La vacuna anual contra la gripe podría reducir hasta 14% el riesgo de demencia

Una investigación publicada en la revista Vaccine reveló que, tras seis años consecutivos de aplicación, las dosis contra la influenza disminuyen la probabilidad de deterioro mental. Cuáles fueron los hallazgos del estudio

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No ha habido un gran avance en el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer y la demencia durante décadas, pero ahora los científicos creen que vacunas como la de la gripe podrían desempeñar un papel importante en la disminución del aumento de pacientes (REUTERS)
No ha habido un gran avance en el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer y la demencia durante décadas, pero ahora los científicos creen que vacunas como la de la gripe podrían desempeñar un papel importante en la disminución del aumento de pacientes (REUTERS)

Los científicos creen que las vacunas fortalecen gradualmente el envejecimiento del sistema inmunológico hasta el punto en que pueden prevenir el daño subyacente en el cerebro que causa la demencia. Recientemente, una investigación publicada en la revista Vaccine develó que las vacunas anuales contra la influenza reducen la probabilidad de desarrollar un deterioro grave de la capacidad mental.

La demencia es una preocupación mundial, pero se observa con mayor frecuencia en los países de ingresos altos, donde es probable que las personas vivan hasta una edad muy avanzada. El término demencia se utiliza para describir una variedad de trastornos neurológicos progresivos que afectan la memoria, el pensamiento y el comportamiento.

A medida que aumenta la edad de una persona, también aumenta el riesgo de que desarrolle demencia. Y si bien las tasas de diagnóstico están mejorando, se cree que muchas personas con demencia aún no han sido diagnosticadas. Actualmente no existe cura para el grupo de trastornos, pero los nuevos medicamentos pueden ralentizar su progresión y cuanto antes se detecta, más eficaces son los tratamientos.

Investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Saint Louis, en los Estados Unidos, monitorearon a casi 70.000 personas de 60 años o más. Rastrearon cuántos se vacunaron anualmente contra la influenza y si posteriormente desarrollaron demencia.

Los hallazgos mostraron poca diferencia entre los que no habían recibido ninguna inyección y los inmunizados anualmente durante los cuatro o cinco años anteriores. Pero una vez que llegaron a los seis años o más, el riesgo se redujo en un promedio del 14%.

Hay muchos tipos diferentes de demencia, de los cuales la enfermedad de Alzheimer es la más común. Algunas personas pueden tener una combinación de tipos de demencia  (Getty Images)
Hay muchos tipos diferentes de demencia, de los cuales la enfermedad de Alzheimer es la más común. Algunas personas pueden tener una combinación de tipos de demencia (Getty Images)

Las causas de las demencias son variadas. Entre ellas se encuentran las causas neurodegenerativas, en donde una enfermedad particular afecta y daña a las neuronas progresivamente. Una de las demencias progresivas más conocidas y frecuentes es la enfermedad de Alzheimer – que de acuerdo con la OMS representa entre el 60 y el 70% de los casos-, pero no es la única. Se estima que existen unos 100 tipos de demencias con distintos síntomas, de los cuales uno de los más comunes es la pérdida de memoria.

“Se está tratando de llegar a entender todos los caminos fisiopatológicos y neuropatológicos desarrollados por la enfermedad. Hoy sabemos que las demencias y la enfermedad de Alzheimer empiezan muchos años antes de la sintomatología clínica, 20 años antes para el depósito amiloide y 10 años para la neurodegeneración y para el trastorno de Latour”, explicó el doctor y profesor Ricardo Allegri, médico neurólogo especialista en neurología y psiquiatría (MN. 63538), jefe de Neurología Cognitiva, Neuropsiquiatría y Neuropsicología de Fleni, en relación al primer pilar fundamental del conocimiento sobre estos trastornos.

Lo segundo a saber según el especialista son todos los estudios denominados biomarcadores, para llegar temprano y en la forma más específica al diagnóstico. “Hoy tenemos biomarcadores, pero el gran desafío es conseguir este tipo de herramienta más sencillos todavía de los que estamos usando en estos momentos”, precisó.

La demencia es una preocupación mundial, pero se observa con mayor frecuencia en los países de altos ingresos, donde es probable que las personas vivan hasta una edad muy avanzada (Christin Klose)
La demencia es una preocupación mundial, pero se observa con mayor frecuencia en los países de altos ingresos, donde es probable que las personas vivan hasta una edad muy avanzada (Christin Klose)

El tercer pilar de las demencias y el Alzheimer es el tratamiento. “En este punto nos encontramos con dos bases, por un lado la prevención y por el otro lado el tratamiento propiamente dicho. Hoy sabemos que más del 50% de los factores que juegan sobre la enfermedad son prevenibles y manejables: la educación, factores vasculares como el sedentarismo, la obesidad, hipertensión, hipercolesterolemia, el tabaquismo, la inactividad física, la falta de contacto social, la depresión, el alcoholismo y la contaminación ambiental, son múltiples factores que si se controlan se previene o retrasa el comienzo de la enfermedad”, advirtió el neurólogo.

Los científicos estadounidenses dijeron que no hay indicios de que contraer la gripe cause demencia. En cambio, el beneficio proviene de tener una vacuna más adelante en la vida. Los estudios en animales sugieren que vacunas como la de la gripe aumentan la actividad de las células del sistema inmunológico en el sistema nervioso central que son responsables de reparar el daño que puede conducir a la demencia.

“Las vacunas contra la influenza podrían ser una intervención barata y de bajo riesgo contra la demencia”, finalizaron los investigadores.

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