Los niños y adolescentes de entre 5 y 17 años que contraen COVID-19 suelen mejorar después de seis días y el número de menores que experimentan síntomas más allá de las cuatro semanas es bajo.
Según un estudio realizado en el Reino Unido y publicado en la revista The Lancet Child & Adolescent Health, 77 de un total de 1.734 infectados estudiados, lo que representa un 4,4%. La clave para este buen comportamiento según los investigadores es que los más jóvenes tienen el sistema inmune recién formado.
En los adultos, el SARS-CoV-2 causa una enfermedad predominantemente respiratoria, mientras que los niños a menudo son asintomáticos (en el 43-68% de los casos) o tienen síntomas leves, y las enfermedades potencialmente mortales y la muerte por COVID-19 son raras. La pandemia también dio lugar a la aparición de una nueva afección rara, denominada síndrome inflamatorio multisistémico en niños (MIS-C), que se presenta alrededor de dos a cuatro semanas después de la infección aguda por SARS-CoV-2, generalmente en menores con patologías de base que no permiten a su sistema inmune defenderlos de esta o cualquier otra infección.
En promedio, los síntomas duraron cinco días en los niños más pequeños (de cinco a 11 años) y siete días en los niños mayores (de 12 a 17 años). Aproximadamente el 4,4% experimentó síntomas durante cuatro semanas o más, mientras que uno de cada 50 (1,8%) tuvo síntomas que duraron más de dos meses.
Con el correr del tiempo y el devenir de la pandemia, los médicos comenzaron a ver en pacientes que habían atravesado un cuadro de COVID-19 signos y síntomas de lo que luego dieron en llamar COVID prolongado, long COVID o síndrome post COVID. Se trata ni más ni menos de afectaciones en órganos que van más allá del sistema respiratorio y que son propias del cuadro inflamatorio sistémico que provoca el SARS-CoV-2 en el organismo.
Los informes recopilados para la investigación, que es una de las primeras en brindar datos de casos sintomáticos en este grupo etario, se basaron en datos de 250.000 niños, y reflejan que 1.734 desarrollaron síntomas de COVID y dieron positivo en las pruebas PCR.
En su mayoría, estuvieron enfermos durante algo menos de una semana y experimentaron un promedio de tres síntomas en los primeros días, lo que confirma que el cuadro tiende a manifestarse como una enfermedad leve en los niños y que los pequeños, en general, se sobreponen rápidamente.
Entre los que presentaron síntomas por cuatro semanas, estas manifestaciones fueron fatiga (84%), dolor de cabeza y pérdida de olfato (77,9%). De todos, el dolor de cabeza fue el síntoma más común y se detectó desde el inicio de la infección. Sin embargo, el más persistente fue la pérdida de olfato.
Entre los adultos se detectaron más casos de esta enfermedad de duración prolongada (hay cálculos de que pueden llegar a ser el 20% de los infectados), y los síntomas persisten durante cuatro semanas o más. Por el contrario, la gran mayoría de los niños infectados con el virus SARS-CoV-2, no se desarrollan síntomas y aquellos que sí lo hacen tienden a padecer una enfermedad leve.
El doctor Michael Absoud, autor principal del estudio y profesor principal del King’s College London, señaló que los datos existentes de Public Health England y NHS England sugieren que no hay evidencia de que la enfermedad COVID-19 desencadenada por Delta en niños sea más grave que la variante Alpha previamente dominante. “Entonces, no esperaríamos que los resultados cambien”, dijo, y agregó que ahora se están analizando los datos más recientes.
Los resultados también apoyan la reciente Comité Conjunto sobre Vacunación e Inmunización (JCVI) la recomendación es que los niños mayores de 12 años en el Reino Unido reciban una vacuna “sólo si son clínicamente muy vulnerables o viven con alguien en situación de riesgo”, agregó.
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