Una empresa farmacéutica de Israel ha anunciado este viernes que iniciará el mes que viene ensayos clínicos con una nueva vacuna contra el coronavirus en pastilla una vez reciba luz verde del Gobierno israelí, tras los resultados positivos logrados en las pruebas en cerdos.
Oramed Pharmaceuticals ha indicado que la vacuna está siendo desarrollada por la india Premas Biotech y ha destacado que la pastilla no tendría que ser almacenada a bajas temperaturas o administrada por profesionales, como ocurre con las dosis inyectables, lo que podría impulsar las campañas de vacunación.
El director ejecutivo de la empresa, Nadav Kidron, ha sostenido que “la vacuna oral, que no depende de una cadena de suministro en frío, como otras vacunas contra el coronavirus, podría marcar la diferencia entre un país capaz de superar la pandemia y uno que no.Particularmente en zonas duramente golpeadas por el virus que aún no han vacunado a sus poblaciones, una vacuna oral contra la COVID-19 podría cambiar la situación”, ha explicado, en unas declaraciones concedidas al diario The Times of Israel.
La empresa ha recibido la aprobación del Centro Médico Sourasky de Tel Aviv para iniciar los ensayos clínicos en 24 voluntarios no vacunados y está a la espera de recibir la aprobación final del Ministerio de Sanidad, sin que por el momento haya fecha fijada para ello.
Las declaraciones de Kidron han llegado un día después de que el primer ministro israelí, Naftali Bennett, pidiera a la población que se vacunara y recalcara que aquellos que se niegan a ello “ponen en peligro a los otros ocho millones de ciudadanos del país”. ”Si alguien conoce a otra persona que rechaza las vacunas, que la convenza, que le explique que ponen en peligro la salud de otros. No hay que rendirse con ellos”, dijo, antes de defender la decisión del Gobierno de que las personas no vacunadas paguen las pruebas del coronavirus.
”No hay motivos para que los contribuyentes y los que cumplen su deber cívico financien las pruebas (sobre el coronavirus) de aquellos que se niegan a vacunarse”, sostuvo Bennett, en medio de un nuevo repunte de los casos achacado principalmente a la variante Delta. El Ministerio de Sanidad israelí ha confirmado este viernes 1.263 casos, lo que eleva el total a 857.554, con 6.457 muertos y 10.194 casos activos, incluidos 81 pacientes en estado crítico. Asimismo, la tasa de positividad ha ascendido al 1,83 por ciento.
Por otra parte, ha destacado que 5.755.067 personas han recibido hasta la fecha al menos una dosis de la vacuna contra el coronavirus, de las cuales 5.283.200 han sido inoculadas con la segunda y cuentan ya con la pauta completa.
Esta prometedora vacuna se basa en la tecnología de administración oral POD, de Oramed, y la tecnología de vacunas, de Premas, anunció la compañía recientemente.
La tecnología de Oramed se puede utilizar para administrar por vía oral una serie de terapias basadas en proteínas que, de otro modo, se administrarían mediante inyección. Sin ir más lejos, Oramed se encuentra en medio de un ensayo clínico de fase 3 a través de la FDA de los Estados Unidos de una pastilla de insulina para la diabetes tipo 1 y tipo 2.
“Una vacuna oral contra el COVID-19 eliminaría varias barreras y podría generar una distribución rápida y a gran escala, lo que podría permitir que las personas se tomen la vacuna en su casa. Si bien la facilidad de administración es clave para acelerar las tasas de inoculación, una vacuna oral podría ser aún más valiosa en el caso de que se recomiende una aplicación anual, tal como ocurre con la vacuna estándar contra la gripe”, comentó Nadav Kidron, director ejecutivo de Oramed a través de un comunicado de prensa.
La empresa completó un estudio piloto en animales y descubrió que la vacuna promovía el desarrollo de anticuerpos de inmunoglobulina G (IgG) e inmunoglobulina A (IgA). La IgA es necesaria para la inmunidad a más largo plazo.
La vacuna candidata de Oravax se dirige a tres proteínas estructurales del nuevo coronavirus, a diferencia de la proteína de pico único dirigida a través de las vacunas Moderna y Pfizer, afirmó Kidron. Como tal, “esta vacuna debería ser mucho más resistente a las variantes de COVID-19”, manifestó, y también hizo hincapié en el hecho de que, al ser a base de levadura, su costo de producción sería más económico frente a sus competidores.
La visión de los expertos
Consultado por Infobae sobre las oportunidades que abre el anuncio de este desarrollo, el médico infectólogo Hugo Pizzi se mostró optimista. “En general, las vacunas orales han dado buenos resultados. El objetivo es introducir la producción de anticuerpos, pero hay que tener cuidado de cómo introducirla entera porque, de lo contrario, los jugos gástricos la destruyen; las inyectables no corren este riesgo y suelen ser más efectivas, pero hay una tendencia a producir este tipo de vacunas”.
Pizzi recordó que esta no es la primera vez que Israel habla de una fórmula oral con el COVID-19. El año pasado, el Migal Galilee Research Institute, ubicado cerca de la frontera con Líbano, había anunciado que se encontraba trabajando en el desarrollo de un inoculante oral contra el coronavirus.
Por su parte, el médico infectólogo Pablo Bonvehí, director Científico de Fundación Vacunar, agregó: “Si estas vacunas superan todas las etapas de estudios, seguramente recién lo podremos saber de acá a un año”. Para el especialista, las ventajas de las vacunas orales es que son más fáciles de administrar y almacenar. No obstante, reconoce que aún estamos en etapas muy iniciales. “Tenemos que tener mayores datos científicos”, sostuvo. “Hay una vacuna contra la fiebre tifoidea que es oral. Son pocas. No son fáciles de desarrollar porque los ácidos gástricos tienden a destruir lo que se inyecta. Pero, seguramente, en el futuro tendremos más desarrollos de este tipo si este resulta exitoso”, dijo.
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