La imagen de Bambi se convierte en un temor nada infundado a partir de los recientes descubrimientos que dio a conocer la especialista Susan Shriner, perteneciente al Departamento de Agricultura de Estados Unidos. Según datos de su investigación un tercio de los venados de cola blanca en el noreste de los Estados Unidos tiene anticuerpos contra el SARS-CoV-2, una señal de que han sido infectados con el virus.
Los hallazgos, revelados por un análisis de muestras recolectadas después de que comenzara la pandemia, representan “la primera detección de exposición generalizada al virus en una población de animales salvajes”, indica Arinjay Banerjee, virólogo de la Universidad de Saskatchewan en Saskatoon, Canadá. Los resultados se informan en una preimpresión publicada en bioRxiv que aún no ha sido revisada por pares. En el documento se informa que se detectaron anticuerpos contra el SARS-CoV-2 en el 40% de los ciervos de cola blanca silvestres relevados en cuatro estados de EEUU este año.
Los investigadores recibieron entre enero y marzo 385 muestras de suero de venado cola blanca salvaje de cuatro estados: Michigan, Pensilvania, Illinois y Nueva York. Todas las muestras se examinaron en el Centro Nacional de Investigación de Vida Silvestre de EEUU. Además de la cifra revelada, también detectaron anticuerpos en tres muestras de 2020 y en una de 2019. No observaron detecciones en otros testeos previos entre 2011 y 2018.
Alerta vida silvestre
La comunidad científica coincide en que la rápida exposición de una gran cantidad de animales al virus es preocupante. Pero los especialistas de este estudio indicaron que se necesitan más datos para evaluar si los ciervos pueden infectarse entre sí, y a otras especies, en la naturaleza. “Es una observación intrigante, pero aún debe interpretarse con precaución”, sugiere Aaron Irving, investigador de enfermedades infecciosas de la Universidad de Zhejiang en Haining, China.
Las preguntas cruciales son “cómo se propagó el virus a los ciervos y si se propagará de los ellos a otros animales salvajes o al ganado doméstico”, se pregunta Linda Saif, viróloga de la Universidad Estatal de Ohio en Wooster.
El venado cola blanca abunda en América del Norte, especialmente cerca de los centros urbanos del este de EEUU. Experimentos de laboratorio anteriores han demostrado que pueden infectarse con SARS-CoV-2 y transmitir el virus a otros ciervos. “En la naturaleza -explica Michael Palmer, investigador de infecciones bacteraniana del Departamento de Investigación Agrocultural de Iowa-, estos ciervos viven en pequeños rebaños, lo que significa que el virus podría propagarse de forma natural a partir de un animal infectado”.
Los investigadores están preocupados por la aparición de nuevos “reservorios” de especies, es decir, poblaciones de animales que albergan el SARS-CoV-2. Un rebaño infectado podría proporcionar un refugio donde el virus podría evolucionar de manera que amenace la eficacia de las vacunas. Un reservorio también podría permitir que el virus se propague a otras especies y regrese a las personas, incluso después de que la pandemia disminuya. Saif ha documentado otros coronavirus saltando entre especies. “Es posible que ahora se esté produciendo un derrame similar en la vida silvestre en todo el mundo”, explica.
Para evaluar ese riesgo, Susan Shriner del Departamento de Agricultura de EEUU (USDA) en Fort Collins, Colorado, y sus colegas, mantienen las actividades regulares de vigilancia de la vida silvestre y a pesar de la detección de los anticuerpos, ninguno de los ciervos encuestados mostró signos de enfermedad. Dado el porcentaje de muestras en este estudio que tenían anticuerpos detectables, así como la gran cantidad de ciervos de cola blanca en los EEUU y su contacto cercano con la gente, es probable que los ciervos de otros estados también hayan estado expuestos a la virus. “Los datos sugieren fuertemente que esta especie de ciervo se infectó con SARS-CoV-2 en algún momento -indica Banerjee-. Pero los investigadores no testearon los animales en busca de ARN viral, que sería necesario para establecer si son un reservorio”.
Para Banerjee, el verdadero misterio es cómo se expusieron los ciervos a enfermarse. Pudo haber sido por contacto con personas, otros animales o incluso aguas residuales contaminadas. “Si hay una fuente común de exposición para los ciervos, es probable que la misma fuente pueda exponer a otros animales”, advierte.
La fauna como amenaza
Los ciervos no son los únicos animales infectados con SARS-CoV-2. El año pasado, más de 15.000 visones de granja murieron a causa del coronavirus en los EEUU. Los científicos solo han identificado la transmisión directa del virus de humanos infectados al visón como la única ruta de transmisión definitiva.
Al circular de esta manera, de hecho, el virus podría dar lugar a nuevas variantes de SARS-CoV-2 capaces de transmitirse a los humanos, exactamente como sucedió en una cría de visones en Dinamarca, lo que llevó a las autoridades locales a exterminar a más de 15 millones, todos los que se encuentran en las granjas del país. El peor riesgo de que el virus esté fuera de control en la vida silvestre, como lo señaló la viróloga Ilaria Capua del One Health Center of Excellence de la Universidad de Florida, “es que la pandemia pueda convertirse en una panzoozia, y el patógeno continúe propagándose a más especies que saltan de una a otra, cambiando a formas cada vez más resistentes y agresivas”.
Se sabe desde el inicio de la pandemia que el virus es capaz de infectar a diversas especies animales, como los visones antes mencionados, otros mustelidi perros, gatos, gorilas , chimpancés y grandes felinos como leones , tigres y leopardos; de hecho, más de 400 especies de vertebrados son susceptibles al contagio según un estudio genómico realizado por la Universidad de California en Davis, pero esta información revelada por Nature es la primera que detecta el contagio en animales salvajes como el venado cola blanca. Según indicó Susan A. Shriner, “es muy probable que algunos sean falsos positivos, pero dados los números involucrados, es poco posible que se trate de un error grande”.
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