La Argentina será uno de los países participantes en un ambicioso estudio cuyo objetivo a largo plazo es encontrar una vacuna anual que pueda mitigar los efectos de las tres enfermedades infecciones respiratorias más mortales: coronavirus, la gripe o influenza y la bronquiolitis. Del estudio global también participan EE.UU., Canadá, Finlandia, Japón, Sudáfrica y Países Bajos, entre otros.
A través del proyecto Vacuna 60 (www.vacunas60.com), el Hospital Militar de Buenos Aires ya abrió la inscripción para quienes quieran participar como voluntarios en el ensayo de Fase 3 de la vacuna contra el virus sincicial respiratorio (el principal responsable de la bronquiolitis), que comenzará en noviembre. Este es el auspicioso primer paso de la investigación, ya que el desarrollo de ese antiviral abre la puerta a una vacuna más ambiciosa, capaz de prevenir o mitigar los efectos de tres virus en simultáneo. El estudio científico está coordinado por el médico pediatra Gonzalo Pérez Marc, mientras que el infectólogo Fernando Polack forma parte de “la mesa de discusión del estudio y del diseño”.
En diálogo con Infobae, el médico pediatra Gonzalo Pérez Marc, el investigador principal del estudio de Fase 3 que se lleva a cabo en la Argentina, resaltó: “La pandemia nos ha dejado muchas cosas positivas, una de ellas es la aceleración en las investigaciones de vacunas capaces de combatir los virus respiratorios, un proceso que habitualmente duraba de 6 a 10 años, se ha acelerado muchísimo. Pudimos lograr análisis de eficacia en menos de un año o en dos años en procesos que son largos”.
Entusiasmado por los resultados, el especialista explicó: “Eso ha derramado en el proceso de búsqueda para frenar otros virus respiratorios, aprovechar la experiencia con las vacunas ARNm, sus nueva plataformas que han funcionado excepcionalmente bien y se adaptan a nuevas variantes del coronavirus”. Pérez Marc destacó que el objetivo es aplicar esta innovación a otras dos grandes afecciones respiratorias virósicas: la gripe, que si bien ya se previene con una vacuna, el objetivo es aumentar la eficacia que actualmente no es tan alta, y en especial, el virus respiratorio sincicial (VSR). “La gran deuda de la medicina, es una vacuna contra este virus, en especial por ser la principal causa de mortalidad en niños en el mundo, y además es uno de los causantes de la gripe en adultos mayores, que generan un estado de base que luego puede agravarse por neumonía o desencadenar un infarto”, manifestó Pérez Marc.
“De acá a dos, tres años vamos a probar la vacuna triple viral. Los tiempos se han acortado muchísimo, antes pensábamos en un tiempo de 15 años para este tipo de vacunas. No nos damos cuenta pero estamos viviendo una revolución de los virus en general y de los respiratorios en especial, la pandemia modificó el panorama en cuanto al estudio de las infecciones respiratorias de origen viral”, relató con Pérez Marc, y agregó: “Tenemos que estudiar por separado, primero el virus sincicial respiratorio en adultos mayores y en paralelo, aumentar la eficacia de las vacunas contra la gripe”.
La Argentina formará parte de este estudio que tiene perspectiva mundial y del que participan EE.UU., Canadá, Finlandia, Japón, Sudáfrica y Países Bajos, entre otros. En el análisis local, estiman trabajar con al menos 3.000 personas a partir de noviembre, la cifra surge de los voluntarios que se presenten y queden elegidos. Buscan adultos mayores de 60 años sanos, sin enfermedades graves.
Pérez Marc detalló: “Antes las vacunas ARNm se utilizaban a baja escala, el COVID-19 las puso en el primer plano mundial, quedaron muy validadas porque son plataformas fácilmente adaptables, muy seguras en cuanto a los efectos adversos a corto plazo y tienen tecnología muy depurada, se pueden producir a gran escala y adaptarla a diferentes enfermedades con eficacia altas, en virus respiratorios estábamos acostumbrados a eficacias cercanas al 70%, en cambio ahora se llegó al 90, 95%, eso es altísimo”.
