¿Qué sucede con nuestros órganos luego del COVID-19? Sin dudas, una de las preocupaciones de la comunidad científica -además claro de todo lo que refiere a vacunas- es el estudio de las secuelas que puede dejar el virus SARS COV2. A casi dos años del comienzo de esta pandemia, aún se siguen teniendo interrogantes de algunos mecanismos de daño que produce este virus.
Los principales síntomas son causados por la afección respiratoria que produce el virus SARS-COV2 al entrar en contacto con células de dicho aparato, pero además esta enfermedad puede afectar otros sistemas como el cardiovascular, en estrecha relación con el hematológico, el gastrointestinal, el renal, así también como afecciones neuro-psiquiátricas .
Según un reciente estudio publicado en la Red JAMA se encontró que habían pasado 79 días desde el diagnóstico de coronavirus hasta que un grupo de personas recuperaron su frecuencia cardíaca normal en reposo. Este estudio es uno de tantísimos trabajos que se hacen en todo el mundo. Esta claro: aún se está escribiendo la bibliografía del COVID-19.
En su afán por ingresar a las células de nuestro organismo, este virus, a través de espículas de su superficie, se adhiere a una molécula que atraviesa la membrana celular que es receptor y enzima a la vez, la Enzima Convertidora de Angiotensina 2 (ECA2) . Estos receptores que sirven de anclaje para el virus están en mayor medida en células del corazón, pulmón y riñones.
Ahora bien, ¿qué es lo que le sucede exactamente al corazón?, ¿cómo se ve afectado este órgano tan importante para el funcionamiento del organismo? “A partir de esta actividad ingresan a la célula comenzando el daño y la activación de la inflamación y es aquí donde múltiples investigaciones han tratado de encontrar respuestas a porque algunas personas son más propensas a otras a desarrollar formas severas de esta enfermedad. Utilizando modelos experimentales se ha evaluado la posibilidad de que tanto este receptor como otros que trabajan encadenadamente, se encuentran mayormente expresados a medida que aumenta la edad y en hombres respecto a mujeres, pudiendo ser responsable de la mayor suceptibilidad a desarrollar cuadros severos de enfermedad”, sostuvo a Infobae Carolina Chacón, médica cardióloga e investigadora del grupo científico Estudios Clínicos Latino América (ECLA).
El corazón, junto a los vasos sanguíneos y la sangre que éstos trasportan, forman el Sistema Cardiovascular. “Su afección por separado se interrelaciona y suman en la falla de funcionamiento que puede ocasionar el virus SARSCOV2 a este sistema”, indicó la especialista, quien además es vicepresidenta del Comité de Epidemiología de la Federación Argentina de Cardiología.
Cómo se ve afectado el músculo cardíaco
El músculo cardíaco (miocito) puede sufrir de dos maneras directa e indirectamente. “Directa, por el ingreso del virus a ésta célula con activación de la respuesta inflamatoria que lleva un deterioro en su función de contracción y bombeo con falla cardíaca; e Indirecta, por afección de las células que recubren por dentro los vasos sanguíneos llamadas endotelio. Esta cobertura interna de los vasos sanguíneos normalmente cumple importantes funciones de protección y liberación de sustancias que mejoran la contracción y relajación arterial e impide la formación de coágulos sanguíneos que obstruyan estos vasos. Por este daño se alteran estas funciones y se producen micro y macro coágulos que generan infartos y deterioro de la oxigenación del músculo cardíaco agregando un factor más de daño”, explicó Chacón.
Se ha demostrado también la infección del instersticio que rodea a las células musculares cardíacas -esto, sumado a la gran activación del Sistema Inflamatorio- “conducen a un aumento del tejido cicatrizalfibroso que deteriora aún más el funcionamiento de la bomba cardíaca y da lugar al desarrollo de arritmias cardíacas llamadas ¨de reentrada¨”, sostuvo la especialista.
Muchas veces esta afección desenmascara problemas cardiovasculares previos del paciente, otras veces se superpone con la enfermedad respiratoria, la cual empeora la oxigenación del músculo cardíaco y el llenado del corazón por rigidez pulmonar.
