La vacuna de Moderna mantiene los anticuerpos contra la variante Delta hasta seis meses

Así lo demostró un estudio publicado en la revista Science, que respaldó la eficacia duradera del 93% observada con la formulación durante medio año, incluso frente a las mutaciones circulantes

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La vacuna de la compañía
La vacuna de la compañía Moderna contra el COVID-19 funciona a través de la tecnología de ARN mensajero, al igual que la de Pfizer/BioNTech (Reuters)

Un reciente trabajo de investigación publicado en la revista Science analizó la durabilidad de los anticuerpos inducidos por la vacuna ARNm-1273 del laboratorio Moderna contra las variantes del SARS-CoV-2, y concluyó que la actividad de los anticuerpos provocada por la formulación contra las variantes del virus persiste seis meses después de la segunda dosis.

Según anunció Moderna luego de que se conocieran los resultados del estudio, se utilizaron diversos ensayos y se demostró que, tras dos dosis de la vacuna, se generaron anticuerpos de unión y neutralización contra la cepa ancestral del virus y contra las variantes de interés, Alfa, Beta, Gamma, Delta, Épsilon e Iota.

“Las respuestas neutralizantes de reacción cruzada fueron raras después de una sola dosis. En el pico de respuesta a la segunda dosis de vacuna, todos los individuos respondieron a todas las variantes -concluyeron los investigadores-. Los anticuerpos de unión y funcionales contra variantes persistieron en la mayoría de los sujetos, aunque en niveles bajos, durante seis meses después de la serie primaria de la vacuna mRNA-1273”.

Y ampliaron: “Se mantuvieron altos niveles de anticuerpos de unión que reconocen todas las variantes probadas, incluidas Beta y Delta, en todos los sujetos durante este período de tiempo”.

"Se mantuvieron altos niveles de
"Se mantuvieron altos niveles de anticuerpos de unión que reconocen todas las variantes probadas, incluidas Beta y Delta, en todos los sujetos durante este período de tiempo", dijeron los investigadores

Y si bien reconocieron que “se necesitarán estudios adicionales para abordar el impacto de las nuevas variantes que seguramente surgirán en áreas de intensa infección viral”, destacaron que “los datos son alentadores para el uso de esta vacuna frente a la variación viral”.

Stéphane Bancel es el director ejecutivo del laboratorio estadounidense y se mostró satisfecho con estos nuevos datos que muestran que las personas vacunadas con dos dosis de la vacuna Moderna COVID-19 mantuvieron los anticuerpos durante seis meses, incluso contra variantes preocupantes.

“Junto con nuestros socios, nos comprometemos a generar datos sobre la vacuna y a compartirlos cuando estén disponibles. Estos datos respaldan la eficacia duradera del 93% observada con la vacuna durante seis meses -sostuvo-. Esperamos que estos datos y el creciente conjunto de pruebas en el mundo real ayuden a informar a los reguladores sanitarios sobre cómo y cuándo administrar dosis adicionales de refuerzo”.

Los investigadores observaron una tendencia hacia niveles más bajos de anticuerpos contra las variantes del SARS-CoV-2 en los individuos de más edad en el día 209 (hasta los seis meses). Sin embargo, las diferencias fueron pequeñas y hubo un solapamiento entre los grupos de edad. “Es importante destacar que muchos individuos del grupo de mayor edad conservaron la actividad neutralizante contra las variantes seis meses después de la segunda dosis de la vacuna”, puntualizaron desde Moderna.

"Se necesitarán estudios adicionales para
"Se necesitarán estudios adicionales para abordar el impacto de las nuevas variantes que seguramente surgirán en áreas de intensa infección viral, los datos son alentadores para el uso de esta vacuna frente a la variación viral" (Efe)

La vacuna de la compañía Moderna contra el COVID-19 funciona a través de la tecnología de ARN mensajero, al igual que la de Pfizer/BioNTech. Los ensayos clínicos en ambas mostraron su gran eficacia, pese a que la plataforma es reciente y nunca antes había sido probada. La pandemia se convirtió en una oportunidad para probar una nueva tecnología que se viene desarrollando desde hace 30 años. Se trata de una tecnología genética que durante mucho tiempo fue muy prometedora, pero que hasta ahora se había topado con obstáculos biológicos.

Se llama ARN mensajero sintético, una variación ingeniosa de la sustancia natural que dirige la producción de proteínas en las células de todo el cuerpo. Este componente se fabrica en laboratorio.

Mediante la vacuna, se inserta en el cuerpo y toma el control de esta maquinaria para fabricar proteínas o antígenos específicos del coronavirus: sus “espículas” o espigas, esas puntas tan características que están en su superficie y le permiten adherirse a las células humanas para penetrarlas.

Estas proteínas, inofensivas en sí mismas, serán liberadas por nuestras células tras recibir las instrucciones de la vacuna, y el sistema inmunológico en respuesta producirá anticuerpos. Estos anticuerpos permanecerán de guardia durante mucho tiempo con la facultad de reconocer y neutralizar el coronavirus en caso de que nos infecte.

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