Menos del 1% de las personas que habían completado el esquema de vacunación contra el COVID-19 y se contagiaron experimentaron una infección importante. Así lo determinó un análisis de la Kaiser Family Foundation (KFF) en base a los datos oficiales de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos. Los resultados del análisis demuestran que la protección que brindan las vacunas a las personas que acceden a la aplicación del esquema completo es muy alta para reducir el riesgo de complicaciones y muertes si se contagian el coronavirus.
Según los últimos datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC, por sus siglas en inglés), menos del 0,004% de las personas que habían sido vacunadas por completo contra el COVID-19 desarrollaron una infección grave que resultó en hospitalización. En cambio, la mayoría de los casos graves de COVID-19 que hoy se siguen registrando en los Estados Unidos se dan entre personas que aún no han sido vacunadas.
Además, los resultados del análisis revelaron que menos del 0,001% de los que estaban completamente vacunados murieron a causa de la enfermedad. Es decir, hubo aproximadamente 6.600 casos graves entre las más de 163 millones de personas completamente vacunadas.
En realidad, las infecciones de cualquier tipo por COVID-19 en personas ya vacunadas también son extremadamente poco frecuentes. Aproximadamente la mitad de los estados informan datos sobre brotes de COVID-19. Y en cada uno de esos estados, menos del 1% de las personas completamente vacunadas tuvieron una infección avanzada que van desde el 0,01% en Connecticut al 0,9% en Oklahoma.
Además, más del 90% de los casos, y más del 95% de las hospitalizaciones y muertes, se han producido entre personas no vacunadas, según el análisis de KFF. En la mayoría de los estados, más del 98% de los casos estaban entre los no vacunados.
“En este momento, todas las vacunas que se usan en el mundo, ya sean las vacunas de Rusia, China, las de Johnson & Johnson, la Moderna o la de Pfizer, tienen algo en común: nos dan una protección muy buena hasta ahora, contra enfermedad grave y muerte. Todas las vacunas que se usan en el mundo tienen una excelente efectividad para prevenir la enfermedad grave y la muerte”, explicó a la cadena de televisión CNN el doctor Elmer Huerta, quien se graduó de médico cirujano en Perú y ex presidente de la Sociedad Estadounidense del Cáncer.
“Hemos aprendido esta semana que es probable que la vacuna no te proteja completamente contra la colonización del virus y contra la enfermedad leve -expresó el doctor Huerta-. Al no protegerte contra la colonización del virus y la enfermedad leve, en algunos casos esas personas podrían contagiar a personas que son susceptibles y vulnerables de complicarse. Por eso, se determinó que las personas ya vacunadas deben usar mascarillas”.
En el análisis de la Fundación Kaiser Family, se señaló: “Estos datos indican que la gran mayoría de los casos, hospitalizaciones y muertes por COVID-19 notificados en EE.UU. corresponden a personas no vacunadas o no vacunadas totalmente. Estos resultados se hacen eco de la abundancia de datos que demuestran la eficacia de las vacunas contra el COVID-19 actualmente autorizadas. De cara al futuro, sobre todo teniendo en cuenta que la variante Delta, más transmisible, es ahora la dominante de COVID-19 que circula en los Estados Unidos, unos datos más sólidos a nivel estatal ayudarán a supervisar la eficacia de la vacuna en curso y a informar de los debates sobre las vacunaciones de refuerzo”.
La variante Delta del coronavirus fue identificada en la India en diciembre pasado. Con los viajes de personas que se infectan el COVID-19, la variante se propagó por el mundo. Ya fue notificada en más de 130 países, incluyendo Brasil, Argentina, y Uruguay. Delta se está convirtiendo en la variante de preocupación que se ha propagado con mayor rapidez por el mundo.
Las autoridades sanitarias y los expertos en infectología y virología advierten que hoy es esencial que la población acceda a la vacunación completa contra el COVID-19 ante el avance de la variante, ya que quienes no reciben las dos dosis podrían ser las víctimas de la nueva ola de la pandemia.
Días atrás, Nathan Fletcher, presidente de la Junta de Supervisores del Condado de San Diego, en California, Estados Unidos, contó que la variante Delta es “el mayor riesgo para quienes aún no se han vacunado con el esquema completo”. “Casi el 95 por ciento de nuestros casos de la variante delta proceden de quienes no están totalmente vacunados”, dijo Fletcher.
En un país como Estados Unidos, donde sobran vacunas que son gratuitas y están disponibles a la vuelta de la esquina para ser aplicadas, el problema se cierne sobre la población que todavía no se ha vacunado desde que hace a siete meses inició la campaña vacunatoria, con tres marcas diferentes disponibles (Pfizer, Moderna y Johnson & Johnson).
La mutación Delta está ampliando la brecha entre lo que el doctor Anthony Fauci, principal asesor del gobierno de EEUU en materia epidemiológica, ha llamado las “dos Américas” que se divide entre vacunados y no vacunados.
“Cada vez es más alta la brecha entre vacunados y no vacunados que se infectan”, aseguró Fauci. El país subió a 100.000 contagios diarios el pasado martes 27 de julio, el mismo día que los CDC alertaron de vacunarse y volver a usar mascarillas para prevenir el COVID-19
A finales de julio, la variante Delta era la causa de más del 80% de los nuevos casos de COVID-19 en los Estados Unidos, según las estimaciones de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC). La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció que Delta se trata de la versión del coronavirus que es “la más rápida y la más adaptada” entre las variantes que se han detectado hasta el momento. Llamó a gobiernos y laboratorios que el acceso a la vacunación debe ser más equitativo: hasta la semana pasada solo el 28.5% de la humanidad había accedido a una sola dosis de la vacuna contra el COVID-19. Sólo el 14,7% de las personas han recibido las dos dosis.
“En un entorno completamente libre -en el que nadie está vacunado ni lleva mascarilla o barbijo- se calcula que la persona media infectada por la cepa original del coronavirus infectará a otras 2,5 personas”, dijo el epidemiólogo de la Universidad de Yale, Estados Unidos, el doctor Perry Wilson. “En el mismo entorno, Delta se propagaría de una persona a quizás 3,5 o 4 personas más. Sin dudas, Delta acelerará la pandemia alrededor del mundo”.
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