Hipertensión arterial, su tratamiento y la relación con esta enfermedad
Mucho se discutió acerca de la hipertensión arterial, su tratamiento y la relación con esta enfermedad respecto a las formas severas clínicas. “El receptor/enzima ECA2 previamente nombrado participa de una cascada de sustancias que se van activando e inactivando entre si y que mantienen un equilibrio entre la contracción y relajación de los vasos sanguíneos, entre otras acciones importantes y está involucrada en los mecanismos de Hipertensión Arterial”, explicó la especialista. Y agregó al respecto: “Algunos medicamentos anti-hipertensivos bloquean receptores de esta cascada e inducen a un aumento en la expresión de este ECA 2. Sin embargo de acuerdo a estudios realizados poblacionales observacionales y prospectivos se ha llegado a la conclusión que esta medicación no debe ser suspendida en pacientes hipertensos ya que no modifica esta propensión e incluso hacerlo al momento de la infección empeoraría el pronóstico”.
Además de la infección e inflamación aguda muscular cardíaca llamada miocarditis que tiene en general mala evolución clínica, se han presentado signos y síntomas post COVID mas prolongados luego del alta epidemiológica o de la externación. “En los post hospitalizados o con diagnóstico de miocarditis, la falla cardíaca puede prolongarse con falta de aire, cansancio hasta meses después pudiendo además presentar baja fracción de bombeo cardíaco como secuela, cuadro llamado insuficiencia cardíaca”, explicó Chacón.
Para la especialista es importante tener en cuenta la prolongación o la aparición de síntomas cardiovasculares y no cardiovasculares luego del alta epidemiológica y que supone un cuadro clínico que se ha denominado Síndrome post-COVID o Síndrome post COVID prolongado. “Existe un aumento dela demanda cardio-metabólica que se da por disminución de la ¨reserva del corazón¨ por el daño agudo sumado a la alteración del sistema que regula los vasos sanguíneos y la presión ( en el que esta involucrado el ACE2) y el Sistema Autónomo que es el que regula funciones básicas como la frecuencia cardíaca, la contracción y relajación de los vasos sanguíneos para mantener nuestra presión sobre todo ante cambios de la postura”, expresó.
Síntomas a tener en cuenta
Los síntomas cardiovasculares que pueden presentarse por estas alteraciones son: palpitaciones, Síndromes de taquicardia ortostática o postural y Taquicardia sinusal inapropiada donde el corazón acelera su ritmo en forma exagerada en situaciones que no lo requieren. En algunos reportes esto aparece en 1 de cada 10 pacientes post-COVID.
“El dolor de pecho en los informes varían de un 20 a 5 % disminuyendo con el tiempo de recuperación de la enfermedad aguda” dijo Chacón.
La prevalencia del compromiso del músculo cardíaco post-COVID varía en distintos reportes dependiendo de la población estudiada, pero es importante tener en cuenta que puede darse incluso en pacientes que no fueron hospitalizados y presentaron cuadros no severos. Un estudio de EEUU evidenció mediante Resonancia Magnética la presencia de daño cardíaco en 3 de cada 10 atletas competitivos universitarios que no habían tenido síntomas o habían sido leves, y secuelas de miocarditis en un 15% de los mismos. “La importancia de los controles clínicos post-COVID sobre todo antes de retomar ejercicio físico o actividades deportivas, radica en este punto antes citado”, subraya Chacón.
Otra cuestión a tener en cuenta es que la afección cardíaca puede no sólo darse en pacientes graves. “Numerosos estudios clínicos se siguen llevando a cabo con el fin de encontrar respuestas y tratamientos efectivos tanto para la enfermedad aguda como para prevenir complicaciones y tratar las manifestaciones más prolongadas. Estamos no sólo frente a una pandemia sino a un nuevo factor de riesgo cardiovascular que debemos tener en cuenta los médicos al evaluar al paciente y los pacientes al momento de realizar sus controles”, finalizó la especialista.