Los anticuerpos que producen las llamas pronto podrían desempeñar un papel crucial en la prevención de la aparición de nuevas variantes del nuevo coronavirus, si los ensayos clínicos realizados por una empresa biomédica belga cumplen con su promesa inicial.
Investigadores del Centro VIB-UGent de Biotecnología Médica en Gante aseguran que los anticuerpos extraídos de una llama llamada Winter han mitigado la virulencia de las infecciones por COVID-19 en pruebas de laboratorio, incluidas sus variantes detectadas en diferentes partes del mundo.
Esta tecnología, que complementaría y no reemplazaría a las vacunas, al proteger a las personas con sistemas inmunitarios más débiles y tratar a las personas infectadas en un hospital, es un “cambio de juego” potencial, aseguró Dominique Tersago, director médico de la subsidiaria de VIB-UGent, ExeVir.
Inusualmente pequeños, los anticuerpos de las llamas pueden unirse a una parte específica del pico de proteína del coronavirus y “en este momento no estamos viendo mutaciones de alta frecuencia cerca de donde está el sitio de unión”, dijo el experto.
Los anticuerpos también mostraron una “fuerte actividad de neutralización” contra la variante Delta altamente infecciosa, agregó.
Alpha, Beta, Gamma, Delta y Lambda no son solamente letras del abecedario griego. Representan además, denominadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), variantes de preocupación y de interés del SARS-CoV-2 que ponen en alerta a científicos, investigadores y autoridades de todas las naciones. Según aclara el máximo organismo sanitario internacional, la OMS, todos los virus cambian con el paso del tiempo, y también lo hace el virus causante del COVID-19.
Ante el reciente avance de Delta, la versión detectada por primera vez en la India a fines de 2020, y la preocupación a escala global por su alta contagiosidad y sus características distintivas que podrían ralentizar los esfuerzos globales por ir hacia una “nueva normalidad”, es importante conocer qué hay detrás de estas variaciones en los virus en general y en particular en el nuevo coronavirus.
¿Cuáles son las variantes más peligrosas? La variante Delta de COVID-19, una de las variantes de preocupación según la OMS, por su alta contagiosidad y no por su letalidad, presente hoy en 135 países, es hoy uno de los ítems de esta pandemia por el virus SARS-COV-2 que más preocupa a la comunidad científica porque para impedir su transmisión se necesitan sociedades completamente vacunadas con el portfolio de inmunizaciones vigentes contra el COVID-19.
Lo mismo sucede con Lambda, identificada por primera vez en Perú y ahora detectada en más de 40 países. El pasado 14 de junio, la OMS clasificó la variante Lambda como “de interés”, lo que significa que da lugar a una transmisión significativa y también puede causar “varios conglomerados del nuevo coronavirus en distintos países, con una prevalencia relativa creciente y ocasionando números cada vez mayores de casos con el tiempo”, resalta la OMS.
Los investigadores belgas esperan que los ensayos clínicos en voluntarios sanos, iniciados la semana pasada en asociación con la compañía farmacéutica UCB, junto con los de pacientes hospitalizados, sean igualmente efectivos.
“Junto con otras llamas y miembros de la familia de los camellos, la llama Winter produce versiones de anticuerpos convencionales que son más pequeños, más estables, más fáciles de reproducir y más versátiles que los de otros mamíferos”, aseveró el líder del grupo VIB-UGent, Xavier Saelens. Y añadió: “Su pequeño tamaño les permite alcanzar objetivos, llegar a partes del virus que son de difícil acceso con anticuerpos convencionales”.
“Pueden bloquear —y de manera bastante potente— la interacción entre el virus y la célula humana”, explicó Raymond Owens, profesor de biología molecular de Oxford, a la revista Wired. “Básicamente, neutralizan el virus”. Al impedir que el SARS-CoV-2 se adhiera a la ECA2, los nanocuerpos logran que se vuelva inofensivo porque no puede secuestrar el mecanismo de reproducción celular para multiplicarse y causar COVID-19.
La búsqueda de un tratamiento COVID-19 sigue a estudios de 2016 sobre anticuerpos de llama para contrarrestar los coronavirus del SARS y MERS. Mientras tanto, la llama Winter, cuyos anticuerpos ahora se pueden reproducir en el laboratorio, disfruta de su retiro en un parque de arte y animales privado en Genk.
Con información de Reuters
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