Desde mediados de 2020 hizo su aparición en el abanico de terapias que se empezaban a estudiar para tratar el COVID-19 el ibuprofeno inhalado.
“Se trata de una ‘solución hipertónica de ibuprofeno’ (ibuprofenato sódico soluble)” que, al someterlo al sistema de nebulización, “genera partículas con efecto viricida, que al intercalarse en la bicapa lipídica de virus envueltos como el SARS-CoV-2 desestabilizan la membrana generando lisis, o sea, muerte del virus”. Así lo había explicado en exclusiva a Infobae en agosto de 2020 su creador, el doctor en Bioquímica, investigador principal del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y del Centro de Excelencia en Productos y Procesos de Córdoba (Ceprocor), Dante Beltramo.
Beltramo había modificado la molécula del ibuprofeno haciéndola 100% soluble en agua para administrarlo en nebulizaciones con el objetivo de tratar a pacientes con fibrosis quística, una enfermedad genética con altas tasas de mortalidad que afecta a niños y adolescentes. Y dado los interesantes resultados preliminares observados, en marzo de 2020 el médico especialista en medicina interna, neumonólogo e investigador clínico Alexis Doreski (MN 141740) se planteó la posibilidad de utilizarla en pacientes con COVID-19.
A principios de agosto la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) aprobó la Fase II del estudio Pegasus, para demostrar el efecto de tres dosis diarias de ibuprofeno inhalado versus placebo, en el tratamiento de pacientes con neumonía moderada a severa causada por el SARS-CoV-2. Y ahora, para sumar más evidencia a las bondades de su uso compasivo, dos revistas científicas publicaron conclusiones acerca de la eficacia del tratamiento de pacientes con neumonía por COVID-19 con esta formulación.
“El tratamiento de la neumonitis por COVID-19 con ibuprofenato de sodio en solución salina hipertónica (NaIHS) nebulizado por inhalación se asoció con una rápida mejoría de la hipoxia y los signos vitales, sin efectos adversos graves atribuidos a la terapia. Los NaIHS nebulizados son dignos de más estudio en ensayos aleatorizados controlados con placebo”, publicaron los autores en Springer Medizin, en tanto Pubmed concluyó que “la nebulización con ibuprofeno hipertónico alcalino induce un rápido aumento de las plaquetas circulantes en pacientes con COVID-19”.
Para el estudio, se proporcionó NaIHS (50 mg de ibuprofeno, tres veces al día) además de la atención estándar (SOC) a los pacientes hospitalizados con COVID-19 hasta que se alcanzaron niveles de saturación de oxígeno> 94% en el aire ambiente. Los pacientes llevaban una capucha de contención para disminuir la aerosolización.
Los trabajos, de los que Beltramo y Doreski fueron investigadores principales junto a otros colegas, demostraron que “el ibuprofenato de sodio en solución salina hipertónica administrado directamente a los pulmones por nebulización e inhalación tiene efectos antibacterianos y antiinflamatorios, con el potencial de brindar estos beneficios a pacientes hipóxicos”.
“Los efectos observados sobre la salud de todos los pacientes que tratamos, la mejoría en valores de laboratorio y en la saturación de oxigeno, y el cambio favorable en la sintomatología nos llevaron a continuar a pesar de todas las críticas de colegas y sociedades científicas”, resumió Doreski a Infobae sus sensaciones tras las publicaciones internacionales que avalan su trabajo en la materia. Y agregó: “Más de un año después, con dos publicaciones revisadas por pares, obtuvimos el argumento necesario para volver a afirmar que en aquel momento, en plena crisis sanitaria, los pacientes no tenían tiempo de esperar el paper”.
“Analizamos los cambios en las plaquetas circulantes en pacientes COVID-19 positivos que recibieron tratamiento convencional Dexametasona y Enoxaparina (Dexa-Enoxa) en comparación con pacientes tratados con terapia convencional más nebulización con ibuprofenato hipertónico alcalino (IAH). Los resultados muestran que después de 24 horas de nebulización con IAH, las plaquetas circulantes muestran un aumento de alrededor del 40% a las 24 horas y alcanzan el 65% a las 96 -resumieron los investigadores-. En pacientes con contenido de plaquetas por debajo de 200.000 por microlitro, el aumento fue del 49% y el 79% a las 24 y 96 horas, respectivamente. En pacientes con plaquetas por encima de 200.000 por microlitro, el aumento fue del 24% y 31% a las 24 y 96 horas, respectivamente”.
El medicamento es producido en la Argentina por Química Luar, con una formulación ideada inicialmente por el licenciado Luis Argañaraz y el doctor Beltramo, y también la forma magistral producida por farmacéuticos de todo el país, formulada inicialmente por el licenciado Guillermo García en San Nicolás.
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