Sólo la mitad de los niños de 0 a 11 años que contraen COVID-19 muestran síntomas, según un estudio

Una investigación de los CDC y dos universidades de EEUU determinó que el 50% de los chicos de esa franja etaria tuvieron síntomas. En cambio el 88% de los adultos los presentaron. Los detalles del estudio

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Sólo la mitad de los niños que contrajeron el virus tenían un caso sintomático, en comparación con el 88% de los adultos
Sólo la mitad de los niños que contrajeron el virus tenían un caso sintomático, en comparación con el 88% de los adultos

Investigadores de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, la Universidad de Utah en Salt Lake City y la Universidad de Columbia en la ciudad de Nueva York, EEUU, determinaron que los niños tienen la misma probabilidad de contraer COVID-19 que los adultos, pero es mucho más probable que los casos en menores de edad sean asintomáticos. Para llegar a esa conclusión los especialistas recopilaron datos de hogares de Utah y Nueva York.

De esta forma, vieron que la edad tiene poco efecto en las probabilidades de que una persona contraiga el virus. Sin embargo, confirmaron que las personas más jóvenes eran significativamente menos propensas a sufrir síntomas graves por el virus, pero lo más destacado fue que sólo la mitad de los niños que contrajeron el virus tenían un caso sintomático, en comparación con el 88% de los adultos.

Los hallazgos del estudio se suman al creciente cuerpo de evidencia de que los niños y adolescentes generalmente están más seguros ante el virus que los mayores y tienen un bajo riesgo de complicaciones graves o la muerte.

Los investigadores publicaron sus hallazgos en JAMA Pediatrics. El estudio abarcó a 1.236 personas de 310 hogares y consistió en pedirle a los participantes que recolectaran regularmente hisopos nasales para analizar el virus, entre septiembre de 2020 y abril de 2021. También completaron encuestas informando posibles síntomas de COVID-19 que fueran experimentando.

En general, de los participantes en Nueva York, hubo 7,7 casos positivos por cada 1.000 personas, el doble de la tasa de 3,8 casos por cada 1.000 que se presentó en Utah. La ciudad de Nueva York, en general, ha demostrado ser uno de los puntos calientes de COVID-19 de EEUU debido a su densidad poblacional. Los investigadores combinaron datos de ambas ciudades y dividieron a los participantes en cohortes de edad.

En el caso de los niños de 0 a 4 años, 6,3 de cada 1.000 contrajeron el virus durante el período de estudio. Además, 4.4 de cada 1.000 niños de 5 a 11 años y 6 de cada 1.000 niños de 12 a 17 dieron positivo por COVID-19.

La mitad de los niños de los dos grupos de edad más jóvenes, los de 0 a 4 y de 5 a 11 años, fueron asintomáticos al contraer el virus (Getty Images)
La mitad de los niños de los dos grupos de edad más jóvenes, los de 0 a 4 y de 5 a 11 años, fueron asintomáticos al contraer el virus (Getty Images)

Los adultos incluidos en el estudio tenían tasas de COVID-19 similares, con 5,1 de cada 1.000 contrajeron el virus. Si bien las tasas de infección fueron similares, los niños que se infectaron estaban mucho mejor de salud que los mayores.

La mitad de los niños de los dos grupos de edad más jóvenes, los de 0 a 4 y de 5 a 11 años, fueron asintomáticos al contraer el virus.

Incluso los niños un poco mayores en el estudio, los de 12 a 17 años, tenían altas tasas de casos asintomáticos, y el 45% de los infectados no presentaban ningún síntoma.

Sin embargo, los números fueron drásticamente diferentes para los adultos del estudio. Solo el 12% de los adultos en el estudio tenían casos asintomáticos porque el virus es mucho más difícil de tratar para las personas mayores.

“Una fracción mayor de las infecciones por SARS-CoV-2 en niños eran asintomáticas y probablemente no hubieran sido detectadas sin las pruebas del estudio, lo que respalda la hipótesis de que las infecciones (de COVID-19) entre los niños no se han determinado sustancialmente durante la pandemia de COVID-19″, escribieron los investigadores en Jama.

Las razones por las cuales los niños tienen menos riesgo de padecer un cuadro grave fue explicada por varios estudios. Uno de ellos publicado en la revista JCI Insight fue liderado por la científica del Colegio de Medicina Albert Einstein, en Nueva York, Betsy Herold. Descubrió que los niños tienen una inmunidad de las mucosas especialmente fuertes. Señalaron que los chicos tienen membranas en las mucosas que actúan como los “muros de piedra” en capas que protegían las ciudades medievales de los invasores. Están formadas por células epiteliales -que también recubren muchos órganos internos- que conviven con las células dendríticas y los macrófagos del sistema inmune, según explicó la doctora Herold.

