De un tiempo a esta parte, mucho se ha hablado de la importancia del contacto piel a piel entre los bebés recién nacidos y sus mamás durante la primera hora de vida. Es lo que los especialistas llaman “la hora sagrada” y que muchas veces en los niños nacidos prematuros, debido a la necesidad de atención médica de urgencia, no puede respetarse.
Incluso durante los primeros días (y hasta semanas) de vida, estos pequeños pueden permanecer internados en neonatología por requerir soporte de oxígeno u otro tipo de asistencia y cada vez más centros de salud procuran fomentar la lactancia materna y el contacto con ambos padres durante ese tiempo. Los bebés que nacen muy temprano a menudo tienen que pasar tiempo en unidades de cuidados intensivos neonatales y pueden necesitar varios procedimientos clínicos dolorosos. La situación también puede significar una separación prolongada de los padres.
Ahora, un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Ginebra reveló que los bebés prematuros parecen sentir menos dolor durante los procedimientos médicos cuando sus madres les hablan.
Al parecer, descubrieron que el sonido de la voz de una madre parece disminuir el dolor que experimenta su bebé durante los procedimientos médicos.
La doctora Manuela Filippa, de la Universidad de Ginebra, es la primera autora del estudio, y dijo que la investigación podría no sólo ayudar a los padres al resaltar que pueden desempeñar un papel importante mientras su bebé está en cuidados intensivos, sino también beneficiar a los bebés.
“Estamos tratando de encontrar formas no farmacológicas para reducir el dolor en estos bebés”, explicó la experta, quien agregó que cada vez hay más evidencia de que el contacto de los padres con los bebés prematuros podría ser importante por varias razones, incluido el apego.
Filippa dijo que su equipo se centró en la voz porque no siempre era posible que los padres mantuvieran a sus bebés en brazos en cuidados intensivos, mientras que la voz podría ser una herramienta poderosa para compartir emociones, publicó The Guardian.
En este punto, las voces de las madres se estudiaron en particular porque los bebés ya la habrían escuchado en el útero. Pero Filippa dijo que eso no significaba que la voz de un padre no pudiera volverse tan familiar con el tiempo.
“Estamos [también] realizando estudios sobre los contactos vocales de los padres”, dijo.
Filippa y sus colegas de la Universidad de Ginebra, el hospital Parini en Italia y la Universidad del Valle de Aosta, informaron cómo examinaron las respuestas al dolor de 20 bebés prematuros en cuidados intensivos neonatales a un procedimiento de rutina en el que se pincha el pie y se extraen algunas gotas de sangre.
Para esto, el equipo analizó las respuestas de los bebés al procedimiento en tres ocasiones, cada una de las cuales se asignó al azar a una de tres condiciones: la madre le habla a su hijo, la madre le canta a su hijo y la madre no está presente.
Para cada ocasión, el equipo registró tres medidas para medir el nivel de dolor experimentado por el bebé: las expresiones faciales del bebé, los latidos del corazón y sus niveles de oxígeno, y el primero fue registrado y posteriormente examinado por investigadores que no sabían con qué condición se relacionaba.
Los resultados revelan que los niveles de dolor que se considera que experimentan los bebés cayeron, en promedio, de 4.5 a 3 en una escala de 21 puntos cuando las madres hablaban.
“Para esta edad específica, este es un cambio importante”, resaltó Filippa.
Además, el equipo descubrió que el habla de las madres se asoció con un aumento significativo en los niveles de la hormona oxitocina en las muestras de saliva tomadas de los bebés.
“Se sabe que la oxitocina está involucrada en los procesos de apego y en la sensibilidad materna. También puede proteger contra los efectos del dolor”, agregó la experta.
Una reducción del dolor fue menos clara cuando las madres cantaban, un hallazgo que Filippa dijo que podría reflejar las limitaciones de la estructura, las palabras, el tono y la melodía de las canciones y las canciones de cuna.
El estudio tuvo una serie de limitaciones, incluido el hecho de que la cantidad de bebés involucrados era pequeña. “Por supuesto, necesitamos involucrar a más bebés prematuros y también otras medidas, medidas neurológicas, para la percepción del dolor”, consideró Filippa, quien sin embargo resaltó que los resultados fueron prometedores. “El mensaje clave es que es muy importante involucrar a los padres en el cuidado temprano de sus bebés prematuros, también en situaciones difíciles como procedimientos dolorosos, usando su voz -enfatizó-. Lo que sabemos ahora es que los padres pueden hacerlo y es beneficioso”.
La profesora de neurociencia pediátrica de la Universidad de Oxford Rebeccah Slater, que no participó en el estudio, al ser consultada al respecto dijo que alentar a los padres a que apoyen a sus bebés durante procedimientos dolorosos mediante el tacto y la voz suaves tiene beneficios potenciales para los padres y los bebés.
“Si bien la reducción en las puntuaciones de dolor causada por la voz materna es relativamente pequeña, dada la facilidad de implementación y la falta de efectos secundarios asociados, que pueden ser causados por medicamentos alternativos para aliviar el dolor, la voz materna proporciona una estrategia prometedora para mejorar la comodidad en bebés cuando se someten a procedimientos médicos esenciales”, destacó.
Por definición de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se considera prematuro un bebé nacido vivo antes de que se hayan cumplido 37 semanas de gestación. Los niños prematuros se dividen en subcategorías en función de la edad gestacional: prematuros extremos (menos de 28 semanas), muy prematuros (28 a 32 semanas) y prematuros moderados a tardíos (32 a 37 semanas).
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