Cuando se habla de la mayor transmisibilidad de la variante Delta del coronavirus tal vez cuesta imaginar el alcance de esa cualidad de la mutación que hoy más preocupa al mundo.
Ahora un estudio realizado en una escuela de California lo dejó demostrado. Según el nuevo informe de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés), una maestra de primaria que no estaba vacunada contra el COVID-19 estaba infectada con la contagiosa variante Delta y transmitió el virus a la mitad de los alumnos del aula y ocasionó un brote de 26 casos en el establecimiento educativo.
Según se supo, además, la docente contagiada se quitó el cubrebocas en el aula de primaria, un acto que la prensa de ese país califica como irresponsable. “Ante un virus altamente contagioso, las decisiones individuales tienen un impacto masivo”, publicó, por ejemplo, The New York Times.
El estudio se presentó justo cuando vuelven a abrir las escuelas distritales de todo Estados Unidos y vino a poner de relieve el debate sobre la obligatoriedad de vacunarse en las escuelas. Unos cuantos distritos escolares, incluyendo el de Nueva York, ya anunciaron que la vacuna debe ser obligatoria tanto para los docentes como para el personal.
Es posible que otros sigan su ejemplo ahora que la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA, por su sigla en inglés) otorgó la aprobación completa a la vacuna de Pfizer.
Cómo un contagio ocasionó otros 26 casos positivos
La docente comenzó a manifestar síntomas el 19 de mayo, pero siguió yendo a trabajar dos días antes de realizarse la prueba. Durante este tiempo, pese a las indicaciones de que tanto los maestros como los alumnos debían usar mascarilla en espacios cerrados, la maestra leyó en voz alta y sin cubrebocas frente a un grupo de 24 estudiantes.
Ninguno de los alumnos tenía la edad suficiente como para recibir la vacuna contra el coronavirus, ya que sólo la formulación de Pfizer recibió autorización de emergencia en los EEUU para su uso en menores de 12 a 18 años.
Por consiguiente, el 23 de mayo, la maestra informó que había dado positivo al test de PCR y en los días posteriores ocurrió lo mismo con doce de los alumnos del grado.
En análisis de los expertos, “la tasa de contagios en el aula corresponde más o menos a la distribución de los asientos. Casi todos los que estaban en la fila delantera dieron positivo, con un porcentaje del 80 por ciento en las dos primeras filas”.
En las tres filas posteriores, sólo el 28 por ciento de los alumnos dio positivo. “Si el maestro está sin cubrebocas, pásate a la parte trasera”, escribió en un mensaje de Twitter Edward Traver, investigador de enfermedades infecciosas en el Centro Médico de la Universidad de Maryland a raíz de este caso.
Asimismo, seis estudiantes de otro grado de esa misma escuela dieron positivo por el virus.
Y la propagación no terminó ahí: los casos se continuaron presentando fuera de la escuela hacia la comunidad ya que también resultaron infectados al menos ocho padres y hermanos de los alumnos contagiados, de los cuales tres ya tenían el esquema completo de vacunación.
“El lugar del brote fue una escuela primaria en el condado de Marin, California, que recibe a 205 estudiantes desde pre kindergarten hasta octavo grado y cuenta con 24 miembros de personal docente -detalló el informe de los CDC-. Cada grado incluye de 20 a 25 estudiantes en aulas individuales. Aparte de dos maestros, uno de los cuales era el paciente índice, todos los miembros del personal de la escuela habían sido vacunados, según se verificó en el Registro de Inmunizaciones de California”.
Los investigadores de salud del estado secuenciaron muestras del virus de muchos de los casos positivos y descubrieron que todos habían sido infectados con la variante Delta. Las muestras de al menos diez alumnos de dos grupos eran genéticamente indistinguibles. Los resultados sugieren que los casos de ambos grupos proceden del mismo brote.
Lisa Santora es funcionaria adjunta de salud del departamento de Salud y Servicios Humanos de Marin y autora del informe, y señaló que “de todas maneras, la escuela es un sitio más seguro para los jóvenes debido a que es un lugar muy estructurado y supervisado”.
“Además de la vacunación de las personas elegibles, la implementación y el estricto cumplimiento de las múltiples estrategias de prevención no farmacéuticas, que incluyen el uso de máscaras adecuado, las pruebas de rutina en el personal escolar, la ventilación y la permanencia en casa mientras las personas presentan síntomas, son importantes para garantizar una instrucción escolar segura”, concluyó el informe de los CDC.
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