Científicos británicos avanzan en un prometedor ensayo basado en cultivar la variante Delta del COVID-19 en laboratorio, con el objetivo de infectar intencionalmente a voluntarios a quienes se les ofrece 4.500 libras esterlinas para participar en el estudio, lo que equivale a unos 6 mil dólares estadounidenses.
Dos ensayos del Imperial College London y la Universidad de Oxford comenzaron en Londres en marzo con el objetivo de desarrollar nuevas vacunas y tratamientos.
Cuarenta voluntarios jóvenes y sanos ya han estado expuestos a la cepa original de Wuhan, bajo una cuidadosa supervisión.
La novedad ahora es que en la siguiente etapa de los ensayos infectarán a los participantes con Delta, la cepa más transmisible que ahora es dominante en todo el Reino Unido.
El socio de prueba de desafío es hVivo, compañía de servicios de desarrollo clínico dedicada a llevar adelante ensayos clínicos, que junto a sus colegas en los Países Bajos han estado desarrollando la variante, según especificó Andrew Catchpole, director científico de la compañía.
Catchpole, virólogo, dijo que la variante, que se cultiva a partir de una muestra humana original, ha demostrado ser más difícil de desarrollar que la cepa original de Wuhan.
“Delta ha sido más difícil. No todas las muestras clínicas crecen tan fácilmente en cultivos celulares”, explicó el experto al Wall Street Journal.
Los investigadores creen que ahora tienen suficiente sustento para comenzar las pruebas en las primeras etapas.
Durante el proceso de crecimiento, los científicos verifican para asegurarse de que el virus no mute de manera diferente a la variante natural.
La compañía británica de ensayos clínicos hVivo espera transferir el virus Delta a Londres en las próximas semanas para una mayor producción en un segundo laboratorio.
Su objetivo es haber producido alrededor de medio litro para noviembre, y las pruebas con la cepa comenzarán a finales de año.
El estudio se lleva adelante con el objetivo de infectar intencionalmente a voluntarios a quienes se les ofrece 4.500 libras esterlinas para participar en el ensayo, lo que equivale a unos 6 mil dólares estadounidenses
El especialista en infecciones respiratorias-víricas, doctor Garth Rapeport, precisó: “No es tan diferente a fabricar vacunas. Tiene que estar muy controlado y regulado”.
Rapeport ayudó a preparar las pruebas inicialmente y alertó que la rápida propagación de Delta ha hecho que la cepa original que se estudia sea en gran medida irrelevante.
Los investigadores están animando a las personas de entre 18 y 30 años, que tienen el menor riesgo de enfermarse gravemente con COVID-19, a participar como voluntarias en el estudio.
Los potenciales participantes solo son aceptados si no tienen antecedentes o síntomas del nuevo coronavirus, ni condiciones de salud subyacentes ni factores de riesgo conocidos de la enfermedad, como sobrepeso o tabaquismo.
Cualquier persona interesada en participar debe participar en un examen exhaustivo que incluye análisis de sangre, radiografías, escáneres cardíacos y exámenes físicos para asegurarse de que no sean vulnerables al COVID.
Los investigadores anunciaron a su vez que sólo buscan reclutar a los británicos “más saludables”.
En la prueba piloto inicial en marzo con el linaje de Wuhan, después de aprobar los exámenes, los voluntarios fueron infectados originalmente con la cepa original de coronavirus que ha estado circulando en el Reino Unido desde febrero pasado. Fueron monitoreados las 24 horas del día.
El estudio del desafío está siendo realizado por una asociación entre el Grupo de Trabajo sobre Vacunas No10 del Ministerio de Salud británico, el Imperial College de Londres, el Royal Free London NHS Foundation Trust y hVIVO.
Inicialmente, el estudio tendrá como objetivo ayudar a los médicos a comprender cómo reacciona el sistema inmunológico a los diferentes niveles de coronavirus y cómo una persona que está infectada con el virus SARS-CoV-2 transmite partículas infecciosas al medio ambiente.
Se espera a su vez que los candidatos a vacunas que hayan demostrado ser seguros en los primeros estudios se prueben con los participantes para acelerar su aprobación.
Las vacunas normalmente se prueban con dos grupos de personas, las cuales necesitan contraer la enfermedad de forma natural, una de las cuales recibe la vacuna y la otra se usa como control.
Los ensayos clínicos tradicionales requieren decenas de miles de participantes para aumentar la posibilidad de que algunos de ellos se infecten con coronavirus en la comunidad.
Pero, en los ensayos de desafío, el grupo de voluntarios puede ser mucho menor porque se garantiza que todas las personas están infectadas con la enfermedad.
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