Según un nuevo estudio de la Universidad de Bristol, Inglaterra, los hijos de madres deprimidas durante el embarazo tienen más probabilidades de sufrir depresión en el futuro.
Los expertos también llegaron a la conclusión que los jóvenes enfrentan un mayor riesgo si su madre sufre de depresión posparto.
El proyecto de investigación transcurrió durante 14 años y rastreó a 5,000 niños hasta que cumplieron 24, evaluando su salud mental con regularidad.
Los resultados mostraron que los hijos de madres que estaban deprimidas antes o después de dar a luz estaban más deprimidos en la adolescencia en comparación con sus pares.
Los expertos dicen que el estudio destaca la importancia del apoyo de salud mental para los padres tanto durante el embarazo como después de tener un bebé. Se produce en medio de preocupaciones sobre cómo le ha ido a la salud mental de las madres y el impacto de la falta de citas cara a cara para detectar el problema durante la pandemia por COVID-19.
Los problemas de salud mental perinatal, que cubren tanto el embarazo como los 12 meses posteriores al nacimiento, son relativamente comunes, resaltaron los investigadores.
El organismo sanitario NHS England estimó que una quinta parte de las mujeres experimentan depresión posparto y otras afecciones de salud mental en Inglaterra.
Los investigadores utilizaron datos de 5.029 personas inscritas en el estudio Children of the 90s.
Cuando eran niños, se los evaluó mediante un cuestionario estándar para medir los niveles de depresión, que luego se repitió nueve veces.
Los científicos encontraron en el estudio que, en promedio, los hijos de madres que experimentaron depresión posparto vieron que su depresión empeoraba durante la adolescencia.
En comparación, los hijos de madres con depresión prenatal, que es durante el embarazo, tuvieron, en promedio, un nivel más alto de depresión general durante este período.
Los niños cuyas madres experimentaron depresión prenatal y posnatal tenían el mayor riesgo de desarrollar depresión más adelante en la vida.
Y el impacto fue particularmente pronunciado en las niñas, escribieron los académicos en la revista médica BJPsych Open de la prestigiosa Universidad de Cambdridge, ubicada en Reino Unido.
El estudio también analizó el impacto de la depresión prenatal y posnatal de los padres sobre la probabilidad de que los niños desarrollen depresión más adelante en la vida.
Aunque afirmaron que los hijos de padres que tenían depresión prenatal y posnatal tenían un riesgo claro de desarrollar depresión ellos mismos más adelante en la vida, los investigados admitieron que el tamaño de la muestra en este punto era pequeño.
Pero tener un padre con un solo tipo de depresión durante el embarazo no pareció poner a los niños en riesgo de desarrollar depresión más adelante en la vida.
La autora del estudio, la doctora Priya Rajyaguru, dijo: “Este estudio muestra que los hijos de padres con depresión prenatal y posnatal tienen el mayor riesgo de sufrir depresión, y este riesgo parece persistir durante la adolescencia hasta la edad adulta temprana”.
La doctora Joanne Black, presidenta de la facultad de psiquiatría perinatal del Royal College of Psychiatrists, dijo que el estudio demostró la multitud de factores que influyen en la salud mental de los niños.
“Muestra que el momento de la depresión en los padres (durante el embarazo, después del parto o ambos) y si la madre, el padre o ambos se vieron afectados son factores de riesgo importantes para la salud mental futura del niño”, precisó.
“La buena noticia es que contamos con tratamientos efectivos basados en evidencia y cuanto antes podamos proporcionarlos, mejor, -resaltó- es por eso que las pruebas de detección de salud mental para todas las madres son vitales y seguirán siendo una prioridad a medida que salgamos de la pandemia”.
La doctora Black, que no participó en el estudio, dijo que generó preguntas importantes sobre la visibilidad de la salud mental de los padres, a pesar de que la muestra es pequeña.
“Como su salud mental no se evalúa de forma rutinaria, pero aún afecta la salud mental futura del niño, necesitamos más investigación para comprender cómo podría ser un mejor apoyo para los padres”, concluyó.
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