En cuanto al estudio, la Fase 3 del ensayo de la vacuna para el VSR, que ya entró en etapa de inscripción, empezará en noviembre y se empezará con voluntarios adultos, los resultados del análisis pueden demorar “de uno a tres años, obviamente habrá resultados preliminares, y en paralelo se investigará la vacuna de la gripe, aumentar la eficacia contra la influenza también es clave para el próximo paso que será la combinación de vacunas”, dijo Pérez Marc, el investigar principal del estudio que trabaja en equipo con Polack, quien está a cargo de la organización y diseño general.
“Estamos trabajando en eso. Los estudios hasta ahora de lo que son la Fase 2 de estas vacunas de ARNm son muy exitosos. En Argentina lo que se va a hacer es la Fase 3, que es lo mismo que en su momento hicimos con Pfizer, y que probablemente lo van hacer varias compañías que están viniendo. En un par de meses habrá vacunas contra el sincicial respiratorio (VSR) para probar en Fase 3, las mismas que que en Fase 2 funcionaron fuera de toda imaginación”, adelantó Polack.
Este avance en el camino para elaborar una vacuna triple contra el COVID-19, entusiasma a la comunidad científica. Consultado por Infobae, el infectólogo Roberto Debbag, vicepresidente de la Sociedad Latinoamericana de Infectología Pediátrica, detalló que “las vacunas triples están dentro de las vacunas combinadas, la idea es poder prevenir virus respiratorios de invierno a través de las protecciones anuales, el objetivo es llegar a una vacuna triple viral”.
Debbag destacó el efecto positivo de la pandemia en el desarrollo de vacunas con nuevas tecnologías: “El COVID-19 permitió el desarrollo en tiempo récord de vacunas ARNm, una tecnología que ya se usaba pero que evoluciono mucho, y ya no solo se usan para prevenir enfermedades infecciones, el futuro de las vacunas de ARN mensajero también para tratar cáncer o enfermedades no transmisibles va a permitir que los niños que nazcan hoy sean chicos que van a tener una vida más prolongada gracias a la prevención de estas afecciones”. Para el especialista el terreno fértil para este nuevo avance, es el desarrollo y efectividad conseguido por la vacunas ARNm contra el coronavirus y los inoculantes contra la gripe, ese fue el gran salto para avanzar en los estudios del virus sincicial respiratorio (VSR). “Esta oportunidad de hacer un estudio en fase 3 en adultos, si uno disminuye la posibilidad de desarrollar una enfermedad en un adulto, baja la transmisión también hacia los niños que son los más afectados”.
Por su parte, la doctora Ángela Gentile, jefa de Epidemiología del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez, también remarcó a Infobae la importancia del camino recorrido durante la pandemia: “Hay mucha experiencia en vacunas contra el COVID-19 y contra la gripe, pero mucho menos en el virus sincicial respiratorio (VSR). Ya hubo un antecendente que fue la vacuna de Novavax, pero el estudio de eficacia a nivel mudial, llegó a una cifra cercana al 45%, por eso no prosperó como vacuna de calendario”.
“El desafío de lograr una vacuna contra el VSR de ARNm, se da gracias a que el nuevo coronavirus abrió una tecnología de trabajo con ARN mensajero en forma masiva, las otras experiencias habían sido con otra tecnología, esperamos que se efectiva y segura a futuro”, señaló Gentile y apuntó: “Todos los años tenemos un brote de bronquilitis, así que ya sea para chicos o para las madres, es muy auspicioso, como toda vacuna se empieza probando la eficacia en la población mayor y se escala para abajo, pero la mayor carga de bronquiolitis se da en primer año de vida”.
El puntapié inicial ya está en marcha, y el próximo paso será atacar con la misma vacuna tambié a la influenza y al nuevo coronavirus. El interés radica en que la gripe, el COVID-19 y el VSR son tres de los virus dominantes en la población mayor de 60 años. “Está en personas grandes y es muy común en los bebés; de hecho, es el virus de la bronquiolitis”, explicó Polack hace unos días y amplió que “actualmente no hay mucho que hacer contra la bronquiolitis, pero ahora están apareciendo vacunas nuevas, que pueden solucionar problemas enormes”.
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