Descubrieron que las vías respiratorias superiores de los niños están “preactivadas” para combatir el coronavirus (EFE/Etienne Laurent)
Descubrieron que las vías respiratorias superiores de los niños están “preactivadas” para combatir el coronavirus (EFE/Etienne Laurent)

Las células epiteliales estén cubiertas de proteínas actúan como centinelas. Cuando detectan algo extraño, como un nuevo virus, alertan a las células para que empiecen a liberar unas proteínas llamadas “interferones”, que ayudan a coordinar la respuesta inmune del organismo.

En tanto, otro hallazgo sobre el COVID-19 en los niños fue publicado recientemente en la revista Nature Biotechnology por el científico Roland Eils y sus colegas del Centro de Salud Digital, que depende del Instituto de Salud de Berlín, en Alemania. Descubrieron que las vías respiratorias superiores de los niños están “preactivadas” para combatir el coronavirus. Sus vías respiratorias están repletas de las células centinelas, entre los que se encuentran algunos que son excelentes para reconocer el coronavirus.

Esa presencia permite que los niños activen inmediatamente su sistema inmunitario innato, liberando interferones que ayudan a frenar al virus antes de que pueda establecerse, dijo Eils. En cambios, los adultos tienen muchos menos centinelas en la vigilancia y tardan unos dos días en responder al virus. Para cuando esas células se activan en adultos, el virus puede haberse multiplicado exponencialmente, y el control se hace mucho más difícil.

Cuando la inmunidad innata no logra controlar un virus, el cuerpo puede recurrir al sistema inmunitario adaptativo, una segunda línea de defensa que se adapta a cada amenaza única. El sistema adaptativo crea anticuerpos, por ejemplo, adaptados a cada virus o bacteria que el cuerpo encuentra.

Pero con la llegada masiva de la variante Delta el número de casos de chicos enfermos e incluso internados en EEUU comenzó a aumentar. Nuevos estudios indicaron que una de las razones que podría influir en el desarrollo de los cuadros graves en la infancia están relacionadas con las enfermedades o síndromes que los niños ya tienen antes de la infección por el coronavirus. Se encontró entre el 30% y el 70% de los niños hospitalizados con COVID-19 en los Estados Unidos tenían afecciones subyacentes que aumentan su riesgo, como el síndrome de Down, la obesidad, las enfermedades pulmonares, la diabetes o las inmunodeficiencias. Los bebés prematuros también corren un mayor riesgo, al igual que los niños que se han sometido a un tratamiento contra el cáncer.

Si bien los niños son los que menos riesgo corren al contraer coronavirus, los especialistas consideran que su vacunación contribuirá a detener la pandemia (Getty Images)
Si bien los niños son los que menos riesgo corren al contraer coronavirus, los especialistas consideran que su vacunación contribuirá a detener la pandemia (Getty Images)

Si bien en EEUU donde se llevó a cabo el estudio, todos los adultos tienen la posibilidad de vacunarse contra el COVID-19, existen amplios sectores que las rechazan. Respecto de los niños de 5 a 11 años, que podrán ser vacunados cuando la FDA apruebe su aplicación, la gravedad relativamente baja de los casos de COVID-19 entre los chicos ha hecho que muchos padres se pregunten si necesitan vacunar a sus hijos, incluso cuando esté disponible. Las encuestas muestran que los padres de niños parecen estar divididos en partes iguales sobre si sus hijos recibirán o no la vacuna COVID-19. Una encuesta , realizada por la Encuesta Nacional de Salud Infantil del Hospital Infantil CS Mott en Michigan Medicine en julio, indicó que el 39% de los padres dijeron que sus hijos en edad de recibirla ya habían sido inoculados con una vacuna contra el coronavirus. Sin embargo, el 40% de los padres también dijo que era “poco probable” que sus hijos fueran vacunados.

Si bien los niños son los que menos riesgo corren al contraer coronavirus, los especialistas consideran que su vacunación contribuirá a detener la pandemia, ya que suelen ser transmisores del virus a sus allegados.

En EEUU la agencia reguladora FDA analiza dar la aprobación de emergencia a la vacuna de Pfizer-BioNTech para niños de entre 5 y 11 años, lo que ocurrirá, se estima, a fines de este mes. En ese país los adolescentes de 12 años en adelante ya pueden recibirla.

En Argentina, se anunció el pasado 1 de octubre la aprobación de la vacuna Sinopharm para niños de entre 3 y 11 años. Para los adolescentes de 12 a 17 se encuentran aprobadas las de Pfizer y Moderna.

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