Un ambicioso proyecto para restaurar ecosistemas extinguidos daría como resultado en pocos años más la vuelta a la vida de los mamut lanudos. El proyecto científico que dirige el reconocido genetista George Church, de la Universidad de Harvard, aspira a ver caminar en el Ártico a híbridos de esa especie que desapareció de la faz de la tierra entre el 10.000 y el 1.700 AC.
Uno de los inversionistas del proyecto y cofundador de la compañía que lo lleva adelante, Ben Lamm, destacó el trabajo que se está realizando ya que “nunca antes la humanidad había podido aprovechar el poder de esta tecnología para reconstruir ecosistemas, sanar nuestra Tierra y preservar su futuro a través del repoblación de animales extintos”.
La idea de Colossal, la nueva compañía de biociencia y genética que dirige Lamm y de la que Church es cofundador es, “además de traer de vuelta especies antiguas extintas como el mamut lanudo, aprovechar nuestras tecnologías para ayudar a preservar especies en peligro crítico que están al borde de la extinción y restaurar animales donde la humanidad participó en su desaparición“, dijo.
El plan cuenta con una inversión inicial de 15 millones de dólares de varios inversionistas, incluido el propio empresario tecnológico Ben Lamm, reveló The Times.
El mamut lanudo es una especie prehistórica bien estudiada por los científicos a través de los numerosos restos que han sido descubiertos. Pertenecía a la familia de los elefántidos y se estima que la caza intensiva por parte de su contemporáneo, el homo sapiens, llevó a la desaparición. Según pudieron reconstruir los especialistas, los mamut estaban cubiertos de pelo largo enmarañado que le permitía estar adaptados al clima de frío extremo de la edad de hielo.
El Mammuthus primigenius alcanzó una dimensión similar a los elefantes actuales. El primer espécimen completo fue encontrado en Rusia en 1806, en proximidades de la desembocadura del río Lena, en Siberia. Antes y después de este acontecimiento científico fueron encontrados muchos huesos y defensas curvadas tanto en esa región rusa como en islas del Ártico y en América del Norte.
Los científicos estiman que el mamut lanudo desapareció en forma paulatina. En primer lugar de Europa, unos 10.000 años AC, pero continuó existiendo hasta aproximadamente el 8.000 AC en Siberia. En Alaska, específicamente en la isla Saint Paul estuvo presente hasta alrededor del 6.000 AC y probablemente los últimos en extinguirse fueron los de la isla de Wrangel, en el mar de Siberia Oriental, aproximadamente en el 1.700 AC.
El proyecto de Colossal procurará devolver a la vida un híbrido de la especie y, además, utilizar su tecnología centífica para restaurar otros ecosistemas perdidos y retrasar el cambio climático.
Church, de 67 años, es profesor de genética Robert Winthrop en la Escuela de Medicina de Harvard y es conocido como el padre de la biología sintética. Sus trabajos, junto con los de otros científicos, contribuyeron de manera determinante en el desarrollo de la tecnología de edición de genes Crispr, con la que los científicos pueden alterar las secuencias de ADN y ajustar la función de los genes con fines tales como corregir defectos genéticos o hacer que los cultivos sean más resistentes. Se trata de una tecnología que fue reconocida con el Premio Nobel en 2012.
En 2015, Church y su equipo utilizaron Crispr para empalmar genes congelados de mamut lanudo en el ADN de las células de la piel de un elefante asiático. Esa fue la primera vez que se activaron genes de mamut lanudo desde su extinción.
Pero el proyecto para revivir esa especie que lleva adelante Colossal es más complejo aún y está basado en conceptos de ingeniería genética ya probados en cerdos. El resultado sería un híbrido elefante-mamut genéticamente modificado, cultivado en un útero artificial en un laboratorio.
El ADN de elefantes asiáticos y mamuts lanudos es similar en un 99,6%, aseguró Colossal en su sitio web.
El objetivo final de la iniciativa es recrear hábitats perdidos devolviendo las especies extintas a sus lugares de origen. En el caso del mamut lanudo, permitiría revitalizar los pastizales árticos y esto a su vez permitiría ralentizar el derretimiento del permafrost y aumentar la captación de dióxido de carbono, una causa del cambio climático.
Colossal cuenta con el respaldo financiero de destacadas empresas de inversión en tecnología y figuras como Thomas Tull, un productor de cine multimillonario e inversor en inteligencia artificial, agregó The Times.
“Las tecnologías descubiertas en la búsqueda de esta gran visión, un sustituto viviente y andante de un mamut lanudo, podrían crear oportunidades muy importantes en la conservación”, señaló Lamm.
Por su parte, la empresa emitió un comunicado explicando su proyecto: “Colossal lanzará un modelo práctico de desextinción y será la primera compañía en aplicar técnicas avanzadas de modificación genética para reintegrar al mamut lanudo en la tundra ártica”.
El concepto de desextinción implica crear un animal similar a una especie extinta a partir de la genética, no es unánime entre la comunidad científica y algunos investigadores dudan seriamente de su viabilidad o se preocupan por los riesgos de su aplicación.
Tal como aseveró Lamm, la empresa subrayó en su comunicado que la creación de estos paquidermos híbridos y su posterior reintroducción en la tundra debería permitir “restaurar ecosistemas desaparecidos que podrían ayudar a frenar o incluso a revertir los efectos del cambio climático”, pronostica la empresa. Los mamuts lanudos modificados genéticamente podrían, en particular, “dar nueva vida a las praderas árticas”, que según Colossal capturan dióxido de carbono y eliminan el metano, dos gases de efecto invernadero.
“Hay muchos problemas que van a surgir de este proceso”, anticipó la bióloga Beth Saphiro a The New York Times. “Esto no es una desextinción. Nunca más habrá mamuts en la tierra. Si funciona, será un elefante quimérico, un organismo totalmente nuevo, sintético y genéticamente modificado”, advirtió en Twitter Tori Herridge, bióloga y paleontóloga del Museo de Historia Natural de Londres.
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