La mayoría de las infecciones por SARS-CoV-2 son leves o incluso asintomáticas. Sin embargo, una pequeña fracción de las personas infectadas desarrolla gravedad que pone en peligro la vida, causada por una respuesta inmunitaria incontrolada que produce hiperinflamación. Sin embargo, los factores que predisponen a sufrir una enfermedad grave siguen siendo poco conocidos.
Investigadores de la Escuela de Biociencias de la Universidad de Kent, Reino Unido y del Instituto de Virología Médica de la Universidad Goethe de Frankfurt, Alemania, publicaron un reciente estudio en la revista especializada Molecular Biology. En la investigación muestran que los niveles de CD47, una proteína asociada a otras entre las membranas celulares, son altos en células infectadas con SARS-CoV-2. Además, la infección por SARS-CoV-2 aumenta los niveles de un socio de unión de la proteína CD4. De este modo, los factores de riesgo conocidos, como la edad avanzada y la diabetes, están asociados con un aumento de los niveles de CD47.
Esta proteína, según los científicos, envía la señal de “no me comas” al sistema inmunológico humano. De modo que puede ser responsable de que las personas tengan casos más graves de COVID-19. Los investigadores de la Universidad de Kent han descubierto que niveles más altos de esta proteína en la superficie de las células infectadas pueden estar impidiendo que el sistema inmunológico haga su trabajo. Los nuevos hallazgos revelan que la proteína CD47 puede desempeñar un papel importante en estas muertes.
“El descubrimiento de proteínas es un ‘gran paso’ para vencer a COVID”, señaló Katie-May McLaughlin, autora principal del estudio, y agregó: “El CD47 envía una señal que evita que las defensas del sistema inmunológico destruyan accidentalmente las células sanas”.
Sin embargo, los especialistas detectaron en su investigación que cuando el SARS-CoV-2 infecta células humanas, se desencadena un desarrollo profuso inesperado de más proteínas CD47 en la superficie celular. En su análisis el equipo integrado por más de una docena de científicos, concluyó en su documento que “es probable que esto impida que el sistema inmunológico reconozca las células infectadas como una amenaza”. Por ello, si el sistema inmunológico no ataca a estas células, el virus puede continuar replicándose y provocar síntomas más graves.
Los autores del documento publicado señalaron también que “los factores de riesgo específicos de infecciones graves por COVID-19, como la edad y afecciones preexistentes como la diabetes, también muestran un vínculo con niveles más altos de proteína CD47″. Los niveles altos de CD47 también contribuyen a la presión arterial alta, otro factor de riesgo de complicaciones graves de COVID.
Los investigadores señalan que las terapias dirigidas a CD47 ya están en desarrollo. Sus hallazgos pueden ayudar a mejorar su efectividad durante la pandemia de COVID-19.
“Este ha sido para nosotros un paso emocionante -indicó el profesor Martin Michaelis, otro de los autores del estudio-. Es posible que hayamos identificado un factor importante asociado con el COVID-19 grave. Este es un gran paso en la lucha contra la enfermedad y ahora podemos esperar más avances en el diseño de terapias”.
“Estos conocimientos adicionales sobre los procesos de la enfermedad que subyacen a COVID-19 pueden ayudarnos a diseñar mejores terapias, así como a apreciar la importancia de la amplitud de la investigación que se está llevando a cabo. A través de esta vía, hemos logrado un gran avance y ejemplificamos que la lucha contra la enfermedad continúa”, concluyó el profesor Jindrich Cinatl de la Universidad Goethe de Frankfurt.
Los científicos multiplican los estudios para averiguar cuál es la causa que provoca la enfermedad grave de COVID-19. Investigaciones previas analizaron la relación entre grupos sanguíneos y la gravedad del curso de la infección por SARS-CoV-2 y llegaron a conclusiones sorprendentes, aunque aclararon que son aún provisionales. Para ellos, una razón de la forma tan diferente en que se desarrolla la enfermedad puede radicar en el grupo sanguíneo del paciente. Los científicos investigaron qué influencia puede tener en los casos de pacientes de especial gravedad.
Los investigadores estudiaron 1.610 pacientes con colapso respiratorio a causa del COVID-19 en Italia y España. Todos presentaban un cuadro muy grave. Algunos no sobrevivieron. Los científicos analizaron material del ADN de los pacientes en determinados puntos, en los que con frecuencia se presentan variantes. Las características genéticas que se descubrieron fueron comparadas con muestras de sangre de 2.250 personas sanas.
En un primer resultado, los investigadores hallaron que las personas con sangre grupo A parecen tener un riesgo particularmente alto de sufrir una evolución grave. En Alemania, por ejemplo, un 43% de la población tiene ese grupo sanguíneo. En ese segmento, el riesgo de necesitar oxígeno o respiración mecánica en caso de enfermar de COVID-19 podría duplicar al de las personas con grupo “0″, según observaron los expertos.
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