La OMS advirtió que subieron las muertes por tuberculosis por primera vez en 15 años

Es por efecto de la pandemia de COVID-19, según un informe de la Organización Mundial de la Salud. Ocurrió por los confinamientos masivos, el temor a contagiarse y por los hospitales desbordados por pacientes con coronavirus

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Aumentó la mortalidad por tuberculosis por los problemas para recibir diagnóstico y tratamiento generados por la pandemia del COVID-19 (Europa Press)
Aumentó la mortalidad por tuberculosis por los problemas para recibir diagnóstico y tratamiento generados por la pandemia del COVID-19 (Europa Press)

La pandemia por el coronavirus provocó un retroceso en el progreso que la humanidad había alcanzado en la lucha contra la tuberculosis, la enfermedad causada por una bacteria que afecta principalmente los pulmones. Por primera vez en 15 años, las muertes por tuberculosis aumentaron, según el informe mundial sobre la tuberculosis 2021 de la Organización Mundial de la Salud al que tuvo acceso Infobae.

Durante el primer año de la pandemia, desde enero del año pasado, más personas murieron por tuberculosis. Hubo muchas menos personas diagnosticadas y tratadas o con tratamiento preventivo de la tuberculosis en comparación con 2019, y el gasto general en servicios esenciales de tuberculosis disminuyó.

El impacto de la pandemia sobre la situación de la tuberculosis fue dramático: 1,5 millón de personas murieron por tuberculosis en el año 2020. Las muertes por tuberculosis registraban un descenso a nivel global desde 2005. El aumento del número de muertes por tuberculosis se produjo principalmente en los 30 países con mayor carga de personas con la infección. Las proyecciones de modelos de la OMS sugieren que el número de personas que desarrollan tuberculosis y mueren por la enfermedad podría ser mucho mayor en 2021 y 2022.

A nivel mundial, el número de personas que enferman de tuberculosis cada año (en relación con la población) se había reducido un 11% entre 2015 y 2020, un poco más de la mitad del camino hacia la meta del 20% que se había consensuado para 2020. Sin embargo, la región europea de la OMS superó el hito de 2020, con una reducción del 25%. Esto fue impulsado principalmente por la disminución en la Federación de Rusia, donde la incidencia se redujo en un 6% por año entre 2010 y 2020. La Región de África de la OMS estuvo a punto de alcanzar el hito, con una reducción del 19%, que refleja las impresionantes reducciones del 4-10% al año en Sudáfrica y varios otros países de África meridional, tras un pico de la epidemia de VIH y la expansión de la prevención y la atención de la tuberculosis y el VIH.

Una de las barreras en 2020 fue que los hospitales estuvieron desbordados por la atención con pacientes con el coronavirus y se descuidó a los pacientes con tuberculosis (Europa Press)
Una de las barreras en 2020 fue que los hospitales estuvieron desbordados por la atención con pacientes con el coronavirus y se descuidó a los pacientes con tuberculosis (Europa Press)

La tuberculosis es hoy la segunda causa de muerte por enfermedad infecciosa (después del COVID- 19). Es causada por una bacteria, la Mycobacterium tuberculosis, que suele afectar a los pulmones. Puede propagarse cuando las personas enfermas de tuberculosis expulsan las bacterias al aire, por ejemplo, al toser. Esos microbios pueden quedar suspendidos en el aire en espacios cerrados sin ventilación.

Aproximadamente, el 90% de las personas que enferman de tuberculosis cada año viven en 30 países. La mayoría de las personas que desarrollan la enfermedad son adultos. En 2020, los hombres representaban el 56% de todos los casos de TB, las mujeres adultas el 33% y los niños el 11%. Muchos de los nuevos casos de tuberculosis son atribuibles a cinco factores de riesgo: desnutrición, infección por el VIH, trastornos por consumo de alcohol, tabaquismo y diabetes.

Consultado por Infobae, el doctor Domingo Palmero, director del Instituto de Tisioneumonología “Prof. Dr. Raúl Vaccarezza”, que depende de la Facultad de Medicina de la UBA y uno de los centros de referencia de la tuberculosis en Argentina, comentó “lamentablemente la advertencia que se venía haciendo en la comunidad médica se ha cumplido. Por los confinamientos en las casas, por el temor a consultar en los hospitales y contagiarse el coronavirus, o porque los servicios hospitalarios estaban desbordados, muchas personas con síntomas de tuberculosis no consultaron a tiempo tanto en la Argentina como en otros países. El informe de OMS confirma la tendencia que era esperable en el marco de los problemas en los sistemas de salud por la pandemia”.

De acuerdo con el reporte de la agencia sanitaria de Naciones Unidas, el primer problema fue la interrupción del acceso a los servicios de TB y la reducción de los recursos. En muchos países, los recursos humanos, financieros y de otro tipo se han reasignado de la lucha contra la tuberculosis a la respuesta a la COVID-19. Esto limitó la disponibilidad de los servicios esenciales.

El segundo factor fue que las personas han tenido dificultades para buscar atención en el contexto de los confinamientos masivos que se establecieron por la pandemia. “Este informe confirma nuestros temores de que la interrupción de los servicios sanitarios esenciales debido a la pandemia podría empezar a desbaratar años de progreso contra la tuberculosis”, sostuvo el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS.

La ventilación de los espacios cerrados reduce el riesgo de transmisión del bacilo de la tuberculosis como del coronavirus (Getty)
La ventilación de los espacios cerrados reduce el riesgo de transmisión del bacilo de la tuberculosis como del coronavirus (Getty)

“Se trata de una noticia alarmante que debe servir de llamada de atención mundial sobre la necesidad urgente de inversiones e innovación para colmar las lagunas en el diagnóstico, el tratamiento y la atención de los millones de personas afectadas por esta enfermedad antigua pero prevenible y tratable”, añadió el director de OMS.

Las dificultades para dar y acceder a los servicios esenciales de tuberculosis han hecho que muchas personas con tuberculosis no hayan sido diagnosticadas en 2020. El número de personas recién diagnosticadas de tuberculosis y las notificadas a los gobiernos nacionales se redujo de 7,1 millones en 2019 a 5,8 millones en 2020.

La OMS estima que unos 4,1 millones de personas padecen actualmente tuberculosis pero no han sido diagnosticadas con la enfermedad o no han informado oficialmente a las autoridades nacionales. Esta cifra es superior a los 2,9 millones de 2019.

Los países que más contribuyeron a la reducción mundial de las notificaciones de tuberculosis entre 2019 y 2020 fueron India (41%), Indonesia (14%), Filipinas (12%) y China (8%). Estos y otros 12 países representaron el 93% del descenso total de las notificaciones a nivel mundial.

También se redujo el suministro de tratamiento preventivo de la tuberculosis. Unos 2,8 millones de personas accedieron a este en 2020, una reducción del 21% desde 2019. Además, el número de personas tratadas por tuberculosis resistente a los medicamentos se redujo en un 15%, de 177.000 en 2019 a 150.000 en 2020, lo que equivale a solo alrededor de 1 de cada 3 de los que lo necesitan.

“Los síntomas más comunes de la tuberculosis son tos crónica, catarro, y pérdida de peso. Las personas deben hacer la consulta médica, y se indica estudios para hacer el diagnóstico. Hoy el tratamiento se hace con antibióticos durante 6 meses y más del 90% de los pacientes pueden curarse. Es decir, se trata de una infección que es altamente curable si se diagnostica a tiempo”, señaló el doctor Palmero, quien es profesor titular de neumonología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires. “En la Argentina, los casos de tuberculosis habían estado aumentando antes de la pandemia. Por lo cual, podría haber subido la mortalidad también aunque aún no están las estadísticas publicadas”, agregó.

En los hospitales, el personal de la salud tiene que usar barbijos N95 para evitar el contagio de la tuberculosis. La bacteria es exhalada al respirar por los pacientes (Europa Press)
En los hospitales, el personal de la salud tiene que usar barbijos N95 para evitar el contagio de la tuberculosis. La bacteria es exhalada al respirar por los pacientes (Europa Press)

En el reporte de OMS, se pone en evidencia que se necesita mayor solidaridad de parte de los países de altos ingresos con el resto del mundo para controlar la tuberculosis. La financiación en los países de ingresos bajos y medios (PIM), que representan el 98% de los casos de tuberculosis notificados, sigue siendo un reto. Del total de la financiación disponible en 2020, el 81% procedía de fuentes nacionales, y los países BRICS (Brasil, Federación Rusa, India, China y Sudáfrica) representaban el 65% del total de la financiación nacional.

El mayor donante bilateral es el Gobierno de los Estados Unidos de América. El mayor donante internacional es el Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria. El informe señala un descenso del gasto mundial en servicios de diagnóstico, tratamiento y prevención de la tuberculosis, que ha pasado de 5.800 millones de dólares a 5.300 millones, lo que supone menos de la mitad del objetivo mundial de financiación completa de la respuesta a la tuberculosis, que es de 13.000 millones de dólares anuales para 2022.

El aumento de la mortalidad por tuberculosis resulta ser paradójico en este momento. Porque hubo avances en el desarrollo de nuevos diagnósticos, medicamentos y vacunas contra la tuberculosis en el mundo. Pero los aportes de esos avances se ven limitado por el nivel general de inversión en investigación y desarrollo, que con 900 millones de dólares en 2019 está muy lejos del objetivo global de 2000 millones de dólares anuales, según OMS.

A nivel mundial, se necesita más inversión para que las pruebas de diagnóstico y los tratamientos sean accesibles para los pacientes de todos los países/SALUD
CSIC
A nivel mundial, se necesita más inversión para que las pruebas de diagnóstico y los tratamientos sean accesibles para los pacientes de todos los países/SALUD CSIC

“Solo nos queda un año para alcanzar los objetivos históricos de 2022 en materia de tuberculosis comprometidos por los Jefes de Estado en la primera Reunión de Alto Nivel de las Naciones Unidas sobre la tuberculosis. El informe proporciona información importante y un fuerte recordatorio a los países para que aceleren urgentemente sus respuestas a la tuberculosis y salven vidas”, dijo la doctora Tereza Kasaeva, Directora del Programa Mundial de la OMS contra la Tuberculosis. “Esto será crucial cuando se inicien los preparativos para la 2ª Reunión de Alto Nivel de la ONU sobre la TB, prevista para 2023″.

El informe pide a los países que pongan en marcha medidas urgentes para restablecer el acceso a los servicios esenciales contra la tuberculosis. Además, pide que se dupliquen las inversiones en investigación e innovación sobre la tuberculosis, así como una acción concertada entre el sector sanitario y otros para abordar los determinantes sociales, medioambientales y económicos de la tuberculosis y sus consecuencias.

En la Declaración Política de la ONU sobre la Tuberculosis se habían incluido estos objetivos para el período 2018-2022: tratar a 40 millones de personas de la enfermedad de la tuberculosis, llegar a por lo menos 30 millones de personas con tratamiento preventivo para una infección de tuberculosis latente, movilizar al menos 13.000 millones de dólares anuales para el acceso universal al diagnóstico, tratamiento y atención de la tuberculosis, y movilizar al menos 2.000 millones de dólares anuales para la investigación de la tuberculosis.

En la Declaración Política de la ONU sobre la Tuberculosis, se fijó la meta para el período 2018-2022 de tratar a 40 millones de personas de la enfermedad de la tuberculosis/Archivo
En la Declaración Política de la ONU sobre la Tuberculosis, se fijó la meta para el período 2018-2022 de tratar a 40 millones de personas de la enfermedad de la tuberculosis/Archivo

En la Argentina, durante el 2019, se notificaron 12.499 casos de tuberculosis, de los cuales 11.666 fueron nuevos, recaídas o sin información. El 17 % de los casos corresponde a niños, niñas y adolescentes y el 78% de los casos se diagnostican en la población en edad productiva (20 a 44 años), según el Ministerio de Salud de la Nación. Aún no se difundió la tasa de mortalidad por tuberculosis durante la pandemia.

La tasa nacional se ubica en 27,81 por cada 100 mil habitantes con marcadas diferencias entre las jurisdicciones, aunque en 2019 todas presentaron casos de tuberculosis. La provincia de Buenos Aires y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires registraron el mayor número de casos ya que concentran el 61,09% de los casos notificados del país. Sin embargo la tasa de notificación más alta la tuvo la provincia de Salta con un valor de 62,56 casos por 100 mil habitantes y la más baja correspondió a San Luis con una tasa de 5,18.

“La disrupción en la atención a los pacientes con tuberculosis se produjo en parte por las restricciones”, señaló el ex presidente de la Sociedad Argentina de Infectología, Lautaro de Vedia. “También hubo demoras en la atención y el acceso al tratamiento de otros pacientes con enfermedades crónicas, como cánceres y VIH”.

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