La administración de melatonina reduce el riesgo (a priori muy bajo) de efectos adversos de las vacunas y, además, potencia el efecto antiviral de las mismas y amplifica su espectro de acción a diferentes variantes del virus que causa la enfermedad COVID-19, según un artículo recién publicado de los doctores Jan Tesarik, de la Clínica MARGen de Granada, y Russel Reiter, de la Universidad de Texas en San Antonio, quienes recomiendan el uso de la melatonina con este fin para las embarazadas.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés), las mujeres embarazadas con COVID-19 tienen más probabilidades de ser hospitalizadas en unidades de cuidados intensivos, y la enfermedad aumenta el riesgo de partos prematuros de sus bebés. La semana pasada, dos de las principales organizaciones de salud femenina del país, el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos (ACOG) y la Sociedad de Medicina Materno-Fetal (SMFM), se pronunciaron a favor de la vacunación de las mujeres embarazadas.
Aun así, actualmente, la tasa de vacunación entre las mujeres embarazadas es muy baja. Sólo el 23% de las mujeres embarazadas recibieron una dosis de una vacuna durante el embarazo hasta el 31 de julio, según datos de los CDC.
Según recuerdan estos investigadores, en los EEUU, después de que las vacunas de Pfizer BioNTech y de Moderna, basadas en el ARN del SARS-CoV-2, recibieran la luz verde para ser utilizadas en humanos, los especialistas definieron como grupo prioritario a las mujeres embarazadas. Aunque supuestamente no es transmisible de la madre al bebé, la enfermedad del COVID-19 puede afectar a la salud de ambos de una manera no específica, produciendo varias complicaciones del embarazo, del parto y de la evolución del neonato.
“Aunque los datos preliminares sobre la eficacia y seguridad del uso de estas vacunas en embarazadas son reconfortantes, algunas mujeres muestran reticencias a dejarse vacunar”, explicaron los autores del artículo publicado en la revista científica Journal of SARS-CoV-2 and Coronavirus Disease.
La melatonina es una hormona que se encuentra en forma natural en el cuerpo humano. Se ha desarrollado también en forma sintética para ser administrada como medicamento para tratar el insomnio y mejorar el sueño en diferentes condiciones. Se usa para tratar el “jet lag” -que es el desajuste en husos horarios por viajes aéreos-, para el trastorno del sueño por cambios en los turnos de trabajo, y para ayudar a las personas ciegas a establecer un ciclo de día y de noche. Pero ahora, la melatonina se está también investigando para tratar pacientes con COVID-19.
Según los directores de la clínica MARGen de Granada, el doctor Tesarik y la doctora Raquel Mendoza Tesarik, además del efecto adyuvante en las embarazadas vacunadas, la melatonina aporta otros beneficios independientes sobre la salud de la futura madre y del bebé por nacer. La concentración de esta hormona en la sangre materna sube progresivamente durante el embarazo y es más baja en los embarazos con problemas (por ejemplo pre-eclampsia) en comparación con los embarazos normales. “Varios estudios han demostrado que la administración de la melatonina durante el embarazo también protege al futuro bebé de enfermedades cardiovasculares y neurodegenerativas”, explican.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores analizaron los datos sobre efectos secundarios de diferentes vacunas contra el COVID-19. Se centraron especialmente en aquellos que, aunque poco frecuentes, pueden ser peligrosos para la vida de los vacunados. Entre ellos se incluyen las reacciones alérgicas severas que pueden llegar incluso hasta un shock anafiláctico, que se han registrado en el caso de las vacunas de Moderna y Pfizer-BioNTech en pacientes que han recibido la primera dosis administrada.
Tal como explicaron los especialistas los autores del estudio en un comunicado, el efecto antioxidante e inmunomodulador de la melatonina reduce el riesgo de estas reacciones. Además, aseguran que esta hormona reduce el riesgo de una respuesta exagerada inadecuada del sistema inmunitario contra diferentes estímulos. En concreto, indican que la melatonina ejerce el efecto deseado en dosis diarias de 5-6 miligramos por la vía oral tomadas antes de dormir.
“Todo esto debería resolver eventuales dudas de las mujeres embarazadas ante las vacunas COVID-19 y, por tanto, aumentar la tasa de vacunación de este grupo de mujeres particularmente vulnerables en caso de enfermar”, concluyen estos científicos.
Los CDC anunciaron el pasado miércoles nuevas pruebas que refuerzan su recomendación de que las mujeres embarazadas deben vacunarse contra el coronavirus.
“Los CDC recomiendan que las personas embarazadas se vacunen contra el COVID-19, basándose en las nuevas pruebas sobre la seguridad y la eficacia de las vacunas contra el COVID-19. Se recomienda la vacunación contra el COVID-19 para todas las personas de 12 años o más, incluidas las que están embarazadas, amamantando o intentando quedar embarazadas ahora o que puedan estarlo en el futuro”, comunicaron los CDC.
La actualización se basa en una investigación adicional que descubrió que las embarazadas pueden recibir la vacuna de ARNm sin que aumente el riesgo para ellas o sus bebés. Los científicos de los CDC descubrieron que recibir la vacuna al principio del embarazo, incluso antes de las 20 semanas, no supone un mayor riesgo de aborto espontáneo, y que no hay problemas de seguridad para las embarazadas que se vacunen al final del embarazo, ni para sus bebés, según ABC News.
“En un nuevo análisis de los datos actuales del registro de embarazos, los científicos no encontraron un mayor riesgo de aborto espontáneo entre las personas que recibieron una vacuna COVID-19 de ARNm antes de las 20 semanas de embarazo. Esto se suma a la creciente evidencia de la seguridad de estas vacunas”, informaron los CDC.
Con información de Europa Press
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