo de respuesta, el test rápido resulta útil en los servicios de urgencias. Esto permite tomar decisiones inmediatas sobre tratamiento y medidas de aislamiento del paciente y sus contactos directos, evitando mayores riesgos de contagio. “Al proporcionar resultados rápidamente, la nueva prueba permite a los trabajadores de salud de primera línea manejar mejor los casos al aislar a los pacientes para evitar una mayor propagación y comenzar el tratamiento de inmediato. Si se distribuye ampliamente, esta nueva prueba transformará nuestra respuesta a la COVID”, afirmó la directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Carissa F. Etienne, en un comunicado de la institución.
“Existen diferentes pruebas para detectar infección pasada o presente (activa) por SARS-CoV-2 con distinto nivel de eficiencia, algunas detectan partes del virus (antígeno, genoma) y otras la respuesta del sistema inmune (anticuerpos específicos). Pero no sólo hay que considerar el tipo de test, su calidad, sino también un punto importante, es tener en cuenta el tiempo de estadio de la infección”, analizó a Infobae Mirna Biglione, investigadora en el Instituto de Investigaciones Biomédicas en Retrovirus y SIDA, que depende la Universidad de Buenos Aires y el CONICET, y miembro de la Asociación Argentina de Alergia e Inmunología Clínica.
Y siguió: “Algunas pruebas serán más específicas al inicio de la misma y otras con el transcurrir de los días. La prueba “gold” estándar es la RT-PCR en tiempo real (detecta ARN del virus), la misma es costosa, requiere de mayor tiempo de procesamiento y complejidad de tecnología. También existe el test de antígeno (detecta cualitativamente proteína viral), más sencillo y económico (algunos de uso en domicilio). Este test es útil para tener un resultado rápido (como screening) en pacientes con síntomas entre 5-7 días desde el inicio del cuadro clínico. Un resultado positivo nos permite indicar al paciente su aislamiento para evitar nuevos contagios. Estas pruebas se complementan, un test de antígeno positivo requiere de una confirmación con métodos moleculares de mayor sensibilidad (RT-PCR), pero éstos son imprescindibles desde el punto de vista de vigilancia epidemiológica cuando necesitamos realizar testeos masivos”.
Biglione hizo hincapié en que “un resultado negativo en la detección del antígeno no descarta la infección por lo cual ante sospecha de contagio (síntomas o contacto estrecho) es importante tomar las medidas apropiadas. De todos modos, desde el inicio de la pandemia, el avance tecnológico y el conocimiento sobre el virus han permitido el desarrollo de nuevos tests cada vez más precisos y simples”.
El infectólogo Ricardo Teijeiro, sostuvo por su parte a Infobae: “Desde el principio de la pandemia hubo distintas calidades de pruebas de antígenos. A dos años podemos decir que las pruebas de antígenos actuales que son de laboratorios reconocidos son altamente efectivas y eso comparado con test hechos con PCR. Por eso han demostrado ser muy efectivos”.
Lautaro de Veddia, ex presidente de la Sociedad Argentina de Infectología, agregó a este medio: “Son muy confiables, particularmente cuando el test es positivo. Cuando es negativo puede plantear alguna duda, pero cuando es positivo son muy específicos y confiables”.
Según detalló López la información científica y los estudios clínicos indican que las pruebas con test de antígenos tienen una sensibilidad superior al 90 % y una especificidad del 99,4 % en personas que se sospechaba estaban expuestas al COVID-19 o que tenían síntomas en los últimos siete días.
Según señala la OPS “las pruebas rápidas de antígenos son mucho más precisas y determinan si alguien está infectado en la actualidad, una gran diferencia con las anteriores pruebas rápidas de anticuerpos, que pueden mostrar cuándo alguien ha tenido COVID-19, pero a menudo dan un resultado negativo durante las primeras etapas de la infección”.
En la Argentina los test rápidos por antígenos han sido aprobados por el ANMAT y cumplen con los estándares de calidad bajo normas ISO, IRAM y de la FDA.
De esta forma, la herramienta posibilitaría reorientar los recursos sanitarios hacia las áreas más requeridas a fin de ganar en eficiencia frente a la multiplicidad de diagnósticos y tratamientos que deben mantenerse vigentes en el marco de la pandemia. Ganar tiempo en la obtención de los resultados de las pruebas es fundamental para evaluar con mayor precisión la cantidad de casos que van surgiendo en tiempo real, agilizando la implementación de políticas sanitarias adecuadas, y en particular, para establecer eventuales medidas preventivas adicionales y cercos epidemiológicos.
Sin embargo, este test no reemplaza a las pruebas PCR para detectar el coronavirus. Arnaldo Medina, Secretario de Calidad en Salud en diálogo con Infobae expresó: “La PCR real time es el test con mayor sensibilidad y mayor capacidad para detectar al virus. En general estos test, como los PCR o los isotérmicos, que se han descubierto en nuestro país, son test que buscan el ADN, es decir, que utilizan el genoma del virus para detectarlo. En este caso, estos test lo que identifican son las proteínas de superficie del virus, el antígeno, que esa proteína es la que después genera los anticuerpos”.
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