Cuando una persona empieza a desarrollar síntomas de COVID-19, tiene que comunicarse con su médico para que le recomiende los pasos a seguir. Además del testeo y aislarse en su casa para no contagiar a otros, los médicos pueden indicar un medicamento en caso de tener fiebre, tomar agua, y descanso. En Estados Unidos, las personas que están en mayor riesgo de enfermarse gravemente por el coronavirus, también tienen la opción de recibir fármacos que son anticuerpos monoclonales que fueron autorizados para uso de emergencia por la pandemia.
Investigadores de la Clínica Mayo de ese país difundieron ahora los resultados de un nuevo trabajo con anticuerpos monoclonales. Informaron que la combinación de casirivimab e imdevimab, que son dos tratamientos con anticuerpos monoclonales que ya cuentan con la autorización de uso de emergencia de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés), mantiene a los pacientes de alto riesgo fuera del hospital cuando se infectan con COVID-19 de leve a moderado. Los resultados fueron publicados en la revista EClinicalMedicine de The Lancet.
En el estudio participaron casi 1.400 pacientes de la Clínica Mayo de los Estados Unidos. Dentro del total de pacientes, 696 recibieron la combinación de los fármacos entre diciembre de 2020 y principios de abril y hubo un grupo cohorte similar que no la recibió. Su estado se evaluó a los 14, 21 y 28 días después del tratamiento. En cada momento que se hicieron las evaluaciones, las cifras de hospitalización fueron significativamente menores en el grupo tratado con la combinación.
En el día 14, el 1,3% del grupo tratado estaba hospitalizado, en comparación con el 3,3% de los que no habían sido tratados. En el día 21, sólo el 1,3% de los tratados estaba hospitalizado, frente al 4,2% de los que no habían sido tratados. Al final de los 28 días, el 1,6% de los tratados fue hospitalizado frente al 4,8% de los que no habían sido tratados. Esto se tradujo en una reducción relativa de entre el 60% y el 70% de las hospitalizaciones en los pacientes tratados. De los que fueron hospitalizados posteriormente, las tasas de ingreso en la unidad de cuidados intensivos y de mortalidad fueron bajas.
“Una vez más, este estudio del mundo real sugiere que cuando los pacientes que tienen un alto riesgo por una serie de comorbilidades y contraen un caso leve o moderado de COVID-19, la combinación de inyecciones monoclonales les da la posibilidad de una recuperación sin hospitalización. En otras palabras, se recuperan con seguridad en casa”, dice el doctor Raymund Razonable, especialista en enfermedades infecciosas de la Clínica Mayo y autor principal del estudio.
Consultado por Infobae, el científico argentino Ernesto Resnik, biólogo molecular y biotecnólogo que reside en Minnesota, Estados Unidos, comentó que “los anticuerpos monoclonales solo parecen funcionar antes de la hospitalización de las personas con COVID-19. Hay solo tres autorizados en los Estados Unidos, y fueron desarrollados por las empresas Regeneron, Eli Lilly y Vir/GSK. Además, la empresa AstraZeneca está presentando un cuarto anticuerpo monoclonal para pedir autorización”.
Hasta el momento, los fármaco anticuerpos monoclonales contra el coronavirus que causó la actual pandemia no están autorizados para su uso en pacientes hospitalizados con COVID-19 grave en Estados Unidos.
En un estudio anterior de la Clínica Mayo, publicado en The Journal of Clinical Investigation, los resultados sugirieron que el uso de bamlanivimab redujo las hospitalizaciones en pacientes de alto riesgo en un 40%-60%. En ese estudio participaron 2.335 pacientes tratados de la Clínica Mayo entre noviembre de 2020 y febrero. Al comparar sus resultados con los de 2.335 pacientes no tratados, las tasas de ingreso en la UCI y de mortalidad también fueron significativamente menores con el tratamiento con anticuerpos monoclonales.
La agencia regulatoria de medicamentos en los Estados Unidos, conocida por sus siglas como la FDA, revocó en abril la autorización para uso de emergencia para el bamlanivimab solo y ahora avala el uso de anticuerpos monoclonales combinados. Al tener en cuenta la situación actual de la pandemia y del conocimiento sobre el coronavirus, el doctor Razonable, dijo: “Nuestra conclusión general en este momento es que los anticuerpos monoclonales son una opción importante en el tratamiento para reducir el impacto de la COVID-19 en pacientes de alto riesgo”. El estudio fue financiado y realizado por la Clínica Mayo en colaboración con Nference Inc.
La comunidad científica ya sabe que el genoma del coronavirus codifica cuatro proteínas estructurales principales: la espiga (o “Spike” en inglés), la envoltura, la membrana y la nucleocápside, así como proteínas no estructurales y accesorias. La proteína de la Espiga se divide a su vez en dos subunidades, S1 y S2, que median la adhesión y la invasión de la célula huésped. A través de su dominio de unión a receptores, la subunidad S1 se une a la enzima convertidora de angiotensina 2 (ACE2) en la célula huésped. Este mecanismo inicia un cambio conformacional en la subunidad 2 que da lugar a la fusión de la membrana del virus con la célula huésped y a la entrada del virus. Así el virus entra en las células del organismo humano.
Los medicamentos anticuerpos monoclonales dirigidos a la proteína “Espiga” han demostrado tener un beneficio clínico en el tratamiento de la infección por el coronavirus. Hasta ahora hay 3 anticuerpos monoclonales contra el coronavirus que recibieron autorizaciones para uso de emergencia de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) para el tratamiento de la COVID-19 leve a moderada en pacientes no hospitalizados. Es para pacientes que tienen un alto riesgo de progresar a la enfermedad grave y de ser hospitalizados.
Una combinación que estaba autorizada fue la de los fármacos bamlanivimab con etesevimab. Son anticuerpos monoclonales neutralizantes que se unen a epítopos diferentes pero superpuestos en la proteína de Espiga del coronavirus. Pero la distribución de bamlanivimab más etesevimab se interrumpió el 25 de junio de 2021, según informaron los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos porque las variantes preocupantes Gamma y Beta que circulan actualmente en los Estados Unidos tienen una susceptibilidad reducida al bamlanivimab y al etesevimab.
En cambio la combinación de casirivimab con imdevimab continúa vigente. Son anticuerpos monoclonales humanos recombinantes que se unen a epítopos no superpuestos de la proteína de espiga coronavirus. Además, en los Estados Unidos, Europa, Australia y algunos países de Asia, se encuentra autorizado el sotrovimab, que es otro anticuerpo monoclonal que se identificó originalmente en 2003 a partir de un superviviente del SRAS-CoV, otro coronavirus que se detectó en China.
La FDA también actualizó la autorización para uso de emergencia de la combinación de casirivimab más imdevimab como profilaxis posterior a la exposición para ciertas personas que tienen un alto riesgo de contraer la infección por el SARS-CoV-2 y, si se infectan, tienen un alto riesgo de progresar a una enfermedad grave